miércoles, 9 de marzo de 2011

Un Burro Feliz

Por Nicolás Panigutti

En el último año la vida de Juan Manuel Martínez cambió bastante. De ser un jugador que volvió a su club de origen, Vélez Sarsfield, para pelear un lugar desde el banco de suplentes, pasó a ser titular indiscutido y hasta se dio el lujo de participar activamente en el encuentro que la Selección Argentina disputó ante Portugal recientemente. Pero no siempre la vida del “Burrito” fue de esta manera…

Empezó jugando al fútbol en un club pequeño de Ramos Mejía, Provincia de Buenos Aires, el Estudiantil Porteño, hasta que llegó la adolescencia y con ella su posterior paso a Vélez Sarsfield. Allí hizo Divisiones Inferiores hasta su debut en Primera, en el 2003. Sin embargo, hasta el 2005 no tuvo demasiada acción. En ese año, el Fortín logró su primer campeonato desde el último conseguido por Marcelo Bielsa en 1998, y el “Burrito” entró desde el banco en varios encuentros, recordándose en particular uno ante Racing Club (que en ese momento peleaba el torneo con Vélez) en el José Amalfitani, ya que por medio de una jugada suya, Leandro Gracián pudo anotar en el epílogo del partido el gol de la victoria.

Más allá de haber sido un “buen suplente”, Russo decidió no tenerlo en cuenta para el año 2006, en donde pasó a préstamo a Argentinos Juniors y tuvo interesantes actuaciones. La mala suerte iba a llegar cuando, disputando una pelota para el Bicho, se rompiera los ligamentos. Seis meses afuera y las dudas sobre su recuperación. Luego de este incidente, volvió a Vélez para el Apertura de ese año pero no disputó demasiados partidos y emigró hacia Colombia, al Deportivo Cúcuta más precisamente. Acá es cuando la historia del Burrito empieza a ser interesante. En Colombia, principalmente en la Copa Libertadores, supo ganarse la titularidad a fuerza de goles y gambetas. Recordada es la semifinal de Copa Libertadores que ese club jugó ante el mismísimo Boca Juniors. Incluso en octavos de final de ese torneo se dio el gusto de anotar 3 goles en un mismo partido, en la victoria del Cúcuta ante el Toluca por 5-1.

Con muchos minutos de fútbol encima, y cuando parecía que se podía dar el despegue definitivo de su carrera en el Fortín, Ricardo Lavolpe (DT de Vélez por ese entonces) no lo tuvo en cuenta y en una operación muy ventajosa desde lo económico tanto para el jugador como para el club, el Fortín lo cedió al Al-Shabab Riyadh de Arabia Saudita a préstamo por un año. Allí fue una de las figuras del torneo y su equipo salió campeón, retornando a Vélez para el Clausura 2009. En este torneo supo remarla desde abajo, como a lo largo de toda su carrera, ya que los delanteros titulares eran Rodrigo López y Joaquín Larrivey (luego sustituido por Jonathan Cristaldo). A base de buenas actuaciones desde el banco y sobre todo en partidos trascendentales (Colón, Lanús) que marcaron el rumbo de ese equipo campeón de Vélez, pudo terminar jugando y darse el gusto de salir campeón.

Una vez más, todo parecía dado como para que el oriundo de Viedma, Río Negro, pudiese llegar a alcanzar la tan ansiada titularidad en la primera parte del año 2010 pero…no iba a ser esta vez. La vuelta de Santiago Silva y la presencia de delanteros como Rolando Zárate, Leandro Caruso, Rodrigo Lopez y Jonathan Cristaldo le quitaron parte del protagonismo que debería haber tenido. Es válido aclarar que una de las razones por las cuales Juan Manuel Martinez no se había podido asentar antes eran sus recurrentes lesiones musculares. Infinidad de veces el Burrito sufrió estos males que impedían que pudiese estar a pleno y explotar al máximo su capacidad para gambetear en velocidad y encarar. Se sabe que para jugadores explosivos el no estar al 100% hace que sus rendimientos bajen por demás. Por eso fue tan importante la parte física en la segunda parte del año 2010, en donde casi no tuvo molestias y pudo jugar la mayoría de los partidos. Este factor, junto a la presión que metió el propio jugador en el receso (había decidido irse si el técnico de Vélez, Ricardo Gareca, no le aseguraba la titularidad) fueron las claves para el gran torneo pasado que tuvo el Burrito.

El Burrito ha variado su juego bastante desde sus comienzos hasta la actualidad en cuanto a la faz técnica se refiere. En un principio Juan Manuel Martínez siempre tuvo como una de sus características el pensar mucho más rápido de lo que sus piernas le respondían. Algo así como un Lavezzi en uno de sus malos días. Con el tiempo, su juego fue mutando y hoy por hoy no es más aquel chico que corría sin cesar por las puntas, como los antiguos wings, sino más bien un mediapunta al cual se le abrió el arco en el último tiempo y que termina las jugadas en posición de delantero. La gambeta es el arma más importante que tiene pero otra de las ventajas es que siempre busca asociarse con otro jugador (en Vélez, por caso, con Maxi Moralez).

El caso del Burrito Martínez es sin dudas un modelo típico de lo que deben pasar muchos jugadores para llegar a lo más alto como lo es la Selección y ser titular en su club, así también como un ejemplo a la perseverancia.

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2 comentarios:

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

se demuestra que nunca hay que rendirse. un saludo

Adrián Pertoldi dijo...

Fernando: Gracias por pasar!

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