- "Es mentira que un barra me pegó un cabezazo, si así hubiese sido tendría alguna marca. Es cierto que al vestuario entró gente ajena al plantel y a los dirigentes... Tuvimos algunas discuciones, pero no hubo un intento de agresión, ni amenazas"
- "Presenté la renuncia ni bien terminó el partido. El presidente (Eduardo López) me pidió que lo piense, pero le dije que veía muy difícil revertir la situación... Era alargar una agonía y Newell´s no puede soportar eso porque está comprometido con el descenso... Como hincha pensé en el bien del club".
- "Pese a la derrota en el último clásico, por la que soy gran responsable, creo que el proceso fue bueno. Le ganamos a Central el torneo pasado, se sacó al equipo del pozo que estaba cuando llegamos y se le ganó a equipos grandes".
Saben el grado de animosidad que tengo hacia los dirigentes rosarinos, los cuales inevitablemente con su incoherencia, su ineficiencia, su prestancia a los negocios fáciles, y entre tantas pero tantas cosas, llevarán inexorablemente a Newell`s y Rosario Central al Nacional B. De eso, no tengo ninguna duda. Será así en muy poco tiempo. Pero sin embargo, hoy no hablaré de estos delictivos personajes, sino que haré mella en los hinchas de esas instituciones. Y en este caso en particular a los hinchas leprosos, quienes insultan y apretan a sus propios jugadores luego de la derrota como local ante su archienemigo Central, pero que ante el vaciamiento de su club, de que el club no tiene más actividad social, de las ventas irregulares de tantos futbolistas (Belluschi, Garay, Ortega y los casos abundan) que han dejado a NOB herido de muerte institucionalmente, no han aparecido y menos pedido la cabeza de Eduardo López. Seguramente estos sucesos no se plasman inmendiatamente en la cancha, pero a la larga traen sus consecuencias. Por perder un partido, se fue el técnico Pablo Marini. Un tipo que es hincha de corazón y que no pudo soportar que los hinchas de su propio equipo, lo maltrataran como si fuera un delincuente. Y Marini justamente eso no es. Se bancó como nadie la crisis de derrotas que dejó Nery Pumpido, logró revertir la situación con jugadores preadolescentes y de a poco estaba llevando al conjunto rosarino por la buena senda. Sin embargo, cometió el atropello de perder un clásico. Y se tuvo que ir. En zona de promoción, con un equipo débil desde todo sentido, sin técnico, y con una dirigencia incapaz de llevar a cabo cualquier reforma para el beneficio del club, Newell`s desanda el inevitable camino a la segunda categoría de este país. Los hinchas siguen pensando que la culpa es del técnico y los jugadores. Ilusos...
6 comentarios:
se veia venir, tanto marini como ischia si perdian el clasico se tenian que ir
saludos
Es la locura que se vive diariamente en el fútbol de acá, pero que muchas veces exceden límites insospechados.
eS NUESTRO FUTBOL DE CADA DIA.
Una verguenza lo del futbol rosarino
Ya no hay nada que me sorprenda del fútbol argentino, es todo un quilombo. Lo que pasa en Newells es increíble, como decís excede cualquier límite.
No sean ingenuos, o mejor dicho, no se hagan los sotas, queridos amigos de Bs. As. Lo que pasa en NOB pasa en cualquier cuadro del país. En algunos casos, la barra actúa como dirigente (Central) en otro como fuerza de choque de la directiva (NOB) y en otras tiene un poder autónomo que se negocia en diversas direcciones... ¿necesitan ejemplos? pero creer que esto pasa solo en Rosario, es una ingenuidad indigna de este blog.
Que nos vamos a la B es obvio (soy de Central) y la culpa es de todos (pero fundamentalmente de los dirigentes)
Nos vemos!
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