Una verguenza consumada

Debido a un retraso en la presentación de los contratos televisivos, el equipo de Jon Uriarte no estará entre los participantes de la próxima edición de la Liga Mundial. Su lugar, será ocupado por España, que vuelve a la competencia, luego de tres años. Ya el pasado 28 de septiembre el Consejo de la Liga Mundial de la Federación Internacional había concedido un plazo de 15 días a Argentina y España para que presentaran la documentación pertinente. El país europeo hizo mejor las cosas y se quedó con el lugar en la competencia del próximo año. Según un comunicado de hoy firmado por el presidente de la FIVB, el mexicano Rubén Acosta, la decisión se basó en que la Federación Española (RFEVB) satisfizo los requerimientos respecto al acuerdo con Televisión Española. "Damos la bienvenida de nuevo a España a la Liga Mundial después de tres años de ausencia", señaló Acosta, quien apuntó que no tiene dudas de que Argentina regresará a la competición en 2009.

Entre el abanico interminable de noticias que genera el mundo deporte día a día, realmente me sorprendió esta noticia y tristemente marca una realidad deportiva de nuestro país. 0 organización, 0 ganas de profundizar un avance en las insfraestructuras, son una realidad constante para los deportes semiamateur. Le pasa a Las Leonas, les pasa a los de canotaje, y a tantos otros que no tienen ni el mínimo de posibilidad de que su reclamo al menos pueda ser conocido por todos. Mientras, la Secretaría de Deporte mira para otro lado. Como -lamentablemente- hace siempre. La idea es clara: el resto que no consigue ayuda económica por parte de sponsor que sobreviva como pueda. A la ya demostración de garra y esfuerzo, con nulo apoyo oficial, que lograron Los Pumas en Francia, ellos mismos pidieron que para mejorar el nivel había que participar en torneos de mayor envergadura para lograr conocer mejor a las potencias y poder comprender sus falencias, y por ende conseguir mejores resultados. En este caso, la nueva generación que está siendo conformada por Jon Uriarte necesitaba seguir aprendiendo y progresando para poder volver a conseguir logros importantes, esos mismos que habían llevado a cabo la vieja camada liderada por Marcos Milinkovic y Javier Weber, entre otros. Se pierde un año de competencia, entendiendo a la Liga Mundial como una oportunidad única de jugar de visitante ante rivales de mayor jerarquía, érase Bulgaria, Polonia, Brasil, etc. Un golpe durísimo para el proyecto de Uriarte, que a pesar que anteriormente no había conseguido resultados óptimos, se vislumbraba lentamente una lógica madurez en los chicos, que inexorablemente se verán perjudicados hasta en sus carreras individuales. Se pierde un año, pero creánme que quien pierde más acá es el deporte argentino. Por culpa de los dirigentes. Una vez más.