Reflexiones atemporales

En días de controversias estudiantiles uno realmente no tiene el espacio, el tiempo y mucho menos la lucidez para poder enhebra conocimientos u opiniones de cualquier indole. En fin, desde este espacio no se pudo hacer un análisis de lo sucedido con Alfio Basile, su renuncia y la lógica revolución mediático en torno a los posibles reemplazantes. Lo escrito de aquí en adelante lo escribí a horas de consumada la ida del entrenador nacional:

Renunció Alfio Basile. ¿Está bien? Sí. ¿Es loable la actitud del técnico en pensar lo mejor para la selección? También. El fútbol cuenta con una dosis de vorágine encantadora y tantas veces criticada que no deja ningún tiempo de error para dar un paso en falso. Estos momentos no deben ser nada fáciles para Basile. Su revancha de lo ocurrido en el Mundial de 1994 quedó enterrada en el Estadio Nacional de Chile. Entendió perfectamente que los futbolistas no captaron su mensaje o no tuvo el convencimiento para que esto sucediera. Tan simple como eso.

Reitero lo de la actitud del entrenador, dejando su ego de lado y dando un paso al costado para que esta difícil situación de Argentina se encauce del modo satisfactorio para que el combinado nacional se renueve de cara a Sudáfrica 2010. Más allá del alejamiento del Coco, el próximo reemplazante, del cual no sabemos hacia donde girará la vista de Grondona, siempre reticente a convocar a Carlos Bianchi, con el perfil ideal para sortear este duro trance, tendrá en sus espaldas una responsabilidad única para mejorar la pobrísima imagen que desde hace años desarrolla el equipo nacional.

A gusto personal, tengo la certeza de que se cumplieron algunos ciclos en la selección. Doy tres ejemplos: Javier Zanetti, Esteban Cambiasso y Roberto Abbondanzieri. Siempre será objeto de admiración la enorme cantidad de viajes que varios de estos jugadores han realizado en pos de estar como fuese en Ezeiza entrenando y lejos de sus familias. Ante todo, se debe agradecer este tipo de cuestiones. La mala memoria es mala consejera. No obstante, se acercan tiempos en la que se requieren futbolistas en su máxima capacidad y con hambre de gloria, de nuevos retos. Que sientan el cosquilleo de vestir esta gloriosa camiseta.

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