jueves, 30 de junio de 2011

Preolímpico: Argentina ya tiene a los 15, con dos vueltas esperadas

Julio Lamas dictaminó la preselección de quince jugadores que disputarán el Preolímpico a desarrollarse del 30 de agosto al 11 de septiembre en Mar del Plata. A la confirmación previa de seleccionados, siete en total, donde figuraban Pablo Prigioni, Carlos Delfino, Emanuel Ginóbili (regresa al combinado nacional tras la ausencia en el pasado Mundial), Leo Gutiérrez, Andrés Nocioni, Hernán Jasen y Luis Scola se le incorporaron ocho apellidos, entre los cuales destacamos a Juan Ignacio Sánchez, quien luego de renunciar hace cinco años a la selección volverá a vestir la celeste y blanca. No exigió minutos en cancha para regresar. Sólo estar y ayudar, digno en un deportista de elite como Pepe, cuyo rendimiento sobresaliente en la cancha a partir de su proyecto Weber–Bahía Blanca en la última temporada en la LNB sirve de bálsamo ante la situación física desfavorable en que se encuentra Pablo Prigioni, aquejado de algunas molestias musculares que no lo tienen al ciento por ciento. Se sabe, si Pablo llega bien, será el organizador de juego, sin dudas.
Otro que reaparece es Fabricio Oberto, retirado por una afección cardíaca, detectado en su breve paso por Portland, y que, con el permiso médico dado, aportará su granito de arena en la zona pintada acompañando a Scola, el cual se espera desde el cuerpo técnico que llegue a la cita en La Feliz en el mejor estado físico posible. Luifa es insustituble, más que Ginóbili, podríamos decir. En la zona pintada, en el roce físico y el ejemplo del vestuario. La exigencia del rival con Scola en cancha aumenta considerablemente, la preocupación se duplica, por un lado Manu y por otro el de Houston Rockets. Si no está, Argentina dará mucha ventaja en las cercanías del aro, más aún al encontrar a Oberto, sin el ritmo de juego requerido tras varios meses de retiro. Los restantes convocados: Juan Pablo Figueroa (base), Paolo Quinteros (escolta), Leonardo Mainoldi (ala-pivote), Federico Kammerichs (alero), Juan Gutiérrez (pivote) y Martín Leiva (pivote). Lamas, analizando cada parte del plantel colocará en la lista final los 12 nombres que querrán obtener los pasajes a Londres 2012, meca de esta Generación Dorada que tantas alegrías nos dio.

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domingo, 26 de junio de 2011

River a la B: un dolor que se sana desde hoy

De mis viejos siempre aprendí algo insustituible, algo que no encontrás en un manual, libro ni nada por el estilo. Comprendí la importancia de ponerse en el lugar del otro, cómo tus propias acciones pueden repercutir en el prójimo. En esa situación de traslado, uno entiende el dolor del hincha, el genuino, el tipo que trabaja, estudia y ve en River un motor fundamental en su propia vida, un amor que no se corrompe ante ningún interés de por medio. El descenso, mojón en la historia de este club que es demasiado grande, demasiado, algo que jamás entendieron sus dirigentes, los cuales fueron votados por los socios, vale aclarar, marca el quiebre, la refundación en todas sus esferas. Se pisó fondo, se llegó hasta este límite desconocido.

La imagen del final habla por sí misma, futbolistas, jóvenes, llorando, mirándose extrañados, sin responsabilidad del desguace comandado por José María Aguilar, Mario Israel y su Comisión Directiva, un barco a la deriva que Passarella no supo enderezar, con decisiones también equivocadas, como futbolistas que no rindieron (Rojas, Canales, JM Díaz, Bordagaray, Caruso, Arano) y técnicos no acorde a la situación como Ángel Cappa y Juan José López. JJ desbarrancó, desde aquella derrota ante All Boys perdió el rumbo. Y la obstinación no trae éxitos, está comprobado. Passarella prefirió confiar que ese fantasma llamado descenso no golpearía la puerta. Que una solución mágica, reordenaría todo. No hubo caso. Esto no debe significar la salida de Passarella, el mandato de los socios deberá cumplirse, una culminación en otro gobierno generaría mayor caos, no me caben dudas.

Desde hoy, a las cinco de la tarde, River deberá revalidar su grandeza. Desde el plano dirigencial comprender que la B Nacional es un torneo con características particulares, el cual merece profesionales que sepan desmenuzar cada paso en este certamen. No repetir el ejemplo de Central, que pena en una categoría que le es disímil a su historia y pensó que la A era lo mismo que la B. Error. Sí, el dolor está demasiado presente para hablar del futuro. Sin embargo, el dirigente debe enfriar el corazón y repensar qué se hizo mal y entender que esta institución, bisagra en la sociedad argentina merece otro lugar y actuar en consecuencia. Basta de caprichos e ineptitud.

Le hago caso a los viejos. Me pongo en el lugar del hincha, que llora en silencio, que no encuentra respuestas, que observa todo oscuro. A ellos, el acompañamiento. De ellos, también dependerá el futuro. En River hay jóvenes con mucho futuro que ligaron un presente desafortunado, producto de otros que siguen en la impunidad, en otros países, como si fuese un premio. Cirigliano, Lamela, Pereyra, Affranchino, Lanzini, Funes Mori, González Pirez, el futuro está, el que quiere a River deberá apoyar y confiar en ellos, que son los únicos que permanecerán y quieren una revancha en su vida profesional. Una revancha que será para todos.

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Los 23 de Batista: ¿Qué decir?

La lista de Sergio Batista está. 3 nombres fueron desafectados, tres del medio local, como son Diego Valeri (Lanús), Luciano Monzón (Boca) y Enzo Pérez (Estudiantes), éstos dos últimos con pasajes casi confirmados a Europa, al Niza y Benfica, respectivamente. La lista confirma a Gago, un apellido discutido no por calidad sino por falta de ritmo futbolístico, producto de su ausencia de titularidad en el Real Madrid. Biglia, Banega, Cambiasso, Mascherano, una superpoblación de números cinco que dejan una serie de dudas sobre cómo poder focalizar el ataque por los costados si el partido lo rquiere. Extender el ancho de la cancha para generar mayor daño al rival, un abecé del fútbol moderno. Con mirar al Barcelona, se entiende cómo se puede desorganizar al contrario proponiendo ataque por los costados, así las fallas aparecen solas. Sorprende lo de Enzo Pérez, un volante mixto que sabe y mucho por las bandas y que cuenta con presencia ofensiva latente. Valeri, con menos vértigo y más pausa, con claridad limpia en la ubicación de la pelota, también resultaba una opción pertinente. Se sumó demasiados soldados con la misma cualidad y se evitó una mayor pluralidad en puestos, que serviría ante resultados opuestos. Una decisión estrictamente de Batista. En los 23 hay un solo irremplazable (Messi) y varios apellidos de peso (Aguero, Tevez, Di María, Zanetti, Milito, Mascherano, Cambiasso) y la promesa de dos nueves de área que, con momentos no tan positivos como en Sudáfrica 2010, son garantía de gol como Higuaín y Milito. Hoy, sin embargo, el punta, punta parece ser Lavezzi, el de Nápoli es explosión en velocidad pero sin una eficacia concreta con el arquero enfrente. Deseamos fervientemente una mayor preponderancia de Javier Pastore, un socio ideal para Messi, dos tipos que entienden el mismo idioma y que esperemos que el técnico exprima esa sociedad que demostraron en el poco tiempo que estuvieron juntos en cancha. Faltan pocos días para el debut ante Bolivia y la lista cerró. Algunas apreciaciones de Doble 5.


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jueves, 23 de junio de 2011

El error como denominador común: Huracán a la B

Quizás todo lo que haya sucedido en este tiempo tenga su identificación con aquél suceso. Larrivey, Monzón en el piso, Moralez definiendo y el festejo interminable. La ilusión desvanecida, rota, la mística de ese gran equipo que se fue dando instantáneamente borrada en un puñado de segundos. Huracán jamás pudo recuperarse de ese golpe. El rápido desmembramiento de ese plantel, con Pastore y Bolatti a la cabeza, fue la punta de lanza del descenso, lógico, tras temporadas paupérrimas, donde no escapó de los últimos puestos. Roberto Pompei, en este Clausura, poco pudo hacer con un plantel plagado de juveniles que salieron a dar la cara en el peor momento. No alcanzó.

Huracán pena por las pésimas gestiones dirigenciales de los últimos 15 años, que lo han sumergido en un derrotero interminable con la pérdida de prestigio correspondiente. Hoy las páginas de los diarios mostrarán a chicos llorando, surgidos de unas inferiores que le dieron mucho al club en la cancha y también en dinero producto de transferencias, un ingreso que nunca se vio representado en mejoras para la institución, ya digo desde la faz estructural o al menos en la conformación de planteles profesionales aptos para representar dignamente la historia de Huracán en nuestro fútbol. Al igual que en el caso River, los verdaderos responsables se generan a través del pasado y están ocultos, bien ocultos. La impunidad, también.

Ojo, no desconocemos los errores del actual presidente Carlos Babington, cuya ausencia de aciertos en política de contrataciones es visible e indiscutible. La planificación al voleo, arriesgar en lo que se compra y no generar políticas de autoabastecimiento progresivo desde las inferiores decantaron este final, plagado de jóvenes que asoman en la máxima categoría con un descenso y demasiadas responsabilidades en la mochila para su edad. Huracán vive un peregrinaje nefasto que lo hunde cada vez más. Pasan los presidentes, comisiones directivas, futbolistas, todo, todo pero el club sigue cayendo al vacío.

El descenso de categoría implica un repensar absoluto. Como decía mi abuela, barajar y dar de nuevo. Sabias palabras expresadas por Pompei, luego de consumada la derrota en el desempate ante Gimnasia: a Huracán nada le servirá subir de vuelta a Primera si no establece sostenes firmes, si no encuentra una reformulación coherente, innovadora sobre lo que anhela como institución. Dar las discusiones acerca del modelo de club que se necesita, encontrar en el debate mismo de los socios argumentos para la búsqueda de soluciones. Sin eso, no se modificará la matriz, el corazón de un proceder que ha sido negativo desde todo punto de vista. Al principio aseguraba que ese triunfo de Vélez había sido el generador de todo esto. Hay un poco de razón pero hay que escarbar mucho más, no quedar satisfecho por un hecho en particular, más allá de la importancia que tenga. En la profundización de la problemática localizaremos más causas del por qué este presente.



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martes, 21 de junio de 2011

Messi pagó la entrada

Apuntes, pocos. El rival previsible, flaco en recursos, sin forzar ninguna responsabilidad de peso para la defensa. Quizás lo más provechoso fue engranar el funcionamiento de mitad de cancha en adelante. Este amistoso ante Albania (4 - 0), una selección clase C, ni debe ser catalogado como un examen previo a la Copa América. Hubiese sido enriquecedor un choque con mayor jerarquía. Pensemos en Brasil y Uruguay que medieron fuerzas ante Holanda, con todas sus figuras. Negocios, pactos, plata y la aparición de estos seleccionados que poco seducen al público, el cual no acompañó en la medida que se esperaba en la fría tarde del Monumental.

Lionel Messi prendió la lámpara y regó de talento a Argentina. Ayer fue un día de asistidor, de poner pelotas claves. Primero a Lavezzi y luego un pase digno de Ricardo Bochini, para que el Kun Aguero definiera con clase. Ah, también tuvo tiempo de meter un gol. Sinfonía del 10, clase magistral, lo de siempre, la magia hecha futbolista. El hincha que va a ver a la Selección, distinto del que puebla cada fin de semana las canchas argentinas, lentamente lo va cobijando en el afecto, en lograr que se genere una mística entre "el" referente futbolístico y su gente.


La entrada de Zabaleta y Gago por Rojo y Biglia le otorgó mayor movilidad en el centro del campo. Al del Real Madrid se lo notó errático en algunos pases pero comprende a la perfección lo que pregona Batista: circulación rápida y pelota al piso. Tevez molestó, inquietó rivales, sin embargo, parece que el trinomio Messi, Di María y Lavezzi va fija ante Bolivia. El del City deberá ganarse la titularidad con rendimientos superlativos en los minutos que entre. Ni una prueba ante Albania. Ratos de juego lúcido para que la gente que dijo presente disfrute a Messi. De concreto para la Copa América, poco y nada. Batista deberá seguir pergeñando en Ezeiza la fórmula para potencializar las virtudes y reducir defectos de cara al debut ante los bolivianos.


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domingo, 19 de junio de 2011

Hay Unión de Primera

Volvió. Pasaron ocho años, un tiempo extenso en que una provincia tan futbolera como Santa Fe no tenía a Unión en la Primera División. El modo, en este caso, era retornar a la esencia, a la mística del club. Manos a la obra puso Frank Kudelka, hombre con sangre tatengue sí los hay, quien con el correr del Torneo Nacional supo, dentro de un marco sin mucha abundancia, encontrar "el" equipo sin que dependa de alguna individualidad en particular. Este Unión, flamante ascendido, no cuenta con un futbolista que sobresalga al resto, posee varios valores que se fueron retroalimentando y contagiándose con el transcurrir de los partidos. Ahí estriba el mérito, alejarse de egoísmos, aires de divismo, para colaborar en la causa.

Decimos Pablo Pérez, un joven que había surgido con mucha repercusión en Newell`s, donde nunca pudo establecerse ciento por ciento y que ha sido un comodín en la estructura pensada por Kudelka. Sucede en casos que el propio rodaje que exige la Primera no espera al crecimiento de algunos valores. Pérez tendrá su revancha en la máxima categoría. Otro, Juan Pablo Cárdenas, con varias temporadas en el lomo en la institución, siendo referente y capitán, mantuvo una regularidad a lo largo del campeonato que cualquier líder debe mostrarle como camino a seguir para los más jóvenes. Sí, también Paulo Rosales, el hacedor de juego, a veces dubitativo, intermitente, pero con una gran destreza técnica, el tipo que tiene la ductilidad de sacarse dos tipos de encima, una proeza en el Nacional B, de nivel parejo -a veces mediocre- por dónde se lo mire. También Leandro "Chancha" Zárate, quien tenía todo arreglado hace un año para sumarse a Patronato, decidió volver y varios de sus goles fueron claves en la conquista y Sebastián Vidal, ex Boca, un relojito en el mediocampo, paradito delante de la defensa y simple con la pelota en los pies. Trasladar lo menos posible y jugar de primera. Lo sabe hacer. Nombramos a varios, perdón si nos olvidamos de otros.

Costó y mucho. El ascenso podría haber sido tiempo antes. Un bajón desde lo anímico que repercutió en lo futbolístico le hizo perder varios encuentros seguidos (4) y San Martín de San Juan se acercó velozmente. La victoria ante la CAI en Comodoro y lo de ayer ante Ferro sepultaron las chances del conjunto sanjuanino que esperará por el desempate entre Gimnasia LP y Huracán para esperar a su rival. Abran las puertas que hay espacio para Unión en Primera. Vuelven los clásicos contra Colón, se recupera mística en el fútbol argentino.

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viernes, 17 de junio de 2011

Literatura en D5 ("Pepe Mujica. De tupamaro a Presidente")

Hay historias que pasan sin dejar huellas, otras que se desvanecen con el tiempo, algunas que se mantienen con fuerza un tiempo para desaparecer enseguida y pocas, muy pocos, que quedarán eternizadas en la memoria de todos. En esta última estará, sin dudas, la de Pepe Mujica. Desmenuzar sus vivencias, opiniones, visiones, contradicciones, perspectivas históricas, preguntas interiores, de eso se trata las entrevistas realizadas por la periodista y abogada María Esther Gilio al actual presidente del Uruguay en Rincón del Cerro. Las mismas se desarrollaron en 2005, días después de que el Frente Amplio venciera por primera vez en las elecciones presidenciales con Tabaré Vázquez a la cabeza.
Luego, en su edición actualizada, repasa otra charla ya en 2009 en las vísperas de los comicios en que finalmente se consagraría como nuevo mandatario uruguayo. Pepe, apodo impregnado en el imaginario colectivo, desde niño fue sostén familiar tras la muerte de su padre y empezaría a militar como “anarco” a los 14 años para ser luego uno de los principales dirigentes tupamaros, movimiento armado guerrillero en la década del `70, cuya participación le valió permanecer en la cárcel, en condiciones infrahumanas, durante 13 años.

En sus términos no existe la palabra rencor por aquella aciaga experiencia, su posición frente a la vida es mirar siempre adelante y no recaer en ese dolor irrecuperable por el tiempo perdido. Luego de la salida carcelaria, fue uno de los impulsores del Frente Amplio, que tras gestiones exitosas en la intendencia de Montevideo se trasladó a la conducción del país. Pasar de las armas al voto democrático, concebir a este sistema de gobierno como el mecanismo, con errores y todo, de trasladar su ideología en políticas eficientes que eleven el nivel de vida del total de la población.

Lo enriquecedor de esta serie de entrevistas que conforman “Pepe Mujica, de tupamaro a Presidente” es la capacidad con la que cuenta Gilio para “aflojar” al entrevistado, seguir una línea de preguntas que tienden a redescubrir al personaje, que ya de por sí, por caudal histórico y representativo para la sociedad uruguaya, es motivo de seguimiento. Y Mujica se suelta, habla, pregunta a sí mismo, vierte definiciones políticas de excelencia, en soltar elementos en pos de comprender lo que sucede alrededor. No lo hace en forma de consejo, ni como el tipo que volvió de todo y cree que “su” verdad es “la” verdad. No se cree lo del mito que se construyó alrededor de su figura. Lo realiza desde la humildad, en ser, tal cual se define “como alguien que dice lo que piensa y vive como dice”. En la autenticidad está sin dudas la receta del éxito que le permite ser respetado por todos, propios y extraños.

Habla y mucho de Argentina. De su admiración por Rosas, a pesar de su federalismo marcado a Buenos Aires, Yrigoyen y su caudal intelectual y el mérito en Néstor Kirchner de generar una nueva ola transformadora con gobiernos progresistas en América del Sur, estando prácticamente solo cuando inició dicha tarea, hasta las críticas abiertas a Montoneros, el ERP, en fin, una vinculación constante de lo que acaece en Uruguay y sus correlatos en el país hermano. Ah, y lo que le gusta venir a Buenos Aires ya que no lo reconocen y puede venir tranquilo. Sí, en 2005 lo decía, hoy quizás sea distinto.
Lo recomendamos, sin dudas. Si te gusta la política, encontrarás en Mujica un abanico de definiciones simples, con las cuales no tenés por qué concordar ciento por ciento pero que absorben respeto. Un pensar complejo transmitido en una forma nítida, pura, sin grandilocuencias. Ése fue el pacto tácito entre Gilio y Pepe. De este resultado, salió un gran libro.

Algunas frases sueltas:

"En aquellas afirmación de que el poder absoluto corrompe hay mucho de verdad. Yo creo que la administraicón del poder siempre va acompañada de un sentimiento de fragilidad, de inseguridad, de un temor a perderlo que puede llevar a cometer errores a quien lo ejerce. Nadie podrá controlar mejor a quien ejerce el poder que el opositor".


"Los cambios son peligrosos cuando en su búsqueda se cae en el infantilismo. Y lo conservador es peligrosos cuando se vuelve reaccionario. El que define la partida es el centro. El arte de la política es el arte de arrastrar al centro. Porque es allí donde está el grueso de la cosa".


"En política hay que reproducirse como se reproducen los yuyos. La ley de la muerte es inexorable, la manera de enfrentarla es a partir del amor. El amor, en política, es cuidar que otros queden levantando las banderas. Pensando que, sea como sea, la muerte siempre nos gana la partida, organicemos bien lo que es inevitable".


"Creo que una sociedad que quiere cambiar hacia el horizonte que nos proponemos tiene que ser una sociedad rica y culta. Por eso necesitamos una sociedad rica. No se puede repartir la miseria, racionar la miseria".


"¿Qué es una revolución sino una sucesión de reformas? Una revolución que se queda en los primeros puntos se queda en algo conservador. La revolución implica el cambio permanente; si no deja de ser revolución".


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miércoles, 15 de junio de 2011

No pudo ser: Russo se fue de Racing

Miguel Ángel Russo no será más el entrenador de Racing. Reunidos con él, los hombres claves de la dirigencia académica (Molina y Podestá), decidieron la no renovación del vínculo con el ex Boca, Central y otros. Los resultados no fueron los esperados, el rendimiento quizás. Observando con perspectiva, ya al cierre del torneo, vemos como muy particular el paso de Racing en este Clausura. Con muchos ingredientes en el devenir del campeonato, con derrotas varias, algunas injustas considerando fallos arbitrales en contra y en otras, plasmando una superioridad marcada sobre el rival sin sacar la diferencia en el resultado final. La intención estuvo desde siempre, proponer y no esconderse. Fallaron variables, entre ellas la fortuna.

Al inicio la lesión de su mejor jugador, Gio Moreno, compensada en cierto modo por el andar eficaz de su compatriota Teófilo Gutiérrez, otorgando su cuota goleadora, un déficit en los últimas campañas de Racing; actuaciones sobresalientes pero salteadas tanto de Hauche, Toranzo, Licht, Pillud y Yacob, por citar ejemplos; interesantes momentos de juego colectivo; ausencia de un referente de peso en la defensa que pegue un par de gritos en los momentos turbulentos y dos arqueros que, cuando tuvieron su oportunidad, jamás brindaron la seguridad requerida. Una mixtura de circunstancias.


La derrota el lunes ante Godoy Cruz por 3 a 2, luego de ir 2 a 0 a favor, fue una síntesis del desenvolvimiento de la Academia en este torneo. Un primer tiempo lúcido, con un gran nivel de juego y luego un bache anímico que decanta en fortaleza del rival que se anima y termina encontrando fisuras en la estructura constituida por Russo. El volumen de fútbol no puede trasladarse en la plenitud de los minutos, son pasajes exiguos que no le han brindado los puntos que merecía. Además, las desinteligencias las pagó muy caro. Como caso lo sucedido con Roberto Fernández y su pase rápido a Pillud que determinó el penal del Tomba.


Russo se despide de Avellaneda dejando un plantel con buen caudal técnico, una idea de juego más o menos clara y esperando el retorno para el próximo semestre de Gio Moreno. El próximo entrenador no deberá arrancar de cero. Sí ser minucioso en el ojo para incorporar en los huecos donde hace falta, continuar la búsqueda de juveniles y otorgarle sustentabilidad a las intenciones futbolísticas generadas.


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domingo, 12 de junio de 2011

Las 5 Claves de Vélez campeón

Abundancia. Variantes en todas las líneas, fortalecidas por un proceso de continua llegada a la Primera de jóvenes surgidos en las divisiones inferiores. Eso no se consigue ni de un día para el otro, debe existir una voluntad política manifiesta en ejecutar un proceso que no rinde dividendos al corto plazo. Razzotti, Canteros, Bella, Ricky Álvarez, Tobio y los que vendrán. Y cuando hay que sacar la billetera, posicionarse en futbolistas que puedan funcionar de modo óptimo. Silva, Zapata, Moralez, Ramírez y Augusto, por nombrar algunos. La combinación ideal, foguear a los más chicos con tipos de experiencia que les hacen más fácil el camino a transitar.

Un gran arquero. Sin los reflectores de otros, sin llamadas a la selección pero con un enorme Clausura. Una partecita de este título de Vélez se lo debe a Marcelo Barovero, antes suplente de Germán Montoya y hoy titularísimo en el conjunto de Ricardo Gareca. Sólido, buen manejo de pelota y el juego aéreo y excepcional en el mano contra mano, efectuó en rendimientos la premisa de un equipo que ataca continuamente: cuando te lleguen, en escasas oportunidades, responder acorde. La fecha anterior en la victoria ante Godoy Cruz, clave en la consagración, tras la eliminación copera, apareció en toda su dimensión cuando el encuentro estaba en cero y las dudas surgían en el Amalfitani.

Silencio, hombre trabajando. Ricardo Gareca no la tuvo fácil. En una época circuló el rumor de cierto malestar en el plantel, los resultados no estaban ayudando y el nombre de Omar Asad aparecía como un posible reemplazante. Pero Gareca siguió fiel a su idea, a su voluntad. Su vocación de fútbol ofensivo, el intentar siempre ejercer hegemonía en el juego y no vivir este deporte con miedo dio sus resultados. Seleccionó jugadores acorde a su filosofía y sobre todo les brindó paciencia y comprensión a los juveniles. Los supo esperar. Hoy tiene su premio. Aplausos para el Tigre, uno de los mejores técnicos de la Argentina.

Tres que valen mil. Moralez, Martínez y Silva. El triángulo de talento en este Vélez campeón. Maxi pone el pase magistral, el razonamiento del juego segundos antes, Juan Manuel la habilidad del potrero, la potestad de sacarse tres tipos de encima sin pestañear y Santiago la voracidad del goleador, esa ubicación siempre perfecta para que la pelota termine en la red. El fútbol se elabora en grandes sociedades, que surgen espontáneamente y tienen la importancia de seguir madurando con el tiempo. Éste es un gratificante ejemplo.

Las tres patas. Hablamos de los jugadores, del cuerpo técnico y resta la dirigencia, un ejemplo de seriedad, honestidad y vocación por continuar el legado de Pepe Amalfitani. Vélez, como club, a excepción de ciertas actitudes criticables de su público, significa la excelencia como modelo deportivo. La prolongación de un proyecto sustentado fue generando dividendos a lo largo de estos años. Una economía estable, un patrimonio propio en ascenso y un futuro promisorio por dónde se lo mire.

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sábado, 11 de junio de 2011

Música en D5 "Me hice cargo de tu luz". Lisandro Aristimuño.



Me hice cargo de tu luz
Que desde afuera es tan hermosa
Me vi hundido en lo azul
De todo el cielo de Mendoza
Seguí la ruta y camine
Cantando apunto de caer
Me hice imagen de tu cruz
Portando todo el viento zonda
Tu noche pareció preciosa
Y el día se mostro sin fin, sin fin…
Me hice cargo por mirar
Colores de tu piel tan rosa
Es duro olvidarme de voz
En este trampolín de rocas
Igual me quedo con tu voca
Que sabe derretir dolor, dolor….
Fue necesario tanta luz
para poder seguir tu sombra
Me hice imagen de tu cruz
Portando todo el viento zonda
Tu noche pareció preciosa
Y el día se mostró sin fin, sin fin…
Me hice cargo de tu luz
Me hice cargo de tu luz .

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jueves, 9 de junio de 2011

Finales de la NBA: Dirk arruinó el mundo de Dwyane





Miami había comenzado la serie con ventaja, cedió un juego como local pero logró recuperarse triunfando el domingo en el American Airlines Center de Texas. Para sostener la tónica de las finales, un afiebrado Dirk Nowitzki volvió a ser el héroe de Dallas. Pese a cometer errores infantiles y no brindar garantías en el costado defensivo, los locales se impusieron por 86-83 en el cuarto partido y dejaron la serie al rojo vivo.




Con el puertorriqueño José Juan Barea (8 puntos, 3-9 de campo) como titular, el arranque del encuentro tuvo mucho ritmo. Miami dominó los tableros y se mantuvo a tiro a partir de las segundas oportunidades que regalaban los de Rick Carlisle. Tyson Chandler (finalizó con 13 puntos y 16 rebotes, 9 de ellos ofensivos) era el único que no perdía la concentración para defender, mientras que Dirk, afectado por los 38 grados de fiebre que marcaban los termómetros en la previa del juego, parecía apagado.


La primera mitad finalizó con una ventaja de dos puntos para la visita, sostenida desde los aportes de Chris Bosh (24 y 6 rebotes) y Dwyane Wade (32 y 6). Sorprendió, para alegría del público local, la ausencia de LeBron James (8 puntos, 9 rebotes, 7 asistencias y 4 pérdidas), tímido a la hora de atacar el canasto y reacio a liderar el ataque del Heat. Si las críticas apuntaban hacia él en la previa, LeBron no hizo más que alimentar a sus detractores con una actuación decepcionante. En la otra vereda, Jason Terry (17) apareció para mantener las esperanzas pese a la baja eficacia de Nowitzki.


Al igual que en los primeros tres partidos, Miami consiguió despegarse en el marcador en el último cuarto, estirando la diferencia a 7 puntos. Pero, como sucede con los líderes naturales, ni la fiebre pudo evitar que Dirk muestre lo mejor de su repertorio en el momento crucial del juego. Levantó el alemán y el local creció disimulando a Wade, que hacía todo para Miami, incluso ponerle una tapa de novela a Chandler. Esa acción, donde el escolta de 1.93m bloqueó al pívot de 2.16 merecía ser la foto del día, quizás de la temporada. Pero Miami no supo acompañar al número 3 y el dúo Terry-Nowitzki prevaleció.


Ambos equipos tienen muchísimas cosas para corregir pensando en lo que viene. El Heat necesita a James. Bosh logra ser factor por momentos, y Wade lucha en soledad contra Dallas. Los Mavericks deben mejorar su rotación ofensiva. Kidd brindó una clínica a la hora de defender, pero finalizó el juego sin puntos y con más pérdidas (4) que asistencias (3). Barea sigue siendo intermitente y Peja Stojakovic (jugó menos de un minuto) parece haberse quedado sin crédito, aún cuando DeShawn Stevenson (11 en 26’) presenta molestias físicas.


El cuarto juego podía definir el destino de la serie, y vaya si lo hizo, porque aumentó al máximo la presión para ambos lados. Miami afrontará el próximo duelo con la lupa puesta sobre LeBron, mientras que Dallas no puede volver a repetir las concesiones brindadas tanto en defensa como en ataque. Los datos por momentos ilustran, pero a veces son determinantes: el ganador del quinto partido se quedó con los anillos en el 73% de las finales. Con la estadística presente, esta noche nos espera una verdadera batalla: para todos los involucrados en la causa será el partido más importante de sus carreras.


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martes, 7 de junio de 2011

Finales de la NBA: Wade sacó la cara por el Heat



Después de una derrota que pegó fuerte en el seno del equipo dirigido por Erik Spoelstra, Dwyane Wade se puso el equipo al hombro y condujo a Miami hacia una nueva victoria. Con la serie 2-1 a su favor, el representante del Este recuperó la ventaja de campo y puede definir -en caso de ser necesario- el título en el estado de la Florida. Por su parte, Dallas volvió a mostrar las dudas de la primera final, y a pesar de remontar varias desventajas no consiguió aprovechar el envión de jugar en su casa. Los primeros dos cuartos Miami tuvo el control del partido. La imprecisión del local para doblar marcas permitía que el ‘Big Three’ circule sin problemas el balón y active a la segunda línea, liderada por Mario Chalmers (finalizó con 12 puntos y 4 rebotes). El local extrañó a Shawn Marion (limitado a 10 puntos y 4 rebotes) y volvió a sentir que José Juan Barea (6; 2-8 de campo) no logra ser factor revulsivo cuando le toca entrar en acción.



Dallas demostró que no se rinde nunca y logró remontar una desventaja de 15 puntos y otra de 14, pero no supo mantener el marcador cuando el partido requería el golpe a golpe. El equipo de Rick Carlisle dependió mucho de Dirk Nowitzki, que firmó una excelente planilla con 34 puntos y 11 rebotes. Para la visita, Wade (29 y 11 reb) logró activarse en los momentos calientes, y lideró al quinteto de Miami en los minutos finales, cuando la balanza parecía inclinarse hacia el lado del conjunto texano. El último arrebato local no fue suficiente y los de Spoelstra cerraron el partido por 88-86 gracias a un doble de Bosh (18).



La ventaja de campo regresa del lado del ‘Big Three’, que sufre la constante presión de la prensa. Durante los últimos días se multiplicaron las críticas hacia LeBron James (finalizó el tercer juego con 17 puntos y 9 asistencias), así como luego de la segunda final fue Bosh el que cargó con la culpa de la derrota. Si uno de los 3 referentes de Miami no supera el doble dígito en su planilla es apuntado inmediatamente. Algo entendible, resulta más fácil buscar grietas en el antipático trío del Heat que hacerlo entre los agradables veteranos de Dallas.


Habrá que ver cómo asimila las críticas ‘King’ James. Enchufado es capaz de sacar un partido adelante por su cuenta, pero si se apresura para tomar decisiones puede terminar afectando a todo su equipo. Cuando Kidd descansa Dallas le imprime otro ritmo a la ofensiva, aprovechando la electricidad con la cual conduce el puertorriqueño.


A esta altura de la serie, Nowitzki y sus muchachos enfrentan un partido bisagra. Las ganas y el espíritu demostrado por los Mavericks son dignos de elogio, pero la evidencia manifiesta un saldo negativo para la franquicia del extravagante Mark Cuban.


El American Airlines Arena de Texas volverá a vibrar esta noche, cuando el cuarto juego de las finales comience a inclinar la tendencia de la serie. Con la tranquilidad de haber ganado el primero de los tres partidos fuera de su casa, Miami debe mantenerse atrevido, tratando de cerrar más los espacios cuando consigue despegarse en el marcador. El margen para equivocarse se redujo notablemente para el local, que deberá afinar todas sus herramientas ofensivas para no depender exclusivamente del aporte de Dirk. Por todo lo expuesto anteriormente, y los condimentos únicos que tienen las finales de la NBA, el cuarto partido de la serie promete ser decisivo.


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lunes, 6 de junio de 2011

El proyecto está: Peñarol campeón de la Liga

Mar del Plata posee marcas registradas, desde sus playas, los lobos marinos, el puerto, la movida noctura, sí, también hablamos del casino, sitio de tantas alegrías y tristezas, en fin, atracciones que la colocan como una de las ciudades con mayor caudal turístico de la Argentina. Ahora habrá que agregarle un elemento más: Peñarol. Bicampeón de la Liga Nacional tras vencer a Atenas por 89 a 83 en el quinto partido de la serie final. Un premio merecido que habla de la continuidad de un proyecto, comandado en el parquet por Sergio Hernández, el mejor técnico de nuestro país y guiado desde la cancha por Leo Gutiérrez, el talismán, quien ya tiene con distintos conjuntos 8 ligas. Sí, 8.

No hubo paridad ante Atenas. 4 a 1 dirá la estadística. Los cordobeses, en una enorme campaña, que incluyó un Super 8, tras un proceso de reacomodamiento en materia de contrataciones llegaron a la serie decisiva sabiendo de su inferioridad ante el Milrayitas, sólido, rigurosos defensivamente, inteligente y punzante desde la línea de tres, adjuntando una amplia gama de jugadores con rendimientos brillantes tales como Tato Rodríguez, Lamonte, Mata, Leiva y el ya mencionado Gutiérrez. Aplausos a los dos. Al Griego por animarse a las modificaciones estructurales con buenos resultados y a Peñarol, en su tercer título de Liga, por mantener políticas activas a través de la conducción de Domingo Robles que le siguen dando rédito. Mantenerse en la cúpula del básquet nacional no es sencillo.

El año próximo Peñarol, un grande en este deporte, mantendrá la misma base de jugadores. Un acierto de la cúpula dirigencial. Ya en el vestuario, con las redes en la cabeza, se hablaba del tricampeonato. Una mentalidad ganadora ciento por ciento. Resta saber la continuidad de Sergio Hernández, visiblemente agotado tras años y años con la selección nacional y su participación en este equipo. Él ya dijo que no pero quieren convencerlo. Igual, el proyecto sigue firme, ese mismo que le da una alegría muy pero muy grande al pueblo marplatense.

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domingo, 5 de junio de 2011

Literatura en Doble Cinco ("Llamándonos" por Fogwill)

Y NUNCA MÁS VOLVIMOS A ENCONTRARNOS después de la famosa charla telefónica. Puse famosa porque durante mucho tiempo aquella charla fue famosa para nosotros, y porque aunque ahora ya no hablamos más de ella –porque no hablamos más– ahora siguen hablando de ella sus amigas y los novios de ella y de sus amigas. Todos hablan, la nombran; todos siguen imaginando aquella charla de mil maneras, con mil distintos desenlaces y por mucho tiempo más, pienso, seguirán charlando todos y comentándose la charla. Pero aquella charla es más famosa para mi corazón, porque desde entonces nunca más ella y yo volvimos a vernos. ¿En Buenos Aires? ¿Es posible que en Buenos Aires, dos, nunca más hayan vuelto a encontrarse? Sí: es posible. Ni nos vimos, ni yo la vi, ni creo que tampoco ella a mí me haya visto.
Pero desde hoy serán las dos famosas: la charla y ella. Voy a nombrarla, se llama Diana Rivera Posse y fue mi amante por un tiempo: tres meses. Es una mujer alta, de ojos notables y manos grandes y ahora va a ser famosa por esta historia de la charla telefónica que comienzo a contar.
Diana: fuimos amantes por un tiempo. Nada serio. Nos encontrábamos algunos viernes. Salíamos a comer. Recuerdo que comimos en el antiguo restaurante japonés, en Bistró, en el griego de Córdoba y Montevideo y en la cantina El Viejo Pop de Mar del Plata. Dormimos juntos algunos de esos viernes –nada importante– y tres noches seguidas de aquel fin de semana largo de abril que nos fuimos al mar. Por lo demás, nos vimos poco. Algunas mañanas llamaba a mi oficina: "estoy libre", decía, y yo a veces arreglaba una cita, fingía un almuerzo de negocios y corría a abrazarla en mi piecita por unas horas. Era otoño: algunos mediodías de calor salimos apurados y sin bañarnos y al caer la tarde, en la oficina, yo sentía subir del saco olor a ella, olor a mí y olor a ensayo de bailarinas y perfumes mezclados.
Algunas veces la llamé yo. Atendía el padre o la madre y nos citábamos en un café después de la comida. Esas noches nos besábamos en el auto pero no nos acostábamos: ella debía levantarse temprano para sus clases y yo andaba arrastrando mis ganas de olvidarme de todo y sentarme a escribir. Llamo a esto escribir. Y ella ahora será famosa: todos sabrán desde hoy que en la fiesta de Caride nos acostamos en uno de los dormitorios del segundo piso con Equis –esa actriz peronista– y que enseguida se agregó a nuestro grupo Marcelo Siano, que trabaja en Wrigley's y puede atestiguarlo, y que más tarde se vino con nosotros Gonzalo Roca trayendo una botella, y que más tarde los tres hombres nos sentamos a beber directamente de la botella de Chandon, mirándolas a Diana Rivera y a la estrella peronista que jugaban a morderse y hacerse marcas como gatas mientras el novio (el que había sido su novio hasta poco antes y que me dicen que ahora ha vuelto a ser su novio) bailaba en el living de la planta baja.
No sé por qué, siempre los novios verdaderos bailan cuando las mejores cosas están sucediendo en la realidad. Me lo imagino ahora al novio bailando en algún otro lugar, musical, elástico, y sabiendo que desde hoy tiene una novia famosa: Diana. Dudo que ella lo ame.
Ni a mí me amaba. Fuimos amantes, pero no nos amamos hasta la vez de aquella charla telefónica. Me había llamado ella. Era domingo; yo estaba trabajando, cansado, y necesitaba liquidar un informe para la edición de la tarde del lunes. Ella quería que le hablase. Conté qué estaba haciendo, qué había hecho la noche anterior y lo que pensaba serían mis planes para ese día y el siguiente.
Quisimos vernos. Casi acordamos una cita, pero después dije que no, que nos veríamos el martes, que fijaríamos la cita durante la mañana del martes.
Y yo hasta aquel domingo nunca la había amado, pero esa vez la amé:
–¿Y si nos vemos en Fred's el martes?– sugería ella.
–Sí –dije–. Puede ser. y si no, te llamo a la mañana...
Y así comenzó todo: ella dijo que mis palabras la tocaban.
–¿Cómo? –pregunté .
–Me tocan –dijo ella–. Siento que me tocás: Me tocan.
Quise saber, pregunté más.
–¿Dónde te tocan?
–Ahí –contestó–, me están tocando ahí...
–Tocame vos –pedí y ella dijo que era "precioso".
–No –le dije–. Eso no me toca.
–¡Sos hermoso y precioso! –repitió.
–Tampoco toca –dije.
–¡Sos asqueroso! –probó ella.
–¿Cómo asqueroso? –pregunté yo, sintiendo algo.
–¡Como un sapo asqueroso y hermoso! -contestó.
–Puta –le dije y averigué–: ¿Te toca si te digo puta?
–Sí –dijo como un suspiro–. ¡Sí! Y cuando te hablo yo... ¿Te toco?
–No, vos no. Me toco solo. Yo, me toco –anuncié–. ¿Te toca?
–¡Baboso! –ella me dijo y:
–Tortillera –le dije yo, sintiendo que respiraba fuerte, y más (pidió que le dijera más) y yo dije "baba", "rata", "gata", "tortillera" y también que la estaba tocando:
–Te toco entre las piernas con un teléfono asqueroso negro –amenacé.
–¿Sucio? ¿Enchastrado? –indicó ella.
–Sí –le juré y entonces me di cuenta que ella estaba jadeando de verdad.
No entendía por qué; quise saber:
–¿Te estás tocando, vos...?
–No; vos me tocás. ¡Cuando hablás me tocás! –susurró ella.
–¿Será porque me toco...? –Supuse y probé: –¿A ver?
–Ahora sí –decía ella–. ¡Ahora no... ! ¡Ahora... sí!
Y acertaba siempre y jadeaba. Jadeaba más cuando decía que sí, y creo recordar que también acertaba siempre: si yo tocaba, ella decía que sí y sentía. Pero ¿dónde?
–¿Dónde? –le volví a preguntar.
–Ahí, te dije, ¡ahí...!
–¿Cómo?
–Como si yo tuviera un...
–¿Y no tenés, acaso, un...?
–Sí, pero uno igual a vos. ¡Uno igual...! –exclamó y entonces jadeó más y le dije que pronto cortaríamos la comunicación y ella dijo que también cortaría al mismo tiempo, y estoy casi seguro de que también esa primera vez cortamos juntos, al mismo tiempo.
Desde entonces no volvimos a vernos; nunca la vi, y creo que ella a mí nunca me vio. El martes, cuando la llamé desde la oficina, dijo que no quería verme. "Nunca más", dijo. "Hablame". Entonces ese mediodía fui a mi piecita y desde ahí la llamé.
Y seguimos llamándonos muchas veces. Siempre juntos, al mismo tiempo, hablábamos. Adivinaba ella cada vez, decía "sí" al tocar, como suspirando y yo también sentía que sus palabras me tocaban y eso, –ahora puedo reconocerlo–, lo aprendí de ella, pero solamente me sucedió con ella.
Siempre hablábamos. Siempre llamaba ella, a veces yo. Me sucedía una cuestión de orgullo: esperar a que llamase. Siempre llamaba ella, y si yo pasaba lejos de la piecita varios días entonces calculaba que ella había estado tratando de llamarme, y la llamaba yo. "¿Llamaste?", preguntaba. "¡Sí!", decía ella, "...pero no contestabas".
¡Cuántas veces tomé el tubo del teléfono y dije: "hola" con el tono de voz que bien sabía que la tocaba y me sorprendía alguna voz distinta preguntando por mí, por "señor Fogwill", como si el que había pronunciado aquel "hola" no hubiera sido yo!
¿Cuánto duró? Tres meses, cuatro. Para entonces, nuestra charla había comenzado a volverse famosa. Las amigas... Algunas me llamaban, decían un nombre falso, y me pedían que hablase, pero no era lo mismo. Sólo con ella –vuelvo a nombrarla– sólo con Diana, las cosas solían producirse de aquel modo. Y después todo se derrumbó. Una sola vez que nos falló, dejamos de llamarnos. Cuestión de orgullo, o miedo de que ya no pudiera tocarla con mi voz. Como ella no llamaba, tampoco llamé yo. La última vez que hablamos. sintió mi voz y dijo no, que ahora tampoco, que ya no sería más posible, que nada más valía la pena, y que ya todo se había terminado.
¿Terminado?
Ahora que todos hablan, ahora que hasta han escrito una novela con nuestro tema, ahora que todos saben la historia de la famosa charla y ahora que ella también ha comenzado a ser famosa como la charla, dudo que algo haya terminado. Creo que algo comienza: pienso que escribo y que ahora todo lo escrito vuelve a tocarla a ella y entonces vuelve eso a tocarme a mí, como un reflejo, y siento que es mejor que hayamos dejado primero de vernos, y después de hablarnos, porque hay nuevas maneras de hacernos eso, contárnoslo, mostrando a todos la verdad de lo que es nuestro amor, esta nueva manera, el mejor modo de nuestro amor.
A las amigas, a los novios de ella y de las amigas, y a todos los que escuchen en cualquier parte sus famosas grabaciones de nuestras charlas, se les formó una idea equivocada de nuestro amor. Nuestro amor no eran esas voces y ruidos que escucharon grabado tantas veces. Nuestro amor fue todo lo que hicimos y que ahora circula entre nosotros, entre todos los que en un mismo instante estaremos leyendo una vez, otra vez más, (¡más! ¡más!), la historia de la famosa charla, y a un mismo tiempo, en diferentes sitios y sobre diferentes hojas de papel, una vez más, muchas veces (más, más) de esa historia famosa de amor sintamos juntos el final.



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sábado, 4 de junio de 2011

Finales de la NBA: Dallas dijo presente

Por Mariano Tomás De Micheli


Después de un comienzo tibio, los Mavericks demostraron temperamento y garra para levantar un partido que parecía sentenciado a favor de Miami. Como sucede habitualmente en las victorias de la franquicia texana, Dirk Nowitzki apareció para ser el factor decisivo del encuentro. El local terminó dependiendo demasiado de la producción de Dwyane Wade, mientras que Chris Bosh quedó expuesto por su parsimonia defensiva en la última jugada.


Partiendo desde el respeto, pero con un nivel de intensidad en las rotaciones notablemente inferior al mostrado en el Juego 1, los dos equipos comenzaron el partido a pura conversión. Wade (finalizó con 36 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias) sobresalía a base de penetraciones generadas por un buen esquema ofensivo, al tiempo que Dallas fallaba cada vez que disponía de posesiones para sacar ventajas. Al igual que en el primer partido, la visita se relajó en el cierre de la primera mitad, que finalizó empatada.


Fue a partir del tercer cuarto que la diferencia entre ambos comenzó a ser evidente. Las canastas le costaban mucho menos al equipo dirigido por Erik Spoelstra, que cerró el periodo con 4 puntos de ventaja. Esa brecha se estiró hasta transformarse en un marcador que parecía decisivo: Miami vencía 88-73 cuando restaban poco más de 7 minutos de juego. Cuando la ilusión visitante se disipaba, apareció Dirk "ReDirkulous" Nowitzki. Ese sobrenombre resultó ganador de un concurso realizado por la franquicia hace un par de semanas. Y precisamente dentro de esa votación hubo otro apodo que definía las características del alemán cuando anda derecho: “Dirk Nomisski” (el ‘Nomiss’ –no falla- resume la perfección del teutón para ejecutar tiros).


Además del número 41, Shawn Marion (20, 8 rebotes y 9-14 de campo) volvió a ser una herramienta fundamental dentro del funcionamiento de los Mavericks. La banca de Rick Carlisle volvió a sufrir la irregularidad de Barea (2-7 de campo), pero contó con Terry (16) aportando puntos importantes para la remontada. El cierre del partido encontró un American Airlines Arena enmudecido por la reacción visitante, y un ‘Big Three’ apático y nublado.


Para regocijo del público, el minuto final tuvo de todo. Dirk empató el juego con una bandeja: 90 iguales. Wade falló desde tercera dimensión; el alemán tomó el rebote y dio cátedra sobre lanzamientos intergalácticos: 93-90. Miami necesitó un elemento revulsivo y lo tuvo en Mario Chalmers, que aprovechó una mala gestión defensiva de Kidd para empatar el juego a falta de 24 segundos: 93-93. Pero como el trámite merecía, la última palabra la tuvo Nowitzki, que dejó pintado a Bosh y sentenció el partido con una bandeja: 95-93.


La última imagen de LeBron (20 y 8 reb) fue elocuente: brazos en jarra, mirada perdida, gesto adusto. “Si no están exhaustos cuando esto termine, significa que no se han esforzado lo suficiente”. Esas fueron las palabras que utilizó James para motivar a sus compañeros en la previa, pero no surtieron efecto: Miami fue el culto al relajo. Spoelstra deberá aprovechar el viaje a Dallas para encender de nuevo a sus muchachos, quienes afrontarán una serie de 3 partidos en Texas que podrían sellar su destino. Con un dedo inmovilizado, Dirk no se dejó afectar. Su razonamiento tiene bastante lógica: con nueve dedos puede ganar partidos. El lastimado lo deja para calzarse el anillo.


Nota en Reeditor.com: "Peñarol, el resurgir de la mística".


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miércoles, 1 de junio de 2011

Finales de la NBA: el ‘Big Three’ puso primera

Por Mariano Tomás De Micheli

Hacía mucho que las finales de la NBA no despertaban tanta expectativa. La presencia de Dallas y Miami en la definición contrasta dos estilos. De un lado están los Mavericks, con jugadores experimentados que a partir de fundamentos básicos del juego como la rotación, la tenacidad defensiva y la distribución del goleo forman un bloque sólido. En contrapartida aparecen LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh, el ‘Big Three’, los ‘Beach Boys’ o ‘The Heatles’ (apodo que ellos mismos inventaron), un grupo de amigos que siendo jugadores franquicias decidieron unirse para buscar un anillo, acaparando casi todas las responsabilidades del Heat. En un duelo que comenzó favorable para Miami, el público disfrutó del arranque de una serie que difícilmente tenga encuentros desparejos.


Como sucede habitualmente, los nervios se hicieron presentes en el American Airlines Arena y los dos equipos tardaron muchísimo en carburar. Dallas debía evitar las penetraciones de LeBron y Wade, mientras que los locales tenían que protegerse de Nowitzki y de la capacidad para lanzar desde tercera dimensión de Jason Kidd y su tocayo Terry.


Después de un primer cuarto con marcador digno de básquet FIBA (17-16 para la visita) apareció lo mejor de cada quinteto, y con aportes estelares de Mario Chalmers para Miami y Shawn ‘The Matrix’ Marion para Dallas, la primera mitad se cerró 44-43 a favor de los Mavs. En el tercer cuarto se vio lo mejor del equipo texano, que sacó una diferencia de 8 puntos gracias a la constancia de Marion (finalizó con 16 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias). Pero la alegría visitante duró poco, porque ‘King’ James cargó sobre sus hombros a Miami y a base de bombazos cambió el rumbo del partido.


Para cerrar el tercer cuarto y mostrarle al mundo que dentro del ‘Big Three’ hay un líder, James (24 puntos, 9 rebotes y 5 asistencias) conectó el golpe decisivo: un triple fenomenal que daba ventaja de 65-61 al local. La confianza de los dirigidos por Erik Spoelstra creció y Dallas no volvió a meterse en partido, pese al intento de Nowitzki por sostener la ofensiva visitante. El alemán finalizó con 27 puntos y 8 rebotes, pero apenas logró encestar 7 de sus 18 intentos al aro. Además, sufrió un desgarro en el tendón del dedo medio de la mano izquierda, molestia que lo obligará a jugar con una tableta el resto de la serie.


Con Wade encendido en los momentos importantes (encestó 15 de sus 22 puntos después de ver a Miami abajo por 8) y Bosh (19 y 9 rebotes) regular para transitar los vaivenes del Big Three, Miami cerró su victoria por 92-84. Los primeros síntomas del post partido apuntaron hacia la ausente banca de Dallas (apenas 17 puntos combinados con 18% de campo), borrada por la gran labor defensiva del conjunto local. Miami se transformó en los Playoffs en el mejor equipo defensivo de la liga. Si mantiene esa solidaridad para doblarse y tapar el perímetro, el Heat obligará al quinteto de Rick Carlisle a forzar su ataque, que tiene variantes pero requiere tiempo y ritmo para lastimar.


El nuevo formato de partidos en la final (se cambió el típico 2-2-1-1-1 por el 2-3-2) prácticamente obliga a Dallas a robarse el próximo partido en el estado de la Florida. Por su parte, Miami no puede confiarse con lo sucedido en el primer cruce porque la mayoría de las herramientas ofensivas de los Mavericks estuvieron descalibradas. "Este juego se trata de poner la pelota dentro del cesto, y nosotros no hicimos eso esta noche", afirmó Jason Kidd, autocrítico como siempre.


Las finales de la NBA no admiten errores, por eso ambos equipos trabajan pensando en el próximo capítulo de la serie, a disputarse el jueves. Con el American Airlines Arena como testigo, los locales deberán mantener la concentración en defensa, mientras que Dallas necesita de Barea y la banca para marcar la diferencia. Este último punto es el quid de la cuestión para los visitantes: conservar en cancha la mayor cantidad de herramientas ofensivas posibles, intentando aprovechar los descansos que se tome el ‘Big Three’.


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