Manchando la raqueta

El francés Arnaud Clement ha sido el último tenista en salir a denunciar que ha sido tanteado para dejarse ganar algún partido. El veterano jugador galo, señaló que no puede demostrar tal hecho, pero que él ha visto dos o tres partidos raros en los que algún tenista jugaba de forma extraña. "He sido tanteado, no diré dónde ni la suma que me ofrecieron porque no es lo más importante, pero sí que fue por perder un partido, me pongo en el lugar de un jugador joven o del que no gana mucho en su carrera y aunque negasen la proposición que le ofrecen, seguro que les perturba a la hora de afrontar un partido". En esta dirección, Clement no pudo reseñar quién o quiénes están detrás de esta trama. "No puedo decir cuántos hay, sólo puedo afirmar que amí me llegaron y no creo que me vuelva a pasar. A esta gente hay que excluirla del circuito. Vi partidos en los que algún jugador tiraba puntos".

Se sigue repitiendo los casos de tenistas que alegan que han sido sondeados para perder partidos y de esta manera facilitar el poco claro mundo de las apuestas deportivas. La semana pasada los brasileños Marcus Daniel y Flavio Saretta denunciaron intentos de sobornos parar dejarse ganar juegos; esta semana el primero en saltar al ruedo ha sido Clement, que aprovechando la disputa del Masters Series de París ha hecho pública su opinión al respecto. También el argentino Juan Mónaco dijo lo suyo. Inexorablemente el caso turbio de la victoria por abandono de Martín Vassallo Arguello sobre Nikolay Davydenko en Polonia, fue el detonante principal para que surgieran de la nada acusaciones contra el ruso, quien fue vinculado a una red de apostadores clandestinos, los cuales llamativamente habían apostado fuertemente al desempeño del argentino en ese match. ¿Casualidad o arreglo anticipado? Recordemos que el mismo tenista hace menos de un mes recibió una sanción de 2000 dólares por parte de la ATP por haber perdido inesperadamente ante el croata Marin Cilic, en el Abierto de San Petersburgo. Davydenko pagó el precio de los rumores, que inevitablemente dañan de manera sensible la impoluta imagen de la ATP. El deporte se ve ensuciado en cuestiones ajenas al mismo. Pasó en el ciclismo, en la F1 y ahora en el tenis. Todos hablan y acusan pero nadie tiene pruebas fehacientes que se puedan exponer en la Justicia, y de esta manera encontrar a los culpables. Este correlato de sucesos marca la pauta que el deporte no está exento de la realidad que vive el mundo. Duele, pero es así.