5 X 1

La figura de Martín Palermo representa un ícono de suma importancia en la historia de Boca. Se convirtió en el máximo goleador de la institución sumado a un sinfín de títulos conseguidos tanto locales como internacionales. El objetivo de este post no posará la mirada sobre su valiosa carrera sino que tendrá el fin de enumerar los diferentes delanteros que se incorporaron con el objetivo de reemplazarlo. Es un breve listado que cuenta la historia de 5 futbolistas que tuvieron un mismo objetivo: ser el 9 de Boca.

Abel Balbo: 4 partidos (268 minutos), ningún gol, y con el dedo índice izquierdo quebrado. Así fue la experiencia de Balbo vistiendo la azul y oro. Llegó al club en 2002 para disputar la Copa Libertadores y se fue de la entidad cuando el xeneize fue eliminado en cuartos de final por Olimpia de Paraguay, a la postre el campeón de ese certamen. Este delantero venía con antecedentes de lujo a partir de su paso por Italia, donde gritó en todas las camisetas que vistió (Roma, Fiorentina y Parma) aunque no pudo adaptarse plenamente al fútbol sudamericano. Su periplo por Argentina duró 32 días. Sí, leyó bien. Volvió raudamente a Roma, ciudad donde determinó su retiro de la práctica profesional.

Mauro Boselli: Es quizás el caso más emblemático del porqué ciertos futbolistas no llegaron a triunfar en una posición donde Palermo ejerce su supremacía hace más de diez años. Mauro se cansó de hacer goles en Reserva y también en Primera contando con escasos minutos en juego. En otro equipo de Primera División su titularidad estaba confirmada. Sin embargo, jamás pudo alcanzar ese objetivo en Boca, ya que la dupla Rodrigo Palacio y el mencionado Palermo se mantuvieron en un nivel excelente. Boselli, tras un aciago paso por el Málaga B, retornó a su club de origen y finalmente decidió continuar su carrera en Estudiantes de La Plata, que pagó 2.500.000 dólares por la mitad del pase. Una suma interesantísima teniendo en cuenta la proyección que cuenta este delantero. En sus primeros seis meses no desentonó: fue una de las figuras del equipo junto a Juan Sebastián Verón y marcó tantos importantes que le posibilitaron al Pincha llegar a la final de la Copa Sudamericana.

Bruno Marioni: Cuando llegó, muchos (me incluyo) pensaron que finalmente Boca traía un delantero de relieve y que se cansaría de hacer goles con esa camiseta. No obstante, las presunciones fallaron y Marioni no pudo aclimatarse del mejor modo a la institución. La titularidad de Palermo lo hacía permanecer en el once titular pero como un segundo punta, sitio en el que perdía la referencia del área, su hábitat natural. Llegó en el verano de 2007, bajo la tutela de Miguel Ángel Russo, y tras enhebrar buenos rendimientos en los Torneos de Verano (2 goles a San Lorenzo) parecía tener argumentos para mandar a Palermo al banco, aunque ya por los puntos el 9 siguió convirtiendo goles y esto, sumado a algunos rendimientos no del todo satisfactorios, hicieron que Marioni terminara en el banco de suplentes. Tiempo después volvería al fútbol mexicano. Igual, se dio el gusto de conseguir la Copa Libertadores 2007 y toma su paso como lo mejor de su carrera: "Jugar en Boca fue un sueño realizado".

Roberto Sosa: Uno de los tantos apellidos que llegaron a la Ribera para reemplazar a Palermo. Sin embargo, la estadía del Pampa duró apenas 6 meses y no pudo convertir ni un solo tanto. Venía de destacarse en el difícil fútbol italiano, más precisamente en el Udinese, aunque eso no le posibilitó rendir en plenitud durante su paso por Boca. Su carrera tendría como destino nuevamente Italia, en el que pudo mostrar sus mejores armas en el Nápoli, donde arrancó en la Serie C y terminó jugando en la máxima categoría. Ahora despunta sus últimos años en el club que lo vio crecer, Gimnasia y Esgrima (LP).

Naohiro Takahara: Una de las rarezas que existieron en Boca durante mucho tiempo. Si tiempo atrás fueron Charles y Alphonse Tchami, la excursión del japonés fue mediática pero poco convincente en el campo de juego. Llegó no pedido por el técnico Carlos Bianchi y en los entrenamientos no pudo demostrarle su valía al entrenador. Takahara comenzó su carrera en el Júbilo Iwata de su país natal en 1998. Tras marcar 32 goles en 78 partidos con su primer club, llegó a la Argentina, fruto de una movida del presidente Mauricio Macri para expandir a Boca en el inmenso mercado asiático. Takahara apenas disputó 6 partidos y marcó un solo gol, más precisamente a Lanús en una goleada por 6 a 1. A pesar de esto, la carrera de este delantero fue en ascenso. Volvió a Japón, se consagró como máximo goleador y mejor jugador del torneo y se dio el gusto de jugar en Alemania con el Hamburgo y el Eintracht Frankfurt. En 2008 retornó a su país. Ah, además disputó con su selección el Mundial de Alemania 2006.