
Hoy le llegó el turno a “Opendoor” de Iosi Havilio, obra que cuenta las vivencias de una joven estudiante de veterinaria que, luego de una desaparición extraña de su pareja, vinculado con un suicidio ocurrido en el barrio de
Ocurre una situación extraña en lo que entendemos por fútbol moderno: Barcelona te neutraliza jugando. Simple, no tiene la necesidad de poner cuatro perros de presa en el medio con el propósito de arruinar el planteo del rival. A todas luces se observan a esos técnicos, frenéticos en ordenar a esas dos líneas de cuatro que solamente destruyen intenciones. En Cataluña, la cuestión es distinta. Hablamos de valores que ostentan una capacidad fascinante tanto para atacar como defender. Te persiguen por todos lados pero claro, cuando tienen la pelota pasan por encima a cualquiera. Dualidad perfecta en este fútbol contemporáneo que exige una modificación de roles continuamente.
Real Madrid repitió la fórmula de Mestalla. Rigidez táctica, Ozil y Di María surcando las puntas con Cristiano Ronaldo libre. Atrás, parafraseando al Bambino Veira, Vietnam. Pepe, Lass, Xabi Alonso y los del fondo. Un librito estricto que Mourinho apeló específicamente en Inter en esa recordada Champions. No dio resultado. Barcelona no tropieza dos veces con la misma piedra. Intentó, abrió, dañó, dispuso del terreno para sentirse amo y señor. El mejor estado, el único con el que se siente cómodo.
Y Messi. Con el trazo fino de sus diagonales, la simpleza de sacarse rivales como postes y las apariciones fulgurantes como la del primer gol. La magnitud de un joven que rompe cualquier esquema previsto para detenerlo. Pido disculpas si reitero comentarios sobre el rosarino, ya hemos dicho tanto y sentimos que cada palabra nos resulta escasa, sin englobar todo lo que ejecuta Lionel a la perfección. El segundo tanto es la conjunción de habilidad y velocidad en su máxima expresión. Leo traslada su cuerpo con pelota en movimiento de una forma que aunque quisieran golpearlo tampoco podrán detenerlo. Ahí reside lo maravillo, lo esencial. Barcelona ahuyentó ese fantasma venido de Portugal con la mejor receta que conoce: jugar al fútbol.
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Un gol de otro planeta. Mariano Donda miró, apuntó y la clavó frente a Juan Pablo Carrizo, quien quedó inerte. Golazo, golón. Ganó Godoy Cruz inmerecidamente, pero el fútbol tiene estas cosas de premiar al que menos intentó. River con Lamela y Buonanotte construyó acciones positivas que, por no tener la puntería fina, no pudo consolidarlo en el marcador y lo pagó muy caro. El Tomba mantuvo su libreto, ejecutando un juego compacto pero que careció de profundidad en los últimos metros. De yapa, ligó un golazo que silenció al Monumental.
Chau. Ramón Díaz dijo adiós en San Lorenzo. La derrota ante Tigre por
En Argentina, pasa. Impensada victoria de Quilmes frente a Vélez en el Amalfitani. Enorme espaldarazo anímico para los del Sur que sueñan con llegar a
No Pincha. Y Estudiantes no es el mismo. La rigurosidad defensiva que mostraba en el período de Sabella no brinda los mismos resultados en el actual proceso de Berizzo. 0 – 2 ante Colón (Fuertes, D. Díaz) y un esquema que, pese a no sufrir tantas modificaciones, no cuaja de la mejor forma. Se acercan los octavos de final contra Cerro Porteño por
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Pocas veces un diccionario dijo tanto con tan poco. Ser joven, asegura el María Moliner, es ser una persona, animal o planta de poca edad que aún no ha alcanzado la madurez. Según el mismo diccionario la madurez es la cualidad de estar maduro y el adjetivo maduro se aplica a frutos en el estado o sazón debidos para ser recolectados o comidos, o a cualquier cosa en el estado o sazón oportunos para dar resultados o frutos convenientes. La conclusión es matemática: si ser joven es no ser maduro, ser joven es no estar en estado apto de recolección, ni listo para ser comido, ni preparado para dar frutos convenientes. De todos modos María Moliner debe estar equivocada porque millones de personas —algo así como toda la civilización occidental— adhieren sin discusión a la idea de que no ser joven es ser un mutilado y que la juventud es el mejor momento de la vida, el tiempo al que todos deberían querer volver.
Yo no, gracias.
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Podría decirse que la juventud tiene como límite inferior la primera adolescencia, como límite superior la adultez y que, en varones y mujeres de clases medias, suele coincidir con el final de la escolarización básica, una situación hormonal precaria y una circunstancia en la que se combinan ingresos económicos iguales a cero, habitación compartida en casa de los progenitores y obligación más o menos perentoria de a) tener una identidad sexual definida, b) tener sexo y sobrevivir para contarlo, c) decidir futuro, carrera y profesión. ¿Qué puede tener de bueno un tiempo semejante? A juzgar por lo que dice el poeta —juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver—, todo.
Y sin embargo.
Un puré de hormonas; un revoltijo de primeros amores; un primate escindido entre el deber ser y la rebeldía; alguien que ha perdido, por octava vez, a la mujer o al hombre de su vida y que, por octava vez, no encuentra sosiego; un melancolizado que busca libros viejos que le digan qué hacer, consejos de amigos que le digan qué hacer, programas de televisión que le digan qué hacer; un animal confuso movido por el romanticismo, el sexo, las marcas de ropa y la convicción de que todo es como en las películas, incluida la banda sonora; un entusiasta que descubre, cada dos días, la novela perfecta, la poesía de Rimbaud, la comida agridulce, el sushi, los tampones, la velocidad, la borrachera y la resaca, y que corre, azorado, a contárselo al mundo creyendo ser su enérgico descubridor. Y es en ese estado de precariedad y licuefacción del entendimiento en el que hay que tomar decisiones importantes: elegir profesión, país, mujer, varón, futuro. Así las cosas, Occidente le debe, a Divina Juventud, vidas adultas plagadas de vocaciones falsas, elecciones confusas, frustraciones severas. Pero, sin embargo, la extraña, la idolatra: le busca la fuente para beber de ahí.
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Aquí, allá, en todas partes hay encuentros de jóvenes, congresos de jóvenes, seminarios de jóvenes: asociaciones de jóvenes migrantes, conferencias de jóvenes del cono sur, uniones de jóvenes católicos. Nadie ve en eso —en el hecho de que cientos de miles se junten solo por ser jóvenes, como quien dice rubios, zurdos, crespos, altos— un reduccionismo, una simplificación. Como si ser joven implicara ser, inevitablemente, bueno. Como si fuera posible que una juventud tan monolítica, un tesoro, diera paso después a tanto adulto gris. Como si fuera posible que tanto rubí mutara, sin explicación, en tanto escupitajo.
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(Y esto: hay varias maneras de ser joven cuando se es clase media —joven guevarista, joven greenpeace, joven intelectual, joven reaccionario, joven levemente tóxico— pero cuando se es pobre la elección es fácil: viene digerida. Cuando se es joven y pobre se es, derechamente, el diablo).
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Al buscar "jóvenes contra" en Google aparecen sitios de jóvenes contra la pobreza, contra la violencia, contra el racismo, contra el bloqueo yanqui, contra el VIH y hasta un Grupo de Jóvenes Contra Laura Chinchilla. Al buscar, en cambio, "adultos contra" aparece un modesto enlace sobre fútbol —‘Adultos contra niños: Arsenal 1, Manchester cero’— y otro de ‘Adultos contra los malos modales en el uso de teléfonos móviles’. Podría pensarse, entonces, que la juventud es un tiempo de causas nobles y la adultez su exacto opuesto. Claro que también podría pensarse lo contrario: que la juventud es un tiempo en el que hay que hacer bulla, demostrar, y la adultez ese otro en el que la gente se dedica a hacer solo aquello que le viene en gana.
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"Aprovechá, sos joven", dice la voz popular, insinuando que la juventud es el último reducto de felicidad antes del desembarco en la tristísima adultez. Y esa insistencia en que un tiempo donde reinan la confusión y el desconcierto es, también, el mejor tiempo, debe decir alguna cosa. Sobre la sociedad que se empeña en la insistencia: debe decir alguna cosa.
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¿Qué puede añorarse de un período durante el que el derecho a quedarse en casa un sábado a la noche es abducido por la obligación de salir a rebotar por discos y bares en los que el entretenimiento mayúsculo es observar el reflejo de la luz estroboscópica en las gafas espejadas de los otros? ¿Qué de un período en el que hay que saberse las canciones y cantar en torno a las fogatas con el culo enterrado en la arena fría, y pasar por todas esas agotadoras primeras veces como si de verdad fueran importantes: la primera depilación, el primer condón, el primer polvo? Y después de todo ese trabajo, todavía, hay que esperar que los adultos digan cuándo se puede: abortar, votar, conducir, cruzar una frontera.
La clase adulta progresista y bien pensante suele defender en bloque la decisión de pacientes adultos que, enfrentados a enfermedades terminales, deciden no tratarse. La clase adulta progresista y bien pensante suele, también, defender en bloque la decisión de mujeres adultas que, enfrentadas a un embarazo no deseado, deciden abortar. Pero hay que ver cómo se pone la misma clase adulta progresista y bien pensante cuando son los cuerpos de los jóvenes los mapas en los que se hace visible el rastro de esas dos formas extremas de la vida: la enfermedad y el sexo. Un joven tomando la decisión de morirse y un joven tomando la decisión de no dejar vivir son cosas, todavía, insoportables. "Ese hijo lo vas a tener, como que me llamo Marta". "La quimio te la hacés, quieras o no".
Lo hacemos por tu bien.
Cuando seas grande entenderás.
¿Cómo se puede añorar un período en el que se vive a merced de ese poder, de todas esas frases?
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Gracias digamos por los años. Por no seguir peregrinando a fiestas en las que nunca pasa nada. Por haber aprendido que el amor es siempre un descalabro pero que no tiene que ser una tortura. Por saber que un triste no siempre encubre a un talentoso. Por no cargar vergüenzas, ni granos, ni complejos. Por comprender que no son las rígidas virtudes sino los mansos defectos los que desquician el amor de algunos hombres. Por tener el buen gusto de no creer que pueda haber algo que dure para siempre. Por estar libre de hormonas esquizoides, pelos raros y esperanzas engañosas. Por no tener que dar explicaciones. Por no querer pedirlas. Por intuir cuándo es la hora de los lobos. Por la pérdida total de la inocencia. Por haber leído ya a Pavese y a Carver y a Bukowsky. Por haber entendido que el olor adolescente es el mejor olor del mundo si solo es eso: un olor. Por no tener quién mande. Por ser dueña. Por ser adulta. Por ser libre
* Extraído de de la revista SoHo (Colombia).
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Almeyda juega como si tuviera 20, refuerza aún más esa concepción que los que juegan bien al fútbol no necesitan ningún tipo de aclimatación. Igual, sin ser ingenuos, observamos en el de Azul una condición física genética pocas veces vista. Seguirá jugando hasta que las piernas le den, admitió hace unos días, cuando se empezó a rumorear una posible renovación del vínculo. Almeyda ama al club que le hizo forjar una carrera y en el final de la misma quiere recomponer en acciones lo mucho que le brindaron a él. En devolución. En un fútbol tan mercantilista, esta relación simbiótica sin plata de por medio resulta extraña, casi irrisoria. Ojalá en las inferiores de todos los equipos haya algún Almeyda adolescente rondando por ahí. Será una buena señal, cómo no.
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Una tarde blanca y celeste. Y sí, alguna vez le tenía que tocar. Racing dejó la mala racha en los clásicos e hizo delirar a su público en el triunfo
Un colirio a la derecha. Gimnasia y River aburrieron e hicieron doler los ojos.
¿Volvió? Luego de un inicio de campeonato flojísimo, acumulando derrotas y derrotas, All Boys venció como local
Lo mejor de la fecha. Lindo partido entre Olimpo y Estudiantes. Ante defensas que no brindaron la mayor seguridad, se hizo un partido de ida y vuelta. Precioso gol de Gastón Fernández y destacar por el lado de los bahienses el trinomio conformado por Rolle, Bareiro y Maggiolo. Los dos intentando jugar, generar espacios para dañar al rival. En este fútbol argentino, eso ya es mucho, por eso lo destacamos.
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"Para mi hoy es un día muy especial, ganar aquí por séptima vez es mucho más que un sueño, jamás lo pude imaginar. Ha sido un partido muy largo, muy duro físicamente. Ha sido una victoria complicada", apuntó Nadal finalizado el encuentro. "Para mi lo mas importantes es volver a ganar un torneo de esta categoría, especialmente Montecarlo, quizás el más bonito del circuito", cerró Nadal, ya sintiéndose como en su casa.
No sabemos la suerte de este proyecto. Reside en expropiar tierras que pertenecen a una compañía extranjera y sabemos muy bien -lamentablemente- la mala prensa que tienen estas acciones en los medios de comunicación. ¿Se acuerdan? Inseguridad jurídica y todas esos clichés que los iluminados de siempre repiten ante cada micrófono que aparece. Sabemos el objetivo. Habrá que encontrar los caminos adecuados para cumplir la meta. En 2007 se pudieron recuperar 4500 metros cuadrados detrás del supermercado.
Emociona ver hombres de saco y corbata, quienes salen despavoridos de sus oficinas para llegar a la Legislatura; chicos y chicas con mochilas que salen de la facultad, secundaria, lo que fuese; hijos, madres, cuervos, cuervas, en fin hinchas del fútbol que sueñan con el retorno a Tierra Santa. San Lorenzo ha pagado demasiado caro el desarraigo, es el resultado de una pérdida de identidad que tiene consecuencias hasta nuestros días. La dictadura cívico-militar que jaqueó al país en 1976, en materia fútbol, favoreció a algunos clubes y a otros los desfalcó. El periplo del Brigadier Cacciatore, reivindicado por el actual Jefe de Gobierno Mauricio Macri, ahogó de presión al club para que dejara esas tierras, de vital poder inmobiliario de venta, y que allí se construyera un supermercado de firma francesa. En esos tiempos, una partecita del club se murió. De todos.
Hablo en primera persona, perdón. Me es inevitable que el estomago se me retuerza, baje la cabeza, respire hondo cuando paso por Avenida La Plata al 1700. Jamás lo pisé. Cruzo de cuadra, trato de encontrar la posibilidad de no pasar. No puedo, entiéndanme. Por edad, no estuve en el Viejo Gasómetro pero las anécdotas, imágenes, personas que sí lo vivieron, posibilitaron en mí generar un vínculo estrecho, una empatía que todos los de mi generación llevamos hacia ese lugar. Lo de ayer, apenas es el punto de inicio. No debemos conformarnos. Volver a Boedo será ser.
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Otro casillero atrás. Boca, luego de una breve primavera, se topó de vuelta con sus realidad y perdió claramente con Lanús por
Suma y sigue. River, con Almeyda inexorable, en el mejor rendimiento desde que volvió a jugar en Primera, se sacó de encima un lastre pesado llamado Banfield y mira a todos desde arriba. Una patriada del Pelado y una serie de rebotes le posibilitaron a Pavone encontrarse cara a cara con Bologna y no perdonarlo. Vibró el Monumental que respira más aliviado. El Millonario se aleja de
Vélez, mucho fútbol. Lo había demostrado con Arsenal y ante Newell`s los de Gareca dieron otra muestra de potencialidad técnica. Desde Moralez, Martínez y la capacidad de Silva, más la desfachatez de Ricky Álvarez, la sapiencia de Zapata en el medio y un equipo que, cuando quiere, saca una luz de ventaja en caudal futbolístico sobre el resto. Intenta, arriesga, propone una línea distinta a lo que se ve cotidianamente en el pacato fútbol argentino, poco proclive a desafíos de esta índole.
Con menos peso. Consumada la casi irreversible eliminación de
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Con la cabeza metida en el water
debes llevar unas horas dormido sin aire.
La última raya de coca ensuciaba en espejo volcado.
Y en el suelo gotas de sangre porque un grumo te ha cortado.
Dime cómo ves el mundo exiliado en cada lavabo,
contando cada minuto,
administrándote los gramos.
Dime cómo ves mi cara desde tus ojos desquiciados.
Dime cómo huele el viento desde tu tabique blanco.
He venido a contarte que tu novia te ha dejado,
que ya no le funcionas, que estás acabado.
Me ha dicho que cuando te vea te dé un abrazo.
Creo que soy el único que sigue a tu lado.
Dime cómo ves el mundo exiliado en cada lavabo,
contando cada minuto, administrándote los gramos.
Dime cómo ves mi cara desde tus ojos desquiciados.
Dime cómo huele el viento desde tu tabique blanco.
Anda, ¡tira eso! Subámonos al tejado y cuenta,
cuéntame lo que quieras.
Cuéntame que estás enganchado
y dime cómo ves el mundo exiliado en el lavabo.
Exiliado en el lavabo.
Un salto a Europa ahora sería perjudicial, un adelantamiento madurativo que no sería acorde a la realidad actual de Neymar, cuya participación en el campo de juego se ve apañada, a veces, por la ausencia de inteligencia y equilibrio emocional en determinados contextos del partido. Falta viveza, saber leer lo que el encuentro va diciendo. No ir al roce físico y verbal sin necesidad. No está para eso.
El serbio, excéntrico fuera del court, criterioso y responsable dentro, derrocha seguridad. Si la mano viene difícil, respira hondo y argumenta en el juego diferentes variantes para tratar de socavar al rival. Conseguido el objetivo, te dinamita. Punto a punto lastima la confianza del que tiene enfrente, cuyo rendimiento termina siendo errático, sin comprender qué modificó de un momento al otro. Ojo, mantiene un estado atlético envidiable. Confianza más talento más nivel físico: la ecuación da perfecta.
En tiempos de Nadal y Federer, éste último con un nivel decreciente lógico producto de su edad, Nole aparece como el rival a vencer por parte del mallorquín. Miami e Indian Wells marcaron la agenda reciente de este enfrentamiento. Los dos para Djokovic. Lógica amenaza: 24 victorias al hilo y ninguna derrota en este 2011. En canchas rápidas, imbatible. Hay un crecimiento madurativo en su tenis, modificación de temperamento, cambios que lo convierten en un tenista plenamente comprometido para luchar palmo a palmo por el número 1.
El axioma hace algunos meses marcaba que, en igualdad de nivel, Nadal sacaba ventaja sobre Djokovic. Hoy, esta afirmación se debe poner en el tapete, discutirla, analizarla. Están las posibilidades de que, si sigue a este ritmo el resto de la temporada, pueda desplazar al español del lugar cumbre del tenis mundial. Los tiempos indican que se vienen las canchas lentas, especialidad de Nadal. No falta tanto para Roland Garros, medida indispensable para delimitar el accionar de Djokovic. Triunfos en una especialidad no tan de la casa forjarían aún más un carácter que dio pautas de solidez.
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Calma, Boca. Desahogo en la Bombonera. Un triunfo trabajado, atareado, ésos que se disfrutan un poquito más. Por el rival, por la desventaja rápida en el marcador, por los nervios in crescendo. Pegada con tiza de Riquelme y el cabezazo agónico de Viatri dieron una bocanada de aire. En funcionamiento, déficit. Al menos y al igual que en Santa Fé se llevó los tres puntos. No es poco.
Una de futsal. Se juntaron los planetas, apareció el juego perdido y con una perlita de fútbol 5, River se llevó tres puntos de ORO en su visita a Quilmes. El gol de Ferrari, aunque la genialidad, toda, toda, se la lleva Lamela. Después aguantó, punta para arriba y dejar que corran los minutos. Está Carrizo, providencial como siempre, y el ánimo en alza. ¿Promoción? No, gracias.
Guarda que vengo. No se olviden de Vélez. Tras un inicio turbulento, tomó aire, las figuras aparecieron y ya está ahí de la punta. 2 a 1 ante Olimpo en Bahía. Sin grandes luces, con oportunismo que el momento del partido requería. Hay rodaje de juveniles, Ricardo Álvarez sigue elevando el nivel y recupera soldados para lo que se viene.
San Lorenzo y un partido inexplicable. El fútbol tiene estas coyunturas. Situaciones concretas de gol que se dilapidan una tras otra y que decantan en un accionar grave en tu propio arco. Los de Ramón Díaz generaron 5 chances claras pero en dos opciones que tuvo Colón se puso 2 a 0 y ahí estuvo de meter el tercero al final del primer tiempo. Sintió el golpe, y a pesar de generar nuevas oportunidades en el complemento, no pudo dañar a la estructura defensiva planeada por Gamboa.
Gimnasia y un partido inexplicable (parte II). Hizo todo. Pero perdió. Puede fallar, diría el recordado Tu Sam. Independiente exprimió al máximo lo que tuvo frente al arco. Por eso ganó. Sí, el Lobo concibió de forma óptima el juego, administró los tiempos del partido, enhebró jugadas de riesgo. Pero falla en los últimos metros y todo se vuelve cuesta atrás.
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Neoliberalismo. Una obra que indaga sobre este significado, hurgando elementos en su arqueología, exclamando el papel activo de los medios de comunicación como órgano ejecutor de esta doctrina que, en América Latina, espacio geográfico en que se llevaron sistemáticamente estas prácticas, partiendo de la consolidación del Plan Cóndor, dejó a la región signada por la desocupación, pobreza y desigualdad. El Estado es ineficiente, el Estado no sirve, el Estado sólo debe cumplir funciones normativas. ¿Se acuerdan? Martínez de Hoz, Cavallo, Menem, Dromi y la lista sigue. Laissez faire. El mercado como Dios excluyente. Una religión única y monoteísta. La especulación como plegaria.