El fútbol sudamericano tiene un poquito de todo. Talento, desorganización, jóvenes promesas y finales dignos de una película. San Pablo se consagró campeón del Brasilerao tras vencer a Goias por 1 a 0. Hasta aquí todo perfecto. No obstante, un día antes de la consagración fue modificado el árbitro de dicho encuentro a partir de la denuncia de un intento de soborno. La historia comienza cuando el presidente de la Federación Paulista de Fútbol (FPF), Marco Polo Del Nero, denunció ante la fiscalía antimafia de San Pablo la existencia de un intento de soborno al árbitro Wagner Tardelli.
Desatado el escándalo los rumores aparecieron de la nada: el más firme sostenía que uno grupo de equipos estaba barajando la posibilidad de poner bajo la sospecha la totalidad del torneo. A partir de lo publicado en Télam, en la denuncia, Del Nero afirmó que la FPF recibió un sobre supuestamente dirigido al árbitro y que contenía entradas para uno de los conciertos que Madonna ofrecerá en Brasil esta semana. Ante esta situación, la Confederación decidió reemplazar al árbitro para evitar problemas.
Desde el club argumentan que hay intereses ligados a Traffic, empresa de marketing deportivo asociada con Palmerias, conjunto que peleó el primer puesto hasta la semana pasada. "El título de Sao Paulo desestabiliza el modelo de Traffic", expresó el representante del San Pablo en la FPF, Ataíde Guerreiro.
Sin embargo, las polémicas estaban a la orden del día. El gol de la victoria de San Pablo convertido por Borges fue en una clara posición adelantada. El ingrediente que hacía falta para teñir de sospechas a uno de los torneos más emblemáticos de Sudamérica.
2 comentarios:
pues no me gusta nada lo que cuentas de Brasil. No es bueno para su fútbol. La verdad es que la Liga brasileña pierde prestigio año a año. Un abrazo.
No estaba al tanto de esta situación en el campeonato brasileño. ¿Habrá ido al recital el árbitro a pesar del reemplazo? jaja
Creo que como dice fernando, la liga brasileña esta perdiendo demasiado prestigio en los últimos años.
Saludos,
Migue
Publicar un comentario