"A pesar de los años, los momentos vividos, siempre estaré a tu lado...."

Soy hincha de San Lorenzo. Lo aclaro antes que nada. Yo sé que cuando uno desarrolla la actividad periodística debe estar lo más cercano a la objetividad para poder narrar con mejor detenimiento y claridad los acontencimientos. Pero porqué no expresar los sentimientos que uno pueda tener hacia una institución, más aún en una fecha tan especial. Para mí San Lorenzo significa más que un club. Es mi infancia, es estar en casa a los 9 años con una Virgen al costado mío y mirando al Bambino Veira llorando y gritando en Rosario que salimos campeones. Es recorrer fotos y contemplar que alguna vez estuvimos en la mala en serio, en la B y sin cancha, y que a pesar de las adversidades, pudimos salir. No cualquiera genera esa resistencia. Es ser a esta altura un hombre y contemplar los colores con el mismo cariño que cuando era un chico. Les juro que eso es inigualable.

Es observar a personas mayores que te hablan sobre "Los Matadores" y que se les llenan los ojos de lágrimas, tratándote de explicar lo bien que jugaban esos muchachos. Ser de San Lorenzo tiene muchos significados. Alguna vez un amigo me contó que para él, San Lorenzo es una filosofía de vida. No sé si tendrá la razón, pero posiblemente tenga algún apéndice cierto.

Es pensar en Farro, Pontoni y Martino, sin olvidarse de los Telch, Rendo, Veira, Villar, Butticce, Scotta, Fischer, Insua, Rinaldi, Gorosito, Acosta, Romeo, Romagnoli y los que vendrán. Es acordarse de Mirko Saric y preguntarse por qué carajo te fuiste pendejo. Es analizar porqué tanta gente amó a San Lorenzo más que a nada en el mundo y no pudo vivir esta fiesta. Tal vez (aunque no lo creo) alguien me dé una respuesta a esa existencial pregunta. Es extrañarlo, es pensar en él, es verlo un domingo con un sol radiente y disfrutar esos colores tan hermosos que brillan como las estrellas en una noche despejada. Es eso y quién nos dice, muchas cosas más...

Ayer y no pudiendo con mi genio, concurrí a la caravana para festejar la llegada del Centenario. Pensé que como siempre ocurre en la vida cuando uno se convierte en un adulto, va perdiendo inevitablemente cierta emotividad ante los sucesos que se avecinan. Ayer no sucedió. Ayer dentro de la vorágine que nos vive comiendo la vida, cuando dieron las doce y un viejito al lado mío, ya al borde del llanto empezó a gritar " Y Sanloré y Sanloré..." fui un tipo feliz. San Lorenzo lo hiciste nuevamente.

NoTe: Mañana volveremos con la mayor objetividad posible. Mientras, disfruto de este día especial. Feliz Cumple Ciclón!!!