El vaso medio vacío

Siempre desde Doble 5 hemos pregonado la idea de un fútbol argentino mucho más federal, en el que cada punto del país pueda tener un representante en la máxima categoría. Por eso, les deseamos un muy feliz retorno a primera de San Martín de Tucumán, institución emblemática del Norte argentino, cuna de cuantiosos valores que han regado de fútbol estos suelos.

Sin embargo, hemos tomado con preocupación la nota de Nicolás Balinotti para La Nación, quien investiga y profundiza sobre la vida de Rubén Ale, presidente del club tucumano. Para el periodista, la historia expresa que Ale fue barrabrava durante la época del ochenta y el noventa y que ha sido investigado en varias causas por la justicia provincial tales como asociación ilícita, amenazas de muerte e intentos de secuestro.

Desandando el clarificador artículo periodístico, podemos encontrar que la relación dirigencial de Ale (también apodado Chancha, dos veces preso) arranca en 2002, donde el club había sufrido tres descensos consecutivos que lo condenaban a participar de la Liga Tucumana, contaba apenas con 87 socios en condiciones de votar y la convocatoria de acreedores, con un pasivo aproximado de 7.018.911 pesos, era factor de desaparición. Un panorama para nada sencillo, dentro del cual la comisión directiva de aquél momento suplicó la llegada de una sociedad anónima con el objetivo de gerenciar la entidad. Aquí surge el empresario Ale, quien desde hace tiempo tiene una flota de 250 remises con mucho éxito en la zona y se mostró como el único interesado.

Desde el desembarco de la gerenciadora, el ascenso deportivo del equipo fue asombroso: en cinco años San Martín pasó de jugar en la liga de su provincia a codearse con Boca y River. En 2006, Ale se presentó como presidente y ganó las elecciones sin votación, ya que sugestivamente no había otra lista opositora. Fuentes cercanas a dirigentes enfrentados con Ale demuestran que existía una intimidación continua para que no se presentaran. Cuestiones que quedarán irresolutas, teniendo en cuenta que Ale está vinculado estrechamente con el gobernador de Tucumán, José Alperovich, quien se comprometió a desembolsar 960.000 pesos para que San Martín pueda remodelar y ampliar la capacidad de su estadio de 25.500 a 30.000 ubicaciones. Acá el detestable combo política-fútbol se dan la mano.

Por otra parte, esto no quita que haya perdido injerencia en la tribuna, ya que cuentra dentro de la misma con un grupo parapolicial, vestido con pecheras verdes, disipa cualquier foco de conflicto que se produzca en la popular.

En sí, simplemente felicitar al colega por realizar una trabajo de mucha prolijidad y basándose siempre en fuentes, que le brindan una dosis de credibilidad absoluta. Por eso, acá pongo el link de la nota para que puedan seguir profundizando sobre este nuevo personaje que aparecerá en muy poco tiempo en canchas de primera.

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