Bien por el fútbol

Desde Doble 5 siempre hemos pregonado la filosofía de considerar al fútbol como el resultado de innumerables factores que se desencadenan dentro del campo de juego. Lanús es un buen ejemplo para desarrollar esta premisa. Sólida desde sus bases dirigenciales y exitosa en términos de rendimiento futbolístico, la entidad del Sur administra correctamente los escasos recursos que ya de por sí brinda el ineficiente fútbol argentino. Pocas incorporaciones rutilantes, no como algunas que vemos en otras instituciones que tardan un campeonato entero para ponerse en forma, sumado al tan mentado respeto por las divisiones inferiores, ésas que se transforman en un recurso genuino en épocas no tan provechosas.

Valores como Sebastián Blanco, Diego González, Diego Lagos, Eduardo Salvio y tantos otros que han surgido de forma escalonada aseguran un futuro concreto en pos de obtener réditos tanto deportivos como financieros. En especial por Blanco, a mi entender, uno de las mejores promesas en los últimos años en Argentina. Veloz, atrevido, con personalidad y sobre todo hábil donde muy pocos pueden ejercer esa cualidad. Sin embargo, esta juventud se mezcla con una serie de futbolistas como Carlos Bossio, Rodolfo Graieb, José Sand, Santiago Hoyos y Sebastián Salomón, quienes otorgan ese plus de madurez que cualquier club requiere para conseguir los grandes objetivos.

El proceso comandado anteriormente por Ramón Cabrero ha dejado un legado que bien ha cubierto Luis Zubeldía, un joven que lamentablemente tuvo que retirarse muy rápido en su incipiente carrera debido a una grave lesión y que se ha erigido en un técnico con temperamento y que en poquísimo tiempo ha impregnado en sus dirigidos su modo de ver el fútbol. Respeto por la pelota, mucha presión en la salida del rival y ante todo diversión derrama este Lanús, que tras la brillante victoria del sábado ante el entonces líder San Lorenzo, se ubica en los puestos de vanguardia de este Torneo Apertura. Bien por ellos. Bien por el fútbol.