Togo: cuando el fútbol no importa

La resolución sangrienta que dejó el atentado al plantel de Togo que se dirigía a disputar la nueva edición de la Copa Africana de Naciones pone en jaque la construcción semántica y diplomática ejecutadas por dirigentes de ese continente para que los grandes eventos como el Mundial de fútbol lleguen a esa región. 3 muertos, varios heridos y el dolor como moneda corriente producto de la arbitrareidad de los variados grupos separatistas que pululan en la zona, siempre adecuados a plasmar su verdad con hilos de sangre.

Lo acaecido, que ha tomado repercusión en todo el mundo, debe primer ser investigado hasta las últimas consecuencias y enjuiciar a los perpetradores de semejante suceso cobarde que cobró la vida de personas inocentes que simplemente se trasladaban a realizar su trabajo. La impunidad no será sinónimo de confianza hacia una tierra que décadas tras décadas se desangró por la exacerbación, por la falta de diálogo y sobre todo por la violencia, hija directa de la desigualdad social imperante en una región donde la mayoría se ubica en la línea de la pobreza, de nulas opciones de ascenso social. Habrá que profundizar hasta el límite los esfuerzos en torno a la seguridad que la Copa del Mundo de Sudáfrica se lleve a cabo con la capacidad suficiente en pos de que actos como éste no se repitan.

Será anecdótico que Togo se renuncie o no a disputar la Copa África. La decisión del gobierno de su país fue clara: volver a Togo. Sin embargo, la vida de los colaboradores del plantel de Adebayor y cía nadie las devolverá y el dolor en el que se deben ver inmersos los familiares no puede ni debe ser descrito con la suficiente justeza en estas palabras. Deseamos desde Doble 5 que este hecho tenga sus responsables y que se los juzgue como debe ser, con la independencia y justicia que África necesita para una mejor convivencia, para una mejor vida.