Por determinadas circunstancias no muy claras de por sí, nunca se obtiene fehaciente información acerca de los dos equipos de Rosario. O mejor dicho, llega pero como si todo fuera perfecto y apenas nos enteramos de las novedades futbolísticas. Lo sucedido en Rosario Central marca a las claras la desprolijidad y el caracter con tintes controvertidos que tienen los dirigentes rosarinos. Lo de Di María fue la frutilla del postre. Sino, no se puede creer que tras las millonarias ventas que hizo el club, se siga debiendo deudas múltiples y de todo color. Acá hay algo que no cierra. Con esta determinación de la Justicia, el proceso con varias licencias comandado por Pablo Scarabino habría llegado a su fin. En el medio hubo despropósitos con el manejo de las inferiores, decisiones erradas desde lo futbolístico (acordarse de la destitución de Astrada) e internas entre la barrabrava que parecen no tener fin. En 90 días se llevarían a cabo las elecciones de un club que tendría que tener una perspectiva del futuro increíble pero que vive inmerso dentro de una crisis terminal. Ojalá por el bien de los hinchas, y del fútbol argentino, llegue gente capacitada y con ganas de hacer cosas positivas para Central. Porque para errores, ya estuvieron los otros.
Huracán y sus homónimos argentinos
Hace 3 semanas
1 comentarios:
Es cierto, ojala sea como dices y venga gente que ayude el club. Es normal que los jugadores buenos salgan, pero hay que intentar reternlos lo máximo y sacar el mayor beneficio por ellos.
Saludos
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