Carlos Salvador ¿Cleto? Bilardo

Cualquier similitud con el vicepresidente sería pura coincidencia expresarían los maradoneanos de pura cepa. Las palabras de Diego "Bilardo me traicionó" retumban en los oídos del Narigón, quien ayer a la noche en su programa de radio expandió algunos conceptos sobre lo sucedido en el episodio Maradona, y donde reafirmó su postura de no renunciar a su puesto en AFA. Además recordó viejas historias con el 10, desde aquella capitanía brindada a Diego pensando en el Mundial de México 1986, sacándosela nada menos que a un caudillo de la chapa de Daniel Passarella; el campeón y subcampeonato del mundo; la etapa que convivieron juntos en Sevilla y también en Boca, en los últimos trabajos de Bilardo como entrenador de fútbol.

El pasado los unió, el presente los separó y el futuro resulta impredescible, teniendo en cuenta la personalidad de ambos personajes. Miguel Ángel Lemme, antiguo colaborador de Maradona, hombre del riñón del ex técnico de Estudiantes, los caracterizó de una forma peculiar: "son como Tom y Jerry". Amor, odio, se buscan, se desencuentran, se celan, se necesitan. Demasiado trecho juntos, una amistad, como ayer manifestó el Narigón, de muchos años, no pueden generar un marco de totalitario para confirmar que la relación Maradona - Bilardo está rota para siempre.

Diego está dolido, siente que lo traicionaron, Bilardo piensan que lo desplazaron, lo descartaron como si fuese un cualquiera, que pisaron su trayectoria indiscutida en la selección. Que los allegados a Maradona le llenaron la cabeza en contra del accionar de él. Que el único que lo acompañó fue Grondona. Que por esta razón, por respeto a mandamás de AFA, debe continuar en su puesto. ¿Es ético que prosiga Bilardo? Es una pregunta muy especial, sin respuesta, depende del sentimiento y raciocinio que cada uno sostenga en sus actos. Sería estúpido subirnos al atril a dar clases de moral sobre las decisiones de las personas.

Habrá frases del pasado ("se va Diego y nos vamos todos") que son cadenas fuertes, de inapelable contradicción. Pero quién es uno para aceptar o no los actos de otros. Desde el entorno de Maradona, repiten sistemáticamente lo que el 10 expresó ayer en conferencia de prensa. Sí, que la traición está a la vuelta de la esquina. Que Bilardo operó en sombras para despejar el camino de Maradona y su grupo de colaboradores, con el propósito de que Alejandro Sabella, amigo personal suyo, llegara a la selección nacional. Parece tan lejano ese abrazo hasta las lágrimas en Montevideo, apenas un espejismo de una puja de egos que ¿terminó? de la peor manera, desprestigiando al fútbol argentino, por el cual, paradójicamente, ambos dieron tanto.