
Desde hace un tiempo prolongado no se sabía demasiado sobre la actualidad futbolística de Juan Pablo Sorín. Consumada la eliminación ante Alemania por los cuartos de final de la Copa del Mundo, el polifuncional defensor no había sido citado por Basile en ninguno de los compromisos que tuvo la selección, luego del desempeño mundialista. Sin dudas, la imagen de Sorín será eternamente representada en lo que confiere al proceso comandado por Marcelo Bielsa desde 1999 hasta 2004. Un jugador fetiche del rosarino, quien vió en Sorín cualidades de líder que no observó en otros futbolistas, tales como Batistuta, Verón o Zanetti. Luego, José Pekerman le confirió la cinta de capitán. Refiriéndonos en sí a la carrera individual, el ex jugador de River tuvo altibajos varios a lo largo de su trayectoria. Se dio el lujo de triunfar en Brasil (donde los extranjeros sufren horrores la adaptación) vistiendo los colores del Cruzeiro, para luego ser transferido a la Lazio, lugar donde participó con variada suerte durante una temporada y media. Aunque le llegaría la gran oportunidad: pasar al Barcelona. En 2003, Sorín estaba viviendo uno de sus mejores momentos. Era considerado por la prensa internacional como uno de los mejores laterales del mundo, líder de la selección argentina y una experiencia que lo hacía llegar del modo más satisfactorio a uno de los grandes de Europa. No obstante, el flojo desempeño blaugrana en su totalidad, pudo más y se convirtió en una nueva incorporación que no llenaba las expectativas del club. Tal vez no había llegado en el momento indicado. Ese Barcelona se comió a jugadores de la talla de Overmars, Riquelme, Quaresma y tantos otros. Sorín, lógicamente, no fue la excepción. En 2004 es cedido al PSG, donde celebró una Copa de Francia, vuelve al Cruzeiro y de nuevo parte al viejo continente para formar parte de las filas del argentinísimo Villarreal. Nuevamente le surgía otra chance de mostrarse en el fútbol europeo. Comenzó bien, anotando goles importantes y mostrando su habitual versatilidad. Sin embargo, lentamente fue perdiendo la consideración del técnico Manuel Pellegrini, quien decidió darle cancha a jóvenes valores de la filial, los cuales a la larga le brindaron sus frutos. Eliminado por Alemania, decidió quedarse en ese territorio y formar parte del proyecto Hamburgo, aunque esta lesión le impidió casi jugar. 19 partidos en un año es demasiado poco para un futbolista de elite. De su futuro, poco se sabe. Lo que sí, es que dejará una buena imagen, como deportista y como persona. No es poco.
8 comentarios:
Adrián:
Leí tu artículo de los weblogs en la Revista Asterisco! Muy bueno!
Saludos
La pelea con Veron fue lo mejor que le pasó en el Villarreal. Saludos adri
Camarillero como pocos Sorín, eh, a no olvidarse de eso.
No obstante es siempre una tristeza que alguien tenga que dejar el fútbol.
Un saludo
En el PSG le fue bien, fue de lo mejor en los últimos años en su carrera. Se fue de ahí xq siempre quería venir a jugar con la Selección, un gran gesto.
Todavía creo q tiene cuerda, no está retirado.
Adrián:
Este miércoles es nuestra fiesta de Egresados en Crobar! Si queres ir ponete en contacto conmigo y te paso las entradas!
Saludos
Volve a River Juampi...!!
Aca te esperamos con los brazos abiertos... desde vos que no hay un 3 en River!!!! Mareque,Dominguez,Villagra... puajj!
abrazo de gol
www.tremendamentemotivados.blogspot.com
Ruben
Gracias por pasar a todos. Veremos como sigue esta historia...
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