Seguimos en el repaso de libros leídos durante el período vacacional. En primer lugar abordamos "Lo Suficientemente Loco", una biografía de Marcelo Bielsa realizada por el periodista Ariel Senosiaín. En este caso repasaremos otro libro llamado "Enfermos de poder. La salud de los Presidentes y sus consecuencias", escrito por Nelson Castro, quien en esta obra aborda sus dos vocaciones: el periodismo y la medicina. En ambas coexisten lo sucedido con la salud de los mandatarios, asuntos que pocas veces salen a la luz en la opinión pública. En un selecto desandar, Castro analiza diferentes períodos históricos nacionales como internacionales, fijando la vista en los diferentes avatares corporales que sufrieron desde Hipólito Yrigoyen, pasando por el dictador italiano Benito Mussolini hasta terminar en las dificultades clínicas de Néstor Kirchner, de las cuales escasamente se sabe. Uno de los factores por el cual nacen los rumores, afirman diferentes voces, resultan estos temas.
Párrafo aparte se merece el capítulo sobre Juan Domingo Perón. Con una pluma siempre estricta en conceptos y sumamente práctica para la comprensión, recordando que hablamos de términos médicos, el autor desmenuza las diferentes desavenencias que tuvo uno de los personajes argentinos más importantes del siglo XX. Desde su exilio en España, pasando por las molestias cardíacas sufridas en el viaje de vuelta a Buenos Aires, cuestiones que se iban a recrudecer con el tiempo y que, finalmente, a pesar de que el círculo íntimo del General admitía que sólo se trataba de una gripe pasajera, ocasionarían la muerte de Perón el 1 de julio de 1974. Tristes pero paradójicas resultan las palabras del inescrupuloso López Rega días antes del deceso: "Efectivamente, en esta casa parece que entró la gripe con fuerza y no nos quiere dejar. Él tiene una tendencia que cuando toma una afección de esta naturaleza, a que le dure mucho tiempo, y parece que en esta oportunidad ha sido tan fuerte que hasta a mí, que soy bastante resistente a estas cosas, se me ha contagiado. El General está bastante recuperado, gracias a Dios, pero le va a durar una cantidad de días durante los cuales no podrá desempeñar las tareas normales, porque cualquier golpe de aire lo puede volver a afectar". El engaño a la población estaba consumado.
Párrafo aparte se merece el capítulo sobre Juan Domingo Perón. Con una pluma siempre estricta en conceptos y sumamente práctica para la comprensión, recordando que hablamos de términos médicos, el autor desmenuza las diferentes desavenencias que tuvo uno de los personajes argentinos más importantes del siglo XX. Desde su exilio en España, pasando por las molestias cardíacas sufridas en el viaje de vuelta a Buenos Aires, cuestiones que se iban a recrudecer con el tiempo y que, finalmente, a pesar de que el círculo íntimo del General admitía que sólo se trataba de una gripe pasajera, ocasionarían la muerte de Perón el 1 de julio de 1974. Tristes pero paradójicas resultan las palabras del inescrupuloso López Rega días antes del deceso: "Efectivamente, en esta casa parece que entró la gripe con fuerza y no nos quiere dejar. Él tiene una tendencia que cuando toma una afección de esta naturaleza, a que le dure mucho tiempo, y parece que en esta oportunidad ha sido tan fuerte que hasta a mí, que soy bastante resistente a estas cosas, se me ha contagiado. El General está bastante recuperado, gracias a Dios, pero le va a durar una cantidad de días durante los cuales no podrá desempeñar las tareas normales, porque cualquier golpe de aire lo puede volver a afectar". El engaño a la población estaba consumado.
Un muy buen libro resulta ser "Enfermos de Poder". Con varias historias desconocidas, como la del dictador Roberto Eduardo Viola, otras en procesos constitucionales como la de Roberto Ortiz y su diabetes crónica y hasta pasar por otras mucho más mediáticas como las de Carlos Menem y Fernando De la Rúa. También posa su vista en el extranjero, con los cuadros médicos durante el poder de Lenin, Stalin, Hitler y terminando con el papa Juan Pablo II. Para sentarse, leer y por sobre todo disfrutar lo que expresa uno de los mejores periodistas de Argentina.
Recojo las palabras de Nelson Castro en la contratapa que me resultaron sumamente interesantes y quiero compartirlas con ustedes: "La vida me llevó desde chico por dos vocaciones bien definidas: el periodismo y la medicina. Y así fue que, con decisión, cursé las dos carreras. Muchos me siguen preguntando aún hoy el por qué de la elección de dos disciplinas tan distintas. La verdad es que no lo sé. Lo que si sé bien es que si bien son distintas no son distantes. Más bien diría, tienen un cierto grado de contacto. El médico trata a personas buscando prevenir o curar las enfermedades que lo afectan. El periodista informa y opina sobre los hechos producidos por personas. Y, por lo tanto, bien podría decirse que, como las enfermedades afectan a las conductas de las personas y que esas conductas son las que determinan los hechos producidos por los seres humanos, la cercanía de las dos profesiones surge casi a la manera de un silogismo".
4 comentarios:
El libro promete. Tomo nota. Trataré de leerlo.
Recuerdo al presidente del Cádiez, Irigoyen, tuvo varios problemas de salud debido a su corazón.
un abrazo.
Nelson Castro es uno de los pocos periodistas políticos que me inspiran confianza.Pinta interesante el libro, me gusto la similitud que propone entre medicina y periodismo
a ver si lo leo... Nelson Castro es muy critico de este gobierno choto... seguramente con la ley de radiodifusión, se atenue un poco el dominio "K", veremos.
Lo vi hace poco en las librerías, parece bueno, slds
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