Tomás Eloy Martínez, la pérdida de un referente

"El periodismo generalmente no está bien pagado, pero sea cual fuese el salario yo he procurado dar lo mejor de mi, porque lo que siempre me pareció es que estaba en juego mi persona, mi ser, mi naturaleza humana, y no lo que recibiese a cambio. Eso es lo que me ha dado el oficio". Tomás Eloy Martínez.

A Tomás Eloy Martínez llegué casi por casualidad. Tareas de índole estudiantil me aproximaron con su libro de crónicas Lugar común la muerte, puntapié inicial para conocer el sentir de un artista de la palabra que hoy ya no está presente, vencido por una terrible enfermedad que no le dio respiro, pero que ha dejado un legado inquebrantable para los amantes de la lectura. Sin dudas, este texto junto con La Pasión Según Trelew, un brillante relato periodístico sobre la masacre sucedida en 1972 en aquella ciudad del sur, lo pintan de cuerpo entero, un tipo que derrochaba pensamiento y sobre todo rigor periodístico, un ejemplo a seguir para aquellos que decidimos seguir el camino de la comunicación.

Un magnífico periodista y escritor que en Argentina no obtuvo el reconocimiento merecido, donde como suele suceder en este país, los halagos le vinieron de otras partes del mundo. Su prosa fina, prolífica y concreta no se borrará así de simple, se mantendrá expectante, deseosa de llegar a más personas, de iluminar los sentidos. Esos fenómenos que acaecen cuando los conceptos se utilizan del modo requerido, esa cualidad que Tomás Eloy Martínez sabía ejecutarla a la perfección. La Novela de Perón, Santa Evita, La Mano del Amo y los títulos siguen. Obras que quedarán inmortalizadas en el pensar de los argentinos, dolidos por una pérdida que se agiganta en épocas de luchas, de constituir un país más igualitario, donde la presencia de los tipos que nos hacen pensar se torna indispensable.