
Hoy le llegó el turno a “Opendoor” de Iosi Havilio, obra que cuenta las vivencias de una joven estudiante de veterinaria que, luego de una desaparición extraña de su pareja, vinculado con un suicidio ocurrido en el barrio de
La prosa de Havilio, sencilla pero con una tonalidad constante a lo largo del relato, nos ubica perspicazmente en la cabeza de esta mujer, solitaria, que avanza sobre un abismo constante, sin respuestas, siendo ella en sus más variadas expresiones un envoltorio difícil de dilucidar. La trasposición de campo y ciudad, su pasado y presente, los actos en la morgue para reconocer distintos cuerpos que no son el de Aída, los ruidos, el silencio, la soledad, la aparición de Eloísa, una joven que trastocará más su trastocado andar y que se instalará en ella a partir de un deseo sexual perenne, son elementos que Havilio maneja con soltura y que estructura dentro del relato con una precisión digna de apreciar.
El contexto, la locura en el aire, locas por aquí, locos por allá, sintetiza la totalidad de una atmósfera particular. El autor tira líneas de conexión entre la protagonista y lo que ella misma respira. Describe fielmente lo que la rodea, sin estridencias. La sentimos propia. Ésa paz que se transforma en aburrimiento, Jaime, corto, corto, corto en palabras que se convierte en pareja sin que ellos se den cuenta, el sometimiento tierno de Eloísa, cuya relación indiscreta rompe cualquier estereotipo posible, un bebé inesperado y la locura presente. Aquí y allá. No contaremos más. Sólo diremos que “Opendoor” es, básicamente, una buena historia que merece ser leída.
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