En el fútbol moderno las novedades aparecen en cuentagotas. Mucha velocidad, fricción y un canibalismo atroz por sacarse el compromiso (dícese pelota) en pos de ahuyentar el riesgo. Nefastas cualidades que pululan desde hace años en todo el mundo. Sí, no debemos generalizar y de vez en cuando encontraremos algunas excepciones.
Una de ellas será la del Arsenal de Arsene Wenger, quien a base de jóvenes talentos plasma en el campo de juego una filosofía basada netamente en el control del juego y, por sobre todo, de respeto por el balón sobre el piso. Otro ejemplo tal vez no tan mediático resulta ser el del Lyon, multicampeón francés, que durante años guiado por futbolistas del calibre de Juninho Pernambucano, Karim Benzema y tantos otros ejercen una hegemonía que parece no tener fin en el fútbol galo.
Sin embargo, el objetivo del post es otro. En primer lugar, valorar como un caso de rebeldía casi ideológica lo que representa Barcelona en la actualidad. El conjunto de Josep Guardiola arremete sin tapujos sobre rivales que no pueden contenerlo bajo ningún punto de vista. Los 50 puntos conseguidos en la primera ronda de la Liga Española, superando el record del Real Madrid del año pasado, son apenas una muestra de lo que este equipo está realizando en la actualidad. Mucho de esto se lo debe a un futbolista, de características casi únicas en el mundo, que se llama Lionel Messi. El rosarino, en su mejor temporada como profesional, es el brazo ejecutor de un conglomerado de futbolistas que entendieron magistralmente los conceptos propinados por Guardiola, tan influido este último por los sabios consejos del holandés Johan Cruyff, técnico suyo en las primeros años de la década del noventa.
Barcelona humilla a sus rivales. Los humilla, no de un modo soberbio, sino utilizando durante los noventa minutos las diferentes armas que posee para atacar a su contrincante. Si no es la diablura mágica de Messi, apilando contrarios casi de modo natural, aparece el olfato certero de Eto`o acompañado por Henry, otro valor que está pasando un momento brillante, ya plenamente acostumbrado al fútbol español. Pero hay más: la estampa de Xavi en el mediocampo, la versatilidad de Andrés Iniesta, la verticalidad del brasileño Daniel Alves y un recambio a la orden del día generan la sensación, concreta de por sí, que salvo un milagro al conjunto culé no se le puede escapar este campeonato.
Ante tanta mediocridad vigente, el correcto juego con velocidad, la magia en los pies de Messi y por sobre todo un orden estratégico en cada uno de los partidos fomentan una buena razón para creer que el Barcelona es un bicho raro en el fútbol actual. Lo bueno está en la excepción.
5 comentarios:
lo del Barça... simplemente espectacular... no puede ser mejor, rozando la perfeccion... esperemos, eso si, que no quede en la nada y siga asi...
saludos!
http://d-coleccion.blogspot.com/
El Barça es una máquina, sobretodo su conjugación en velocidad.
Un abrazo Adrian.
Gran equipo gran, slds note
Gracias por pasar! Saludos
Muy buen post, felicitaciones.
Es brillante lo de resaltar eso de la "rebeldía ideológica" de este equipo, más allá de los tremendos jugadores (casi los mismos que pasaban cada papelón hace poco), es un equipo por una obsesión por el cuidado del balón, parecería que por momentos, no diesen pases arriesgados para no arriesgar un valios botín, salen jugando de cualquier parte, juegan con un hambre de goles (hoy le hicieron 4 al Osasuna pero parecía que iban 0 a 0) y opor sobre todo una nobleza de armas.
Ojo que no son invulnerables, la defensa deja mucho que desear, un equipo que se les anime en serio los puede complicar con los espacios que deja Alves, y el arquero es un invento, lo mantienen porque es de la casa.
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