El deportista del año es...

Para los fieles lectores de Doble 5, Los Pumas son considerados como el exponente de mayor relieve en el deporte argentino, con el 26 % de los votos, seguido por David Nalbandian y completaron el podio tanto Emanuel Ginóbili como Lionel Messi, la perla del Barcelona. Es un premio -sin estatuilla vale aclarar- pero que posee una gran dosis de justicia, a pesar de que considero que todos los nombrados merecían el reconocimiento, ya que en sus diferentes ámbitos lograron subir nuevamente a la Argentina dentro de la meca del deporte mundial.

El glorioso tercer puesto de Los Pumas en el Mundial de Francia quedará en la retina de los argentinos para siempre. La victoria heroica en el debut ante Francia, las conversiones de Juan Martín Hernández ante Irlanda, el llanto de Agustín Pichot luego de la derrota ante Sudáfrica por las semifinales, y finalmente el abrazo de todo el plantel tras derrotar nuevamente al local y quedarse con el merecidísimo tercer puesto, serán parte de las páginas doradas de nuestro deporte. En ese mes y medio de competición no hubo nadie que no se haya sentido un Puma, de escucharlos cantar el himno y por dentro sentir verdaderamente el orgullo de ser argentino. No es fácil transmitir eso en tiempos donde nos replanteamos continuamente si verdaderamente significa un orgullo pertenecer a este país. Sin embargo, ellos con una unión de grupo indestructible sumado al liderazgo preponderante y único de Marcelo Loffreda pudieron transmitirlo. Al hablar de estos Pumas nos estamos situando en la conformación de la generación más talentosa del rugby criollo con el plus de una fortaleza mental a prueba de balas, que le posibilitó llegar a grandes objetivos. Una generación que ocho años antes tuvo a 11 de sus integrantes en el festejo del anterior hito de Los Pumas en un Mundial: el triunfo ante Irlanda para alcanzar el quinto puesto en Gales 99. Una generación que, por poco, no llegó de nuevo a los cuartos de final, en Australia 2003, con 17 de los 30 jugadores que este año fueron convocados para otro desafío mayor. Una generación que supo ser miel pero también sal. Y a partir de ahí, conociendo el sabor de la victoria pero a su vez el de la derrota pudo mirar a todos en la cara y demostrarles para qué estaban. Francia, Escocia e Irlanda pueden explicarlo mejor. Potencias europeas que se vieron rendidas ante el talento y la magia argentina. Humildad, orgullo, amor propio y trabajo fueron los cimientos básicos de este éxito, que tras la fallida experiencia en Australia se juraron que en Francia no se volvería a repetir. Ingredientes que, combinados con la categoría natural de sus jugadores, el liderazgo de Marcelo Loffreda desde la conducción técnica y el que Agustín Pichot ejerció adentro y afuera de las canchas, resultó tener, a fuerza de compartir buenas y malas por tanto tiempo, consolidar ese profundo deseo de superación.

La Argentina superó claramente -de forma invicta- la Zona de la Muerte, luego dejó en el camino al duro conjunto escocés y, aunque en las semifinales pagó caro sus errores ante los Springboks, la manera en la que se puso de pie nuevamente fue su mayor muestra de grandeza. El nivel exhibido por el tercer puesto en el Parc des Princes ha sido de lo mejor de la última década. Fue una victoria histórica y aplastante, para colgarse del pecho la medalla de bronce y para demostrarles a varios que en Sudamérica hay rugby y del bueno. Los Pumas deportistas del año 2007. Y bien merecido está.

NoTe: En 2007 se creó Doble Cinco, más precisamente el 12 de marzo. En estos meses el blog ha sido un lugar donde me sentí sumamente cómodo y eso se los debo a ustedes, que siempre ponen la mejor onda para comentar los posteos, lo que me produce que me den más ganas para que esta hermosa aventura siga y no se detenga. Les deseo de corazón que pasen un feliz fin de año y que cuando pensemos los deseos antes de chocar las copas, no nos olvidemos de pedir que todos los argentinos tengamos un excelente 2008. Dios quiera que sea así. Felicidades!