Uno de los mejores tenistas de la temporada. El español David Ferrer (28), séptimo en el ranking mundial, se clasificó para el Masters de Londres, torneo en el que se encontrarán las ocho principales raquetas del año. Un reconocimiento merecido a una actuación convincente que disfrutó Ferrer con el correr del 2010, donde en 79 partidos se llevó la victoria en 59. Un promedio de 74,7%, una cifra interesante, donde el español concadenó resultados positivos, mucho más, en la recta final de la temporada. Cinco finales, donde ganó dos – Valencia y Acapulco – y perdió las restantes – Bieijing, Buenos Aires y Roma – brindan una imagen fidedigna de la gran temporada realizada por Ferrer.
“Voy con el objetivo de disfrutar, para mí es un regalo. Es un premio poder acabar entre los ocho primeros y poder ir por segunda vez al Master (la anterior fue en 2007)”, dijo emocionado tras enterarse de la novedad tras la caída en octavos de final del Masters 1.000 de París - Bercy ante el austríaco Melzer pero beneficiado por la derrota de Fernando Verdasco, rival directo, ante el francés Gael Monfils.
Al de Jávea se lo nota seguro, con golpes certeros, siempre sustentado en un excelente juego de fondo, eficiente servicio y en una aptitud física que, desde su irrupción en la ATP, le permitió sacar ventaja sobre los rivales en el circuito. Lo válido para destacar reside en una mayor concentración mental en los partidos, algo en el debe histórico de Ferru, déficit que ha ido puliendo lentamente, encontrando la tan anhelada regularidad que desencadena en resultados óptimos. Ferrer, a punto en términos madurativos, se encuentra en plenitud tenística para aspirar a ascender en el ATP y por qué no dar discusión entre los Nadal, Federer, Djokovic y Murray.
“Voy con el objetivo de disfrutar, para mí es un regalo. Es un premio poder acabar entre los ocho primeros y poder ir por segunda vez al Master (la anterior fue en 2007)”, dijo emocionado tras enterarse de la novedad tras la caída en octavos de final del Masters 1.000 de París - Bercy ante el austríaco Melzer pero beneficiado por la derrota de Fernando Verdasco, rival directo, ante el francés Gael Monfils.
Al de Jávea se lo nota seguro, con golpes certeros, siempre sustentado en un excelente juego de fondo, eficiente servicio y en una aptitud física que, desde su irrupción en la ATP, le permitió sacar ventaja sobre los rivales en el circuito. Lo válido para destacar reside en una mayor concentración mental en los partidos, algo en el debe histórico de Ferru, déficit que ha ido puliendo lentamente, encontrando la tan anhelada regularidad que desencadena en resultados óptimos. Ferrer, a punto en términos madurativos, se encuentra en plenitud tenística para aspirar a ascender en el ATP y por qué no dar discusión entre los Nadal, Federer, Djokovic y Murray.
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