Hagamos un ejercicio simple: traigamos más de veinte refuerzos, cuerpos técnicos nuevos y pidamos resultados inmediatos. Conclusión: la situación actual de Quilmes. Las cobardes agresiones que sufrieron los futbolistas luego del partido ante Gimnasia, una acción vil deliberada por los mismos de siempre, cuestión que debería ser sancionada de forma ejemplar pero que, con tanta experiencia similar en el lomo, sabemos los resultados. Varios policías en las prácticas de esta semana, ruido mediático, y aquí no ha pasado nada hasta que suceda un hecho similar y la rueda siga su curso.
Las políticas vertidas por la administración Meiszner en materia futbolística no han dado en la tecla. Tanta cantidad de jugadores que llegaron al Sur imposibilita la concreción de una base mínima de futbolistas que se conozcan entre ellos, de un armado a partir de un par de nombres que otorguen sustentabilidad al proyecto. El fútbol argentino es mediocre, claro está, pero tampoco se lo puede subestimar tanto. Con un mínimo de perspectiva crítica se podía dilucidar que Quilmes pasaría por este momento. A esto sumándole el agregado de los hechos delictivos acaecidos y que suponemos traerá varios alejamientos en el plantel profesional, toda la responsabilidad tendería a caer en las divisiones inferiores, chicos que no están preparados para curtir las exigencias que tendrá el Cervecero el próximo Clausura. Algo similar había ocurrido en el anterior descenso.
Leonardo Madelón la tiene difícil. Tipo sagaz, trabajador y con capacidad en estas zonas turbulentas, tendrá que tener el apoyo correspondiente por parte de la plana dirigencial, hinchas y el plantel para al menos decorar del mejor modo esta pobrísima campaña de Quilmas que, a partir de lo visto, posee certificado de descenso directo. Lo triste resulta la previsibilidad de los hechos.
Las políticas vertidas por la administración Meiszner en materia futbolística no han dado en la tecla. Tanta cantidad de jugadores que llegaron al Sur imposibilita la concreción de una base mínima de futbolistas que se conozcan entre ellos, de un armado a partir de un par de nombres que otorguen sustentabilidad al proyecto. El fútbol argentino es mediocre, claro está, pero tampoco se lo puede subestimar tanto. Con un mínimo de perspectiva crítica se podía dilucidar que Quilmes pasaría por este momento. A esto sumándole el agregado de los hechos delictivos acaecidos y que suponemos traerá varios alejamientos en el plantel profesional, toda la responsabilidad tendería a caer en las divisiones inferiores, chicos que no están preparados para curtir las exigencias que tendrá el Cervecero el próximo Clausura. Algo similar había ocurrido en el anterior descenso.
Leonardo Madelón la tiene difícil. Tipo sagaz, trabajador y con capacidad en estas zonas turbulentas, tendrá que tener el apoyo correspondiente por parte de la plana dirigencial, hinchas y el plantel para al menos decorar del mejor modo esta pobrísima campaña de Quilmas que, a partir de lo visto, posee certificado de descenso directo. Lo triste resulta la previsibilidad de los hechos.
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1 comentarios:
y fijate lo que pasa aca, ni una barra capaz de apretar a nadie, todo lo contrario, una mierda igual...
http://d-coleccion.blogspot.com/
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