La caja boba

Principios básicos de los medios de comunicación: Educar, informar y entretener. Elementos contundentes que han sido enarbolados durante décadas por expertos en la materia, quienes comprendieron que estos objetivos llegaron con fortaleza tras la aparición de los grandes medios de masas. Sin embargo, y citando el caso de la televisión, más precisamente la argentina, parecen que estas ideas han sido plenamente desterradas.

Desde Doble 5 focalizaremos la mirada en un caso muy puntual: las transmisiones de fútbol. En épocas veraniegas tenemos que soportar, además de los papelones futbolísticos, aunque de éstos ocurren durante todo el año, algunos comentadores y relatores que prefieren colocarse ellos en primer lugar dejando de lado a la noticia, es decir el partido, y ofrecerle a los televidentes un contenido pésimo y lamentable, donde solamente pululan algunas publicidades y muchos, pero muchos saludos a personas que, para el que está sentado en un sillón y mirando el encuentro, son desconocidas.

Y así se suceden los minutos, con humoradas internas que nos resultan ajenas y con la sensación a flor de piel que el televidente, básicamente el receptor, ha sido completamente olvidado por ellos. Paradójico, porque finalmente la gente es la que alimenta este gran negocio. Todos entendemos que, por naturaleza, la televisión exige una alta dosis de entretenimiento y será válido que se utilice ocasionalmente la veta del humor. Sin embargo, la repetición constante, y peor aún, la escasa información que poseen cada una de las patas que conforma una transmisión de fútbol constituyen un panorama poco alentador para seguir viendo las acciones de un encuentro.

Debemos comprender que las función del periodismo, y en este caso el deportivo, tan denostado últimamente, se sostiene con un principio básico: la información. Así se brindará dignidad por la profesión y ante todo respeto por la gente, la misma que confía en nosotros.