En tiempos donde el campeonato desanda la mitad de su curso, en tiempos donde la Copa Sudamericana aparenta para muchos equipos el único objetivo del año, en tiempos de la histórica goleada que sufrió Boca el fin de semana en Mendoza ante Godoy Cruz, los hinchas xeneizes se desayunaron con un nuevo refuerzo: Luciano Figueroa. Genoa lo cedió a préstamo, sin cargo y sin opción, hasta diciembre de 2009, en resarcimiento por el caso Fernando Forestieri, juvenil de las inferiores del club argentino que se marchó al equipo italiano usando la patria potestad.Tras la lesión en la rodilla de Martín Palermo surgieron un sinfin de nombres para reemplazarlo. Desde Mariano Pavone hasta Héctor Bracamonte pasando por Nicolás Frutos. Sin embargo, la dirigencia del club mantuvo su postura de dar rodaje a las inferiores, en especial a Lucas Viatri y Ricardo Noir, dos joyitas de la cantera boquense, quienes en pocos partidos demostraron el carácter necesario para vestir una camiseta tan importante.
No obstante, y como bien todos sabemos, Boca tiene otras exigencias que actúan en detrimento de un lógico crecimiento del juvenil. Sin paciencia es difícil esperar resultados a largo plazo. Decir esto es casi una obviedad. Por eso en las últimos días se había barajado como posibilidad concreta el retorno del ex delantero de Rosario Central, quien tuvo un paso opaco y fugaz por River y que actualmente se desempeña en el Genoa, sin los minutos suficientes en cancha por la llegada de su compatriota Diego Milito.
Lucho podrá disputar el actual Torneo Apertura ya que ingresará en la lista de buena fe por el lesionado Palermo. Por otra parte, si el equipo de Carlos Ischia pasa los cuartos de final de la Copa Sudamericana, tendrá la chance de inscribirlo. En fin, dentro de un panorama de muchos partidos, con diferentes resultados, Boca consiguió un futbolista que si consigue regularidad dentro del campo de juego podrá reencontrarse con aquél que brillaba en Rosario.
