Mostrando entradas con la etiqueta Josep Guardiola. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Josep Guardiola. Mostrar todas las entradas

sábado, 28 de mayo de 2011

Barcelona: la perfección tocó la puerta

Podría sentarme, sacar el diccionario, mirar el monitor y poder escribir, reflexionar, sentir, comparar, y caracterizar todo lo que representa este Barcelona, campeón de Europa. Podría hacerlo, brindar mi pequeño recorte de la realidad y narrarlo como una noticia, lo que es finalmente. Siempre con un sesgo de opinión, interpretando el acontecimiento. Tal cual ustedes están acostumbrados en este espacio. Noticia más opinión. Nunca en un punto medio, lo que se piensa, se dice. A minutos de que terminara el partido, empecé a imaginarme qué escribir, focalizar en Messi, anular cualquier esquema de individualidad y construirlo en formato colectivo, en la triangulación de fútbol entre Xavi, Iniesta y Messi, los complementos ofensivos entre Pedro y Villa, la solvencia defensiva de Piqué, Dani Alves y su fútbol supersónico, quizás también surgió la necesidad de exclamar a los gritos lo excepcional del trabajo de Josep Guardiola, en fin recortar cómo había dicho en líneas anteriores el suceso, Barcelona campeón de la Champions League.

Allí en un tablero imaginario se colocó cada baraja: Messi, equipo o Guardiola. No tuve elección. No puedo. Entendí que la grandeza de este Barcelona no reside en lo magnánimo de su juego, el esplendor de sus individualidades o la planificación de un cuerpo técnico de elite que introduce cada pieza en el campo de juego en forma quirúrgica, precisa para el bienestar de toda la estructura. Barcelona es un patrimonio histórico, una confluencia temporal que tendrá la particularidad de permanecer por siempre en la memoria colectiva. No será algo concreto como las pirámides de Egipto, el Partenón o el Coliseo romano pero es Historia. Pasará el tiempo, algunos permanecerán, otros no, vendrán nuevos, comparaciones, pero su vigencia se eternizará. Charles Chaplin dijo alguna vez que “el tiempo es el mejor autor; siempre encuentra un final perfecto”. Frase perfecta para este equipo de fútbol que ya nos pertenece, no viste camiseta en particular. El transcurrir de los días, meses, años, purificarán los exiguos errores que tuvo y elevará el mito, la señal de que la perfección ha tocado la puerta. Siento que es el mejor elogio que puedo darle a este Barcelona.


Seguinos en Facebook / Twitter: @apertoldi

viernes, 13 de mayo de 2011

Barcelona campeón de la Liga española

La imagen repetida. Una y otra vez. Restaba un empate y llegó. La felicidad desbordante de un plantel, ya acostumbrado a las celebraciones al final de la temporada. Como si fuese natural, un ritual que debe cumplirse, casi por obligación. Hablamos del mejor equipo del mundo o de la historia, la discusión está abierta y los argumentos tirados sobre la mesa. Barcelona campeón de la Liga por tercera vez consecutiva. Su título 21 en la historia. Esta versión 10-11 es, sin dudas, la sobresaliente de la dinastía Guardiola. Perfeccionando incluso a la temporada 2009, aquella magistral conquista de la triple corona. La fórmula culé hace que elevemos la vara para medir el rendimiento de “su” Barcelona. Y falta todavía la final de la Champions el 28 de mayo ante Manchester United en Londres. No da la pauta de que haya un techo. Si algo caracteriza a este equipo es el instinto de superación, no lo duden.

Pongamos datos, a ver: 92 puntos. Apenas 20 goles en contra. Mayor goleada de la temporada (8 a 0 a Almería) y otros resultados abultados (el histórico 5 a 0 frente al Real Madrid, 5 a 1 en el derby ante Espanyol, 4 a 0 frente al Deportivo, por citar tres casos). Punteros de la Liga desde la fecha 13, a partir del baile a los de Mourinho en el Camp Nou. Dos goles o más por encima de los rivales, brecha que se acrecentó con el transcurso de las fechas. Sólo Real Madrid, con campaña de campeón, vale aclararlo, logró perseguirlo hasta el final. Nivel de juego perfecto, empezando a enumerar con Messi, Xavi, Iniesta, Villa, Pedro, Keita, Busquets, Dani Alves, Piqué y pasarían los renglones nombrando a otros valores, encajados a la perfección por un entrenador que conjuga profesionalidad con libre albedrío, que otorga a su equipo protagonismo juegue donde juegue y donde la pelota al ras es religión, no existe otra forma de coexistir en la cancha. La automatización cargada de libertad, suena contradictorio pero es así este Barcelona.

Que Leo se entiende con Alves, que Xavi con Iniesta, que Pedro con Villa, que todos se entienden con todos, que todos sienten el fútbol del mismo modo. El ADN blaugrana habla de esto, de una identificación perenne, un sello imborrable. Pep representa ese sentimiento como nadie, lo corporiza con sus decisiones, no podría traicionar aquellos mandamientos que recibió cuando era un joven con aspiraciones a debutar en la Primera del Barcelona. Un ejemplo que propaga a su propio plantel, en el fortalecimiento del único propósito posible: llevar al club a lo más alto. Ese sitio que el Barcelona no se baja hace mucho tiempo.

Seguinos en Facebook / Twitter: @apertoldi

jueves, 28 de abril de 2011

La ecuación perfecta llamada Barcelona

La celebración ajena, un partido que no estaba en los planes perder, un apellido que había naufragado los sueños de Champions la pasada temporada y que ahora, como cual fantasma, había retornado para silenciar ese vestuario, tan acostumbrado a los tragos dulces. Demasiada mojada en la oreja para este Barcelona, ya dicho, el mejor equipo de la historia. El Santiago Bernabeú tuvo que callar, respirar profundo. Otorgar. La supremacía blaugrana fue total. Guardiola, caliente ante los micrófonos, sabio dentro del vestuario, proyectó el partido al igual que en la final de la Copa del Rey, al igual que los diseña todos con el ADN que tiene este equipo, abusiva posesión del balón, despliegue de juego por las bandas y unas individualidades que, más allá de su altísimo nivel, se potencian aún más cuando se encuentran en el campo de juego. La ecuación perfecta.


Ocurre una situación extraña en lo que entendemos por fútbol moderno: Barcelona te neutraliza jugando. Simple, no tiene la necesidad de poner cuatro perros de presa en el medio con el propósito de arruinar el planteo del rival. A todas luces se observan a esos técnicos, frenéticos en ordenar a esas dos líneas de cuatro que solamente destruyen intenciones. En Cataluña, la cuestión es distinta. Hablamos de valores que ostentan una capacidad fascinante tanto para atacar como defender. Te persiguen por todos lados pero claro, cuando tienen la pelota pasan por encima a cualquiera. Dualidad perfecta en este fútbol contemporáneo que exige una modificación de roles continuamente.


Real Madrid repitió la fórmula de Mestalla. Rigidez táctica, Ozil y Di María surcando las puntas con Cristiano Ronaldo libre. Atrás, parafraseando al Bambino Veira, Vietnam. Pepe, Lass, Xabi Alonso y los del fondo. Un librito estricto que Mourinho apeló específicamente en Inter en esa recordada Champions. No dio resultado. Barcelona no tropieza dos veces con la misma piedra. Intentó, abrió, dañó, dispuso del terreno para sentirse amo y señor. El mejor estado, el único con el que se siente cómodo.


Y Messi. Con el trazo fino de sus diagonales, la simpleza de sacarse rivales como postes y las apariciones fulgurantes como la del primer gol. La magnitud de un joven que rompe cualquier esquema previsto para detenerlo. Pido disculpas si reitero comentarios sobre el rosarino, ya hemos dicho tanto y sentimos que cada palabra nos resulta escasa, sin englobar todo lo que ejecuta Lionel a la perfección. El segundo tanto es la conjunción de habilidad y velocidad en su máxima expresión. Leo traslada su cuerpo con pelota en movimiento de una forma que aunque quisieran golpearlo tampoco podrán detenerlo. Ahí reside lo maravillo, lo esencial. Barcelona ahuyentó ese fantasma venido de Portugal con la mejor receta que conoce: jugar al fútbol.


Seguinos en Facebook / Twitter: @apertoldi

lunes, 29 de noviembre de 2010

Barcelona y la vergüenza de pedirle más

Ayer me refería a que el juego magistral de Roger Federer daba sentido a la vida. Dejenme agregar que contemplar al Barcelona de Guardiola constituye otro elemento para andar por la vida un poco más contento. La exhibición propinada hoy en el Camp Nou simboliza, más por el rival que se tenía enfrente, plagada de figuras y talentos descomunales, el devenir de un sentimiento arraigado al buen fútbol, a la utilización de nobles armas para reventar todas las consideraciones futbolísticas chatas y amarretas que pululan en varios puntos del planeta, históricas, producto de un reducción mental y que, a base de exitismo furioso y maléfico a la vez, hace que fin de semana tras fin de semana observemos cada espanto de partido que hasta nos hace hacer fanático de otro deporte.

En mi caso, si sigo viendo a San Lorenzo posiblemente a fin de año me embandere con las remera de los Yankees de Nueva York y empiece a escribir sobre beísbol. No falta mucho para este delirio, se los juro. Pero volviendo a la orquesta llamada Barcelona, un rompecabezas milimétrico, espontáneo, cuya propia espontaneidad es producto de una organización estructural que lleva más de veinte años, a partir de la llegada de Johan Cruyff.

Aquí se da el puntapié a un proceso fructífero desde toda vertiente crítica. Ante esta continuidad ideológica, más allá de los vericuetos dirigenciales, chicanas políticas, fallidos fichajes, etc, resulta indefectiblemente natural la combinación de esto que se llama Barcelona. Lo planificado decanta en espontaneidad. Todos saben a que están jugando. Josep Guardiola, un tipo que un capo de las letras como Juan Villoro lo catalogó de esta forma, siguió los consejos que daba en su tiempo su maestro Cruyff: "es importante tener entrenadores que contagien la alegría y el amor al arte, no los aspectos menos agradecidos y sacrificados del juego, sino su lado más luminoso y estimulante".

Sí, hay billetera, cómo que no, un delantero como Villa o un lateral como Dani Alves no se los consigue tan fácil. Hay que ponerlos uno arriba del otro. Pero podría jugar otro, tal vez un canterano, y la modificación de los factores no alteraría tanto el producto. La implantanción de una esencia permite eso. Pasarán los tiempos pero la impregnación de una manera de accionar este deporte permanecerá latente, presente. Ése es el legado que nos brinda este Barcelona. Fútbol, fútbol y si quedaba alguna duda, fútbol.

Seguinos en Facebook / Twitter: @apertoldi

domingo, 20 de diciembre de 2009

Barcelona: un equipo para la historia

La consagración del Barcelona como campeón del mundo implica el reconocimiento a uno de los mejores equipos de la historia. La cita en Abu Dhabi se ejemplifica con las lágrimas de Josep Guardiola finalizado el encuentro ante Estudiantes. Sabe interiormente que más lejos no puede llegar. Que ya entró en la puerta grande de la historia. La imagen más latente de Messi festejando, algo habitual en la temporada, significa la cúspide de un rendimiento colectivo superlativo que literalmente arrasó con todas las competiciones disputadas. 6 de 6. Soberbio. Majestuoso.

Siempre sucede que lo más cercano resulta proclive a admiraciones mayormente suculentas a otras etapas del fútbol. Parece como si nos olvidaramos que existió Hungría en 1954, Brasil en el Mundial de México 1970, Holanda en 1974 y tantos otros ejemplos que engalanaron al deporte rey. En términos de clubes, el Milan en los principios de los ´90 marcó tendencia de un estilo inigualable de Arrigo Sacchi, Fabio Capello y un conglomerado de estrellas. Retrotrayéndonos encontraremos al Real Madrid de Di Stéfano, el Santos de Pelé, el Boca de Carlos Bianchi y tantos otros. Pecaríamos de injustos ponernos a comparar y hacer un certamen eliminatorio para delimitir quién sería el mejor de todos. Pecaríamos al considerar el paso del tiempo como algo inerte, como algo que no se mueve. Lo concreto es que Barcelona en este nuevo siglo está escribiendo las páginas doradas y que los jóvenes, como quien escribe estas palabras, podremos hablar cuando seamos viejos de lo que significaba ver jugar al Barcelona. Ése, sin dudas, será el elogio más justo y sentido para el plantel blaugrana.

La consecución del trabajo ejecutado por Johan Cruyff y seguido por los diferentes entrenadores que se pisaron el Camp Nou ha generado este fenómeno que cuenta con explicaciones concretas: un maravilloso trabajo en divisiones inferiores, en la llamada La Masía, en la que surgieron ayer Messi, Xavi e Iniesta hoy aparecen los Pedro, Jeffrén, Bojan, en un contexto de respeto a una filosofía de juego determinante, sostenido a lo largo del tiempo y bajo una billetera cargada, vale aclarar, que posibilitó la llegada de intérpretes acordes para dicho objetivo. Demasiadas cosas en una simbiosis ideal que decanta en Barcelona 2009. Un equipo para la historia.

martes, 24 de noviembre de 2009

Josep Guardiola, según Juan Villoro

"Cuando se enumeran los méritos de Guardiola parece que se habla de un prócer republicano, no de una atleta. La nobleza, la honradez, la lealtad, la entrega, la elegancia contenida, el trabajo por los demás fueron sus ellos de fábrica. Cuesta trabajo describir su digno paso por las canchas en términos meramente futbolísticos. Digamos, solamente, que hubo una vez un atacante tan rezagado que inventó la ofensiva en la defensa. El capitán del barcelonismo ejerció un liderazgo templado y racional, como las tersas diagonales que salieron de sus botines".

Buscar en Doble 5

Visitaron

Colaboraciones
Wikio – Top Blogs – Deportes
Mi Ping en TotalPing.com
Este blog es parte de Buzzear (AR)
Sports blogs
Blogalaxia
Powered By Blogger