Respeto la idea de tener posesión de la pelota y que el rival ejecute el desgaste físico mientras la pelota corre por los nuestros. Lo que sí es un llamado de atención es que, con balón propio, no se pueda dañar al rival del modo esperado. Sí, bárbaro mantener un porcentaje altísimo en tenencia de pelota, aunque lo fundamental reside en fomentar vías pertinentes en llegar con peligro al arco contrario. Ahí Argentina quedó en deuda. Y mucho de esto, tiene que ver, a humilde entender, con la ausencia de una referencia de área. Bajo este esquema, el rol de Ezequiel Lavezzi parece diluirse. Se conecta poco con Di María y Messi, y no va de extremo ni de 9. Es un futbolista con un potencial técnico enorme y se lo está desaprovechando. Se respeta el esquema más allá del futbolista. Error.
En el manojo de nombres, también preocupa el arco. Sergio Romero venía titubeando en los últimos encuentros, tantos nombres no hay y lo de Andújar no fue satisfactorio. Una sola llegada, débil respuesta y adentro. Ser arquero en una selección tan grande a veces es injusto. Pero cuando te llegan, hay que responder. No queda otra. Los laterales no lastiman. Si sigue jugando Zanetti, no estamos pensando en el futuro. No por el Pupi, un dignísimo profesional y enorme futbolista, pero la mira debe calibrarse para Brasil 2014, previa Copa América y Eliminatorias. Marcos Rojo es una apuesta. Debe soltarse más, y no darle la espalda siempre al arco contrario. Buscar una pared, intentar llegar, animarse. El crédito lo mantiene abierto.
El papel de Banega (Banegas, dixit Marcelo Araujo) tampoco queda claro. Tapado por la magnitud de Mascherano, quien está levantando el nivel, vale aclararlo, y con un Cambiasso muchísimo más participativo, yendo de cara con Messi y Di María, hacen que el ex Boca no encuentre su hábitat en el mediocampo. Como que sobrara. ¿Por qué no pensar en un volante derecho con llegada, quizás Zabaleta, Belluschi o Enzo Pérez, hábil desde los dos sectores? Los centrales no sufrieron en demasía, pero tampoco hubo una exigencia extrema. El final del partido también dejó dudas en esa zona, para qué mentirnos.
¿Todo es negativo? No. Hay argumentos positivos. Está Messi y su genialidad incomparable, sus conexiones con Di María, el ida y vuelta positivo de Cambiasso, el resurgir de Mascherano, otra vez el patrón del medio y ante todo una idea de juego, válida, para no subestimarla. Habrá que pulirla, encontrar los intérpretes necesarios para que la puesta en el campo de juego sea efectiva y traiga dividendos. Copa América, Eliminatorias, objetivos para los cuales hay que estar preparados para elevar el prestigio de la camiseta a lo más alto. Desde la crítica, constructiva, valga el juego de palabras, se construye.
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