Gracias por todo...

Una generación de Pumas, que cayeron de pie el domingo ante Sudáfrica por 37 a 13, en semifinales del Mundial, tal vez tocaron su último tango en París, donde hicieron historia con triunfos épicos contra Francia, Irlanda y Escocia. Loffreda ya había anunciado con suficiente antelación que iba a colgar el saco de seleccionador al término de la Copa del Mundo, para ir a dirigir al Leicester inglés. Con su ida también se cierra el ciclo de algunos Pumas históricos como el capitán Agustín Pichot y el subcapitán, Gonzalo Longo."Son los últimos combates de una experiencia inolvidable con los Pumas. Juego en la selección desde 1994 y ya es hora, tengo 33 años, Mario (Ledesma) 34 y hace muchos que estamos acá", declaró el medioscrum Pichot, con cuatro Mundiales encima y 69 partidos. Ledesma, hooker de Clermont, con 64 presentaciones defendiendo la casaca albiceleste, es el segundo hombre más experimentado del plantel, aunque también uno de los que más siente el rigor físico del rugby, en ese combate de primera línea de forwards, típicamente Puma. El octavo Longo también piensa poner un moño en lo más alto a su brillante ciclo en la selección argentina. "Ya lo decidí: quiero dedicarle más tiempo a mi familia", comentó Longo, presente en los Mundiales desde 1999. El centro Manuel Contepomi es otro hombre de la vieja guardia que dará paso a los más jóvenes. "No sé si los que se quedan van a extrañar al “Tano” Loffreda. Por mi parte no lo puedo decirlo porque no voy a estar", sostuvo. El medioscrum Nicolás Fernández Miranda, cerca de cumplir 35 años, es un ejemplo. Algunos como Rimas Alvarez, de 33 años, Martín Schusterman, el “ninja” Federico Todeschini, de 32 años, o Ignacio Fernández Lobbe, con casi 33, podrían tirar sus últimos cartuchos, para dar paso a una nueva generación que haga la transición de ese recambio.

No me pareció adecuado hablar del partido de ayer ante Sudáfrica, ya que fue explicado en abundancia en los diferentes medios, y a pesar de la derrota, el desarrollo Puma en este Mundial de Rugby fue histórico e inigualable. Se catapultó por primera vez a Argentina en la meca de este deporte, peleando de igual a igual ante potencias como Francia, Irlanda, Escocia y Sudáfrica. Tampoco nos podemos olvidar de las victorias en amistosos ante los conjuntos franceses e ingleses como visitante, las cuales fueron brillantes y fueron la antesala ideal para llegar de la mejor forma al Mundial. Esta camada de jugadores será reconocida como la mejor de la historia. De eso ya no quedan dudas. Y el símbolo será Agustín Pichot, el capitán, un crack que con su madurez y calidad, sumado a una innegable dosis de carisma, se transformó en la cara visible de este equipo de hombres. Esos mismos que lloraban ante la entonación del himno nacional argentino, conmoviendo a sus propio pueblo ante tal demostración de afecto. Esos mismos que generaron en nuestro país una revolución del rugby jamás vista. La cinta de capitán quedará vacante y hay herederos naturales para colocársela, como el apertura Juan Martín Hernández, de 25 años, o el fullback Ignacio Corleto, de 29 años, que encarnan el espíritu Puma junto a una nueva ola de chicos con empuje, como el wing Horacio Agulla, revelación en Francia. Es de obvio conocimiento que ante cada éxito en algún deporte, los argentinos se vuelcan en masa a hablar del mismo, a comentar y hasta criticar acciones de determinados jugadores sin saber lo suficiente. Sin embargo, creo que se dió el puntapié inicial para que los directivos de la UAR se pongan por primera vez los pantalones y peleen para lograr meter a Argentina en torneos de mayor relevancia. Si se logra eso, se podrá competir en competencias anuales y obtener el roce necesario para ahondar los conocimientos sobre las potencias y cómo sacarles ventaja. Se requiere preparación y organización, sino este logro quedará vacío de contenido. Los Pumas dieron el primer paso. Hablando de los jugadores que se retirarán del seleccionado, decirles simplemente que han hecho historia. Chau Pumas. Y gracias por todo...