El periodismo como enemigo. Lo de siempre.

"Lo más importante para la democracia es que no existan grandes fortunas en manos de pocos".

Alexis de Tocqueville, Pensador, jurista, político e historiador francés.

La libertad es uno de los eslabones básicos en la que debe sostenerse la vida democrática. Premisa fundamental que tiene que nutrir de pluralidad a toda la sociedad en pos de obtener un mejor porvenir. En el ámbito de los medios lamentablemente estas consideraciones quedan obsoletas. La salida de Nelson Castro, uno de los periodistas con mayor prestigio de la Argentina, de Radio del Plata genera un certero golpe a la independencia de criterios. En épocas donde el pensar distinto acarrea consideraciones de ser traidor a la Patria y conceptos similares, lógicamente la cordura e inteligencia que plantea un señor periodista como Castro genera malestar en ciertos intereses, poco propensos a entender al disenso como herramienta válida de la democracia.

Esta resolución se manejaba con total discreción tras la venta de la emisora, que pasó de las manos de Marcelo Tinelli hacia las de Electroingeniería, una empresa constructora con cercanía al kirchnerismo que se introduce en el negocio de los medios por primera vez. A partir de esta transacción, la gerencia comercial de la radio quedará en manos de Sergio Spolzki, empresario con vínculos cercanos al matrimonio K. La gota que rebasó el vaso fue la aparición en Puntos de Vista (el segmento conducido por el periodista) de un informe detallado sobre el presunto pago de sobreprecios en el segundo tramo de un tendido eléctrico que dicha empresa tenía previsto efectuar. Esta confirmación se admitía a partir de un informe de la AGN (Auditoría General de la Nación).

Otras voces argumentan que las críticas propinadas por Nelson Castro, tanto en su programa de televisión y radio, con destino a la Casa Rosada serían las causas de este levantamiento sorpresivo, ya que el contrato que unía al periodista con la emisora se extendía hasta fin de año. No obstante, se realizará la correspondiente indemnización y Castro se alejará definitivamente de Del Plata. Un golpe al periodismo independiente, que entiende plenamente su función de ser un nexo con la sociedad y expresando su visión de la realidad sin preámbulos ni intereses de por medio. Seguramente Nelson Castro encontrará aire dentro de muy poco. Un periodista de su estirpe no puede ni debe estar alejado de sus (me incluyo) oyentes. Por más que unos sinvergüenzas no quieran…