Villarreal, hundido

Momentos de incertidumbre vive el Villarreal. En estas primeras ocho fechas de la Liga Española se ubica en el último lugar, sin haber conocido la victoria y en consecuencia demostrando un bajísimo nivel futbolístico en todas sus líneas, cuestión que por el momento Ernesto Valverde no consigue solucionar y que de no haber novedad, y como bien pasa en el mundo de la pelota, será el primer fusible a saltar. En Liga, tres empates y cuatro derrotas generan un marco de suma preocupación. En términos internacionales, perdió como visitante ante Lazio por la Liga de Europa, con un hombre más y sobre el final y en caso de otro traspié ante el mismo conjunto en el Madrigal habrá quedado fuera de carrera.

Demasiado temprano para un equipo que está acostumbrado a otros objetivos, que en épocas de Pellegrini fue el tercero en discordia entre Barcelona y el Real Madrid. Se podrá destacar que cuenta con un abanico interesante de futbolistas, quienes más allá de esta realidad no óptima, tienen argumentos en los pies para que esta situación pueda encarrillarse. Marcos Senna, Pires, Capdevila (foto), Cani, Rossi, Ibagaza, Santi Cazorla, Llorente, Gonzalo Rodríguez y Nilmar, entre otros. Apellidos sobran. Quizás el caso paradigmático es el de Senna, un pulpo en las épocas del Ingeniero y vital en la estructura, que le valió ser convocado al seleccionado de España pero que en la actualidad se lo encuentra perdido, sin saber el rumbo a tomar. Y ahí empieza a sufrir Villarreal. En la pieza clave.

En el partido ante Lazio faltó rebeldía, faltó inteligencia, esa que sobraba en otros tiempos para manejar los tiempos que el partido requería. Valverde admite su preocupación por los resultados, aunque considera que "si viera que el equipo no tiene juego e hiciera llorar en cada partido me preocuparía, pero no es así. Siempre estamos a punto de ganar y por una cosa o por otra siempre acabamos perdiendo". Desde la directiva se apoya al proceso comandado por el ex Olympiakos, sin embargo los rumores en medios españoles vinculan la negativa de Michael Laudrup a hacerse cargo del Atlético Madrid, con la idea de un supuesto acuerdo con los popes del Submarino Amarillo, que anda ahí medio tumbado pero con ganas de volver a ser.