
Lo dijimos, hay un contexto determinado con tres futbolistas sobresalientes. Hay un equipo de hombres también. Admito mi falta de apego a un jugador como Diego Pérez. Es el motor. Pero pega y mucho. A veces con mala intención. Una lástima. Lo de Egidio Arévalo Ríos, nombre uruguayo por donde lo mires, es otra cosa. Vital en la final, se lo deglutió en un ratito a Ortigoza y robó espacios, pelota, todo, lo que pasara por delante de la línea defensiva. Sin marketing pero con un alma gigante, más que el Monumental. Los dos Álvaros, Pereira y González entienden a la perfección lo que indica Tabarez: orden, orden y más orden. Soldados de la causa. Al igual que la defensa. Maxi Pereira, de enorme campeonato y no tan valorado, la dupla Lugano y Coates (padre e hijo hablando futbolísticamente, la garra charrúa personificada en dos personas) y Martín Cáceres, similar a Forlán, la rompe en la selección y en los clubes donde estuvo jamás pudo asentarse. El arquero, Muslera sigue esta línea. De dudosa capacidad, basándonos en sus temporadas en Lazio, en Uruguay es amo y señor del arco.
Los dirigentes uruguayos, alguna vez, deberá dar el salto de grandeza y reposicionar a su propio fútbol en la vanguardia en América como una vez tuvo. No pensemos que la final de Peñarol marca una nueva época. El fútbol en Uruguay se desangra por las partidas de jóvenes valores a otros sitios. Si se desea que este proceso en la Mayor continúe de forma fructífera, habrá que arremangarse la camisa y potenciar al fútbol de cada fin de semana, otorgar infraestructura adecuada a las selecciones menores. Los resultados están. Miremos al Sub 17 y 20. Hay excelentes indicios pero se exige una planificación adecuada pensando en las próximas generaciones.
Uruguay campeón. Un pueblo celeste que estará festejando aquí, en Núñez, en Montevideo, en todo el país, orgullosa de un equipo que los representa, que los hace felices. El cuarto puesto en Sudáfrica no fue sorpresa. Hoy, un Monumental teñido de un solo color, como el cielo, dio sobradas muestras que en esos once, hay algo, ese algo que este post intentó explicar.
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