La Policía Federal dirá presente en Sudáfrica

Así se estableció luego de una reunión en Zurich entre el jefe de esta institución, el comisario general Néstor Vallecca, sus pares de otros países y los organizadores del Mundial organizada por el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke. Vallecca en su declaración reflejó la problemática de los barras y sus consecuencias en el fútbol argentino.

Los gastos efectuados por los policías (entre ocho y diez enviados) serán solventados por el gobierno sudafricano, temerosos de posibles enfrentamientos entre argentinos e ingleses. Así mismo lo hará con otras fuerzas del orden del resto de los países. Según consta en el diario Crítica, "voceros de la Policía Federal explicaron que la tarea específica de los efectivos, quienes viajarán a Ciudad del Cabo la última semana de mayo, será la de observar y seguir las tareas y actividades de los argentinos, para luego transmitir la información recabada a los policías locales y cumplir así la función de colaboración".

Este mismo diario indica que "los agentes, que aún no fueron seleccionados, saldrán del Departamento de Prevención de la Violencia en el Fútbol, que ya cuentan con experiencia por haber trabajado en mundiales anteriores y en los torneos locales".

En el portal Online 911 se citó las palabras de Mónica Nizzardo, titular de la ONG Salvemos al fútbol, una Asociación Civil sin fines de lucro, quien consideró que "en un país normal, gente que tiene vedado el ingreso a las canchas, no podría salir del país y conseguir una visa para el exterior. Pero como estamos en Argentina, estos forajidos viajan, tienen todo pago y encima les ponen custodia. ¿Y los pobres ciudadanos que andamos por la calle y tenemos que escuchar que no dan abasto en las calles los hombres de la ley?".

Los mismos no estarán uniformados ni armados, cumplirán con gestiones participativas, poniendo el ojo en los movimientos de los barras bravas en un evento que ha provocado, por la financiación para acceder al mismo, varios hechos delictivos por parte de distintas facciones de estos grupos violentos, sin distinción de camisetas.

Los casos de Rosario Central y Defensa y Justicia, con dos muertes tras enfrentamientos entre sectores de poder de las barras, dan una pauta concreta del accionar en esta clase de organizaciones, una puja por intereses que siempre termina con sangre derramada, como única e inevitable opción.