¿Será el final?

Cuando me enteré simplemente pensé que la carrera de Ronaldo había llegado a su fin. Y realmente les digo, sentí una profunda tristeza, esa de tal vez no poder volver a verlo de nuevo pisar una cancha en óptimas condiciones. El brasileño se rompió el tendón rotuliano de la rodilla izquierda y estará entre nueve meses y un año sin poder jugar. La gravedad de la lesión obligará a operar al goleador en forma inmediata. Apenas pudo disputar tres minutos en el empate entre el rossonero y Empoli por 1-1, en un pendiente de la 16º fecha. La lesión se produjo cuando saltó a cabecear un centro de Massimo Oddo, que interceptó Vidigal con la mano. Ronaldo cayó mal, sobre su rodilla izquierda y de inmediato se dio cuenta de la gravedad de la lesión.

Esta es la segunda lesión de gravedad que padece el ganador del “Balón de Oro” en 1997 y 2002, luego de que en el arranque de la campaña 1999-200 con el Inter de Milán, sufrió una rotura en la rodilla que lo marginó de las canchas un año. Sin dudas, luego de sufrir la mencionada baja, Ronaldo ya no volvió a ser el mismo, ese vertigo que antes lo transformaba en el más temible para los arcos contrarios ya no tenía ese plus que alguna vez supo tener, y apenas se conformaba con el innato talento que tienen los cracks como él. Cosa que no era poco. Pero ya no era lo mismo...

El entrenador "rossonero", Carlo Ancelotti, declaró: "Estamos extremadamente afectados y preocupados por lo que le ocurrió a Ronaldo (...) No me permito decir que su carrera esté terminada, sólo el tiempo puede decirlo...". El vicepresidente del club, Adriano Galliani, dijo: "Apenas vi lo que ocurrió dejé el palco para ir a los vestuarios... "Debemos mantener la calma sin sacar conclusiones apresuradas". "

Il Fenomeno", como lo apodan en Italia, sufrió sucesivas lesiones por lo que apenas jugó seis partidos de lo que va del Campeonato de la Serie A, y hasta se había nombrado la posibilidad de que fuera a préstamo al Flamengo para disputar la Copa Libertadores. No podrá ser. Por un año, Ronaldo no volverá a pisar el verde césped, ese mismo que vio mejor que nadie la magia del extraordinario delantero, que se cansó de inflar redes ajenas y pasearse por los mejores conjuntos del mundo. No paró hasta ser campeón mundial en 2002, con él como estandarte y máximo goleador. Como debía ser. Parece que el adiós está cerca. Y hasta a los defensores se les pianta un lagrimón...