Reflexiones de un jueves por la noche

Miro el reloj y marca 21:43. Las agujas son implacables. Todo se transforma en un enorme silencio. No hay respuestas. Queda lejano el ruido extravagante y ordinario del relator y a mi alrededor lo material se vuelve inerte. Pienso por lo bajo: es triste la derrota. Tal vez en esa oración sinteticé el abanico de sensaciones que me acarrearon durante la semana. Miedos, angustias, alegrías y ante todo una enorme ilusión que tenía vida y forma. Pero la derrota es así, es traicionera, amarga y vilipendiada. Nadie va al supermercado a comprar 150 gramos de tristeza, desolación y dolor. Nadie la quiere tener. Pero la muy turra siempre está, hasta cuando menos te la esperás.

Las lágrimas no tardan en caer. Pero es paradójico, siento profundamente que ellas están siendo compartidas por las de otras personas, que están del mismo modo que yo, tratándose de explicar por qué. Por qué esto, por qué aquello y por qué a nosotros. Sí, parece que el destino nos la tiene jurada. Ésas que habrán pasado toda la noche con un nudo en la garganta y una tristeza que nos embarga el alma. O mejor dicho, pasamos. Porque lo de ayer no fue casual. Tula, Aguirre, Adrián González, Bergessio, D`Alessandro y Romeo no estaban solos. Si yo vi a Hernán que sacaba conmigo la pelota en la línea y me pedía que hiciera el último esfuerzo. Néstor, ya sin fuerzas, aguantando los embates de Guerrón, Alejandro ayudando a los gritos a Placente por la banda izquierda, Tomás y Carlos peleando arriba con Delgado y a tantos cuervos que estábamos ahí, al ladito de Orión para sostenerlo a como dé lugar. Sí, señores, estuvimos ayudando para que nuestro querido club pase a las semifinales. Pero no pudo ser...

El fútbol tiene estos sentimientos, que seguramente y hablo por mi mismo, no lo sentirías por otra persona, más allá de tus seres queridos. Se nos rompió una ilusión de tantos años como si fuese un papelito de segunda calidad. Así de simple es la cuestión. Igual lo mejor seguirá siendo encontrar respuestas dentro de la fría derrota. Aunque por ahora no hay mucho más que decir...