Mejor si es difícil y limpio

Cuando lógicamente la mirada del mundo deportivo se focaliza en Buenos Aires, más precisamente en la ciudad balnearia de Mar del Plata con la definición de la Copa Davis. Para ello y en pos de darle un marco teórico diferente a una situación como la planteada anteriormente extraigo el fragmento que escribió Walter Vargas, uno de los mejores periodistas deportivos argentinos, en la edición del diario Olé del día de hoy.

"Se terminó la final fantaseada. Bienvenidos a la final real, señores. Así son los deportes, así es el tenis y así es la Copa Davis en zona de plata o nada. Las especulaciones, las conjeturas, el trazo grueso y el trazo fino de las eventuales ventajas se perdieron en la noche de los tiempos. Conforme empezó a picar la pelotita fluorescente resultó vano sumirse en la nostalgia de lo que jamás llegó a ser (Córdoba, la altura de Córdoba, etcétera) y tuvo gusto a poco el alivio de saber que Nadal lo miraba por tevé. Y eso, para bien o para mal. Para bien, porque rápido descubrimos que el mejor Nalbandian sería demasiado para el peor Ferrer. Y para mal, he aquí los peligros presuntamente insospechados, porque se vio clarito que el Del Potro de hoy no es el Del Potro de hace dos meses y que la cancha que hubiera torturado al Rafa es la misma que al zurdo López le sabe como la espinaca a Popeye. La lesión del tandilense, además, supone una incidencia mayúscula. ¿Quién será su reemplazante más apto para vérselas con Ferrer?"

"El escenario, cargado de complejidad, tiende a un crescendo de dramatismo que, para ir llevando, vuelve todavía más clave el punto de esta tarde. Va de suyo, pues, que las inquietudes del caso no inhiben la importancia de la presencia de un Nalbandian que amén de estar en un buen nivel vive la Davis como una cuestión sagrada. España dispone de un dobles fuerte y los jugadores españoles han transitado de forma apacible rigores tribuneros que ni siquiera rozaron la franca hostilidad. Está muy bien que así sea. Si se gana que se gane con armas limpias. Si se gana, ya que estamos, que se le gane a un adversario de fuste. A mayores riesgos, mayores deleites".