Juan Pablo Carrizo (River): La tapada a Néstor Bareiro cuando restaba segundos para finalizar el partido sirven de botón de muestra para caracterizar a Carrizo como un arquero distinto, ésos que te ganan partidos por sí mismos. Una salvada que vale como seis puntos. Un rendimiento creciente, en especial en el complemento, donde desactivó cada uno de los avances de Olimpo. La gloriosa JP más que nunca, en estos tiempos en Núñez con la calculadora en la mano.
Lucas Aveldaño (Racing): Pieza indispensable, sin la relevancia técnica de un Moreno, Hauche o Toranzo, pero con una permanencia elevada en las actuaciones de este Apertura, ejerciendo una dupla compacta y sólida con Matías Martínez. Buen juego aéreo, inteligente en movimientos para contrarrestar los avances ofensivos del rival y la preeminencia de un liderazgo que se acentúa cada vez más.
Néstor Ortigoza (Argentinos): Su nivel, en alza en el tramo final del torneo, hizo que Argentinos haya sumado varias cantidades de puntos y así mantener en el banco de suplentes a Pedro Troglio. Patrón del mediocampo, colocando cada pase con precisión quirúrgica, abasteciendo verticalmente a Niell, Rius y Blandi, y siempre bien ubicado territorialmente cuando el rival tiene la pelota. Si Ortigoza funciona, Argentinos es otro.
Gastón Fernández (Estudiantes): Ese cabezazo bombeado, propinado por alguien con una capacidad técnica disímil al resto, le otorgan al delantero del Pincha un status de crack que lo reconfirma en este campeonato, siendo la única referencia de área en el conjunto de Sabella. Hábil, astuto para manejar los tiempos del partido, la Gata marcó esos goles que tienen olor de campeonato.
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