Poquito fútbol en esta Copa América. Mucho roce, escasas ideas y pelea táctica desde el inicio. Ya finalizada la primera jornada, destacamos el papel cumplido por Chile, el seleccionado dirigido por Claudio Borghi, que venció por 2 a 1 a México y es líder en el Grupo C. Tras un inicio complejo, donde el seleccionado mexicano –Sub 22-, envuelto en un escándalo tras una visita de “señoritas” a la concentración, impuso sus condiciones ante su rival, favorito en la previa, cuya reacción en el complemento fue correspondiente a la expectativa que genera este equipo, menos vertiginoso del que supo constituir Marcelo Bielsa pero con un ADN similar. Borghi, en sus primeros pasos como seleccionador, ajustó pequeños detalles y dejó fluir una filosofía que esta camada de futbolistas chilenos entiende a la perfección. No tocar es su política.
Chile se confió al principio. Subestimó a un adversario, limitado y con algunas falencias graves en la defensa, con tinte inocente. Lo desarrolló con tranquilidad sin volcar peligro de hecho en el arco defendido por Michel. El gol de México, a través de Araujo, con cierta complicidad del arquero Bravo sirvió de despertador al país trasandino, que salió en el segundo tiempo con mayor decisión. El circuito ofensivo entre Matías Fernández, Alexis Sánchez, Humberto Suazo y algunas apariciones de Jean Beausejour se aceitó de mejor forma y Chile tuvo otra cara. Pienso en Matías Fernández, un futbolista con la técnica de un profesional de elite que sufre en demasía las intermitencias de su juego, su abstracción en ciertos momentos. Por su parte, Alexis, el niño mimado del mercado europeo lideró los avances chilenos a paso de gambeta u velocidad, ésta última una aptitud excelente, donde te saca cuerpos de distancia en pocos metros.
De México, un combinado juvenil chato técnicamente, la libretita de aguantar a cómo dé lugar. Lo de Giovanni Dos Santos, con poco, fue la mejor carta de presentación. El 0-1 reavivó el carácter de un equipo que desplegó una mayor presión iniciada desde el arco contrario. Mucho de esto tuvo que ver el ingreso de Paredes, que oxigenó y supo colocarse siempre como hombre libre. Marcó con la punta de su botín el empate transitorio y luego Arturo Vidal, de cabeza, dio vuelta el resultado.
Es un buen primer paso. Reacomodarse tras empezar en desventaja, encontrar respuestas en el banco de suplentes y el certificado de que hay un muy buen material, una idea convincente que excede al técnico de turno. En San Juan, local Chile con casi 10.000 hinchas, se estrenó de forma óptima y puso en la mesa algunos lineamientos de fútbol que los otros candidatos no brindaron en esta primera jornada de la Copa América.
Chile se confió al principio. Subestimó a un adversario, limitado y con algunas falencias graves en la defensa, con tinte inocente. Lo desarrolló con tranquilidad sin volcar peligro de hecho en el arco defendido por Michel. El gol de México, a través de Araujo, con cierta complicidad del arquero Bravo sirvió de despertador al país trasandino, que salió en el segundo tiempo con mayor decisión. El circuito ofensivo entre Matías Fernández, Alexis Sánchez, Humberto Suazo y algunas apariciones de Jean Beausejour se aceitó de mejor forma y Chile tuvo otra cara. Pienso en Matías Fernández, un futbolista con la técnica de un profesional de elite que sufre en demasía las intermitencias de su juego, su abstracción en ciertos momentos. Por su parte, Alexis, el niño mimado del mercado europeo lideró los avances chilenos a paso de gambeta u velocidad, ésta última una aptitud excelente, donde te saca cuerpos de distancia en pocos metros.
De México, un combinado juvenil chato técnicamente, la libretita de aguantar a cómo dé lugar. Lo de Giovanni Dos Santos, con poco, fue la mejor carta de presentación. El 0-1 reavivó el carácter de un equipo que desplegó una mayor presión iniciada desde el arco contrario. Mucho de esto tuvo que ver el ingreso de Paredes, que oxigenó y supo colocarse siempre como hombre libre. Marcó con la punta de su botín el empate transitorio y luego Arturo Vidal, de cabeza, dio vuelta el resultado.
Es un buen primer paso. Reacomodarse tras empezar en desventaja, encontrar respuestas en el banco de suplentes y el certificado de que hay un muy buen material, una idea convincente que excede al técnico de turno. En San Juan, local Chile con casi 10.000 hinchas, se estrenó de forma óptima y puso en la mesa algunos lineamientos de fútbol que los otros candidatos no brindaron en esta primera jornada de la Copa América.
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