Nuevamente entrevistas en Doble Cinco. En este caso agradecemos infinitamente a Walter Vargas, escritor y periodista del diario Olé por su generosidad para expresarse sobre los temas que rodean a la Selección Nacional y la situación de los combinados juveniles nacionales. Julio Grondona. Diego Maradona. Copa América. Sergio Batista. Una palabra autorizada, cargada de criterio y rigurosidad periodística, con el propósito de abrirnos la cabeza acerca de estos temas que nos apasionan a los argentinos.
- ¿Qué reflexiones te amerita el proceso iniciado por Sergio Batista? ¿Observás mejoras o no con respecto al anterior ciclo de Diego Maradona? De ser así: ¿Cuáles?
- La llegada de Batista a la Selección es parte de la impune cadena de caprichos de Grondona y sus acólitos. Ahora, para mejorar la prestación de Maradona no se necesita demasiado. Alcanza con hablar menos y trabajar más, ser más o menos coherente entre lo que se dice y lo que se hace y perfilar la identidad del equipo. Hasta aquí observo que Batista se aviene a las dos primeras premisas pero aún no a la tercera.
- ¿Concordás en la idea del entrenador en construir un equipo bajo la presencia indisoluble de Lionel Messi? ¿No es riesgoso generar mecanismos de dependencia hacia una sola individualidad, por más superlativa que sea?
- Sí, concuerdo. Ahora, no se necesita demasiada perspicacia. Cuando un equipo dispone del mejor jugador del Globo, va de suyo armar un equipo para que ese jugador se potencie y potencie a los demás. El peligro de la excesiva dependencia está siempre. ¿De quién dependería especialmente si no de Messi? ¿De Burdisso, por decir un nombre? En cualquier caso, es responsabilidad de Batista dotar a la Selección de estructura, fluidez y solidez colectiva.
- Las disidencias en la trama ocurrida con la no convocatoria de Carlos Tevez ante Portugal y los discursos disímiles entre Batista y Grondona: ¿dan la pauta que en la selección, más allá de los nombres, la matriz comunicacional es uno de los puntos débiles?
- Siempre es débil la comunicación cuando circula en escenarios autocráticos.
- En julio se inicia la Copa América que se disputará en nuestro país. Teniendo en cuenta que hace más de 17 años la Selección Mayor no obtiene este trofeo: ¿No salir campeón sería un fracaso? ¿Condicionaría el futuro de Batista? ¿Julio Grondona podría sostenerlo?
- Depende del desenlace. Si sale campeón un gran Brasil, o un Brasil, a secas, tal vez no sea fracaso. Si la Selección juega en gran nivel y un rival superior o una serie de imponderables lo postergan, tampoco hablaría de un fracaso. Pero no es lo mismo este abanico que desdeñar la Copa América, como tácitamente hace, incluso, Batista. Uno de los daños que produjo el paso de Bilardo (de producción fecunda evidente) fue la trasnochada idea de que lo único importante es el Mundial, o los mundiales, una competencia en la que, en el mejor de los casos, jugás siete partidos cada cuatro años. ¿Si condicionaría el futuro de Batista? Imposible saberlo a priori. Una cosa es quedar eliminado en primera ronda, o en segunda, pero goleado por Venezuela, por caso, que llegar a la final. Interpretar la reacción de Grondona, sobre un supuesto semejante, supera largamente mi capacidad de proyectarme en el tiempo.
- Por último, quisiera consultarte tu apreciación sobre el rendimiento del Sub 20 en Perú. ¿Estamos en presencia de una etapa "sin glamour", como dijo Humbertito Grondona? ¿O sirve de excusa para ocultar un proceso en los Juveniles que, luego de las salidas de Pekerman y Tocalli, no dio los resultados esperados?
- Es una etapa sin glamour, pero también es una etapa sin una copiosa cantidad de jugadores destacados, y asimismo una etapa deficitaria en la selección de esos jugadores y, sobre todo, una etapa en la que las selecciones juveniles son conducidas por personal que no da la talla, o la da a duras penas. En primera fila, por cierto, Humberto Grondona.
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1 comentarios:
Muy buena entrevista Adri!!
Las palabras de Vargas demuestran la coherencia y documentación que tiene este periodista. Hay que resaltar los profesionales que dignifican la profesión.
Saludos,
Miguel
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