A ver si nos salva un payaso...

"¿Quién no va a querer jugar en River? Yo contraje un compromiso hace un año y medio con el Zaragoza. Si cuando se termine eso, o antes, está la posibilidad de volver, la evaluaré, si en algún momento la llamada existe, lo evaluaré. Aunque mi idea es quedarme aquí. Todavía tengo dos años y medio de contrato y no contemplo por el momento otras opciones". El ex volante del Valencia comentó que "la intención de volver siempre está. Siempre y cuando que volver sea para sumar, estando bien. A un club como River no puedes ir, si no estás cien puntos. Es uno de los diez clubes más importantes del mundo, es muy exigente y necesita que rindas siempre al máximo".

Pese a que todavía no se puede dilucidar quien será el nuevo técnico de River, ya empiezan a sonar nombres para la nueva versión 08 del millonario, que pide a gritos que se termine ya este opaco y difícil Apertura 2007, certamen que lo tiene en la mitad de la tabla con apenas 23 puntos. Entre tanto ruido mediático en su faz institucional, ayer se vislumbró la posibilidad de incorporar a dos futbolistas de clase mundial. Uno de ellos es el de Pablo Aimar, quien confesó en declaraciones al diario Marca que está dispuesto a recibir un ofrecimiento por parte de la entidad de Nuñez, que pretendería repatriarlo para la próxima temporada, junto al delantero Fernando Cavenaghi. Sería la vuelta de dos hijos pródigos de la institución riverplatense. Ambas operaciones son muy difíciles de concretar, más aún la del delantero de Bordeaux, el cual no parece estar con las suficientes ganas de pegar la vuelta, ya que observa que su paso por el Viejo Continente no fue lo fructífero que él soñaba, y por eso desea revancha en el conjunto francés. El caso Aimar tiene aristas certeras que lo transforman en una transferencia de tinte lógico, teniendo en cuenta que el payaso ya tuvo un largo recorrido en Europa, lugar al que se fue rapidamente a pesar de contar con muy poca experiencia en el fútbol argentino, y ya en su su círculo familiar habría mostrado agrado si pudiese volver al club que lo forjó. Las cuestiones económicas (como siempre) irán por otros caminos y los dirigentes de River saben -más que nadie- que necesitan un golpe de efecto concreto para acallar las críticas continuas que le propinan los hinchas, disgustados por el flojo andar del equipo este año. A su vez en el mundo River, el run-run de las incorporaciones marca que siguen fijándose detenidamente tanto en las actuaciones del uruguayo Sebastián Abreu, el chileno Humberto Suazo (también pretendido por Boca) y el paraguayo Roque Santa Cruz, figurita buscada el invierno pasado. El tiempo, y la plata esencialmente, resolverán estos interrogantes.

Con respecto al plantel actual, en los últimos días se supo que el futuro del delantero colombiano Radamel Falcao García podría estar en el fútbol brasileño, más precisamente en el Fluminense. Fuentes de la dirigencia de la entidad de Núñez aclararon que el atacante se marcharía si la institución carioca ofrece, al menos, ocho millones (o una suma ligeramente inferior) de dólares por la transacción. Sin embargo, el punta de la selección Colombia no sería el único en emigar. Además de la ida intempestiva de Rolando Zárate, circuló el rumor que Federico Lussenhoff, Sixto Peralta, Danilo Gerlo, Cristian Villagra y Marco Ruben no estarían en los planes, cualquiera fuese el técnico que asumiera. También podrían ser negociados a préstamo los mediocampistas René Lima y Matías Abelairas. Dentro de un panorama sombrío, River quiere recuperar la grandeza perdida en estos últimos años. Y pensó en Aimar y Cavenaghi. ¿Será la solución?