- La inteligencia de Rubén Magnano. Hábil, trabajador y ganador por dónde se lo mire. El técnico de Atenas se lleva los aplausos por conformar un quinteto de lujo, solidario y con hambre de gloria. Similar, salvando a las distancia, a los héroes que dirigió en los Juegos Olímpicos. Rubén sigue dando cátedra.
- Combinación justa de experiencia y juventud. Mixtura que siempre hace falta para conseguir logros importantes. A los veteranos Diego Osella (emblema del Griego), Bruno Lábaque y Leo Gutiérrez se le agregó una nueva camada de jugadores liderados por Juan Pablo Figueroa (brillante marca en la final a David Jackson, la figura de Peña), Federico Ferrini y Cristian Romero. Entre todos, transformaron a Atenas desde el principio de la temporada como un conjunto a temer.
- Juan Manuel Locatelli. Aquí empieza a hilar fino mi admiración por uno de los mejores basquetbolistas que tiene Argentina. Talento, mucho terreno recorrido sobre sus espaldas y la misma disciplina de siempre tanto para atacar como defender. En una final con muchas emociones en juego (se enfrentaba a Peñarol, su ex equipo) sacó a relucir su chapa que detalla la cualidad constante de sus penetraciones y triples y se erigió como el más regular de una final cambiante en su desandar pero con un ganador inapelable.
- La defensa. Apéndice imprescindible para comprender el noveno título del equipo cordobés. Como pocas veces en su rica historia, la defensa constituyó un eslabón fundamental para conformar una estructura de juego aceitada, con orden y sorpresa, argumentos que Magnano supo equilibrar de modo ideal. Algunas estadísticas: en la primera fase sólo recibió 64 puntos de promedio. En Córdoba le anotaron apenas 65,6 de media y en dos encuentros sufrió más de 80. En 12 ocasiones dejó a sus rivales en 60 o menos puntos y a Olímpico lo congeló en 46.
- Los extranjeros. Correctas elecciones por parte del entrenador y también de la dirigencia. Andre Laws se consolidó peldaño por peldaño como un jugador fundamental para la filosofía de juego planteado por Magnano. El escolta dijo presente en el quinto partido, en un momento clave anotando los últimos 5 puntos del equipo en el tiempo suplementario y en el definitivo. A pesar de un arranque en la serie ante Peñarol con rendimientos apáticos, en los pasajes claves de cada uno de los encuentros su figura se hizo presente para convertirse en el hombre a detener. Por su parte, el pivote Djibril Kanté aportó su cuota rendidora, tal vez sin llevarse los flashes pero aportando su granito de arena en pos de conseguir este preciado objetivo. Ése que quería todo Córdoba.
3 comentarios:
Excelente nota Achi!
Lo de magnano es excelente, para destacar una y otra vez!!
saludos
Como hincha de Atenas, aunque no soy cordobés, estoy muy contento. Y muy contento también porque posteaste esto.
Atenas ha demostrado porqué es el mejor equipo de la liga nacional y por fin volvió a los primeron planos que hacía tiempo no frecuentaba.
Mucha razón en lo que posteaste.
Saludos.
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