viernes, 17 de diciembre de 2010

Es ella*

El amor no correspondido tiene estas cosas. La espera al otro, a la aceptación cómo dé lugar, a la infinidad de métodos, posiciones, formas, que sé yo, todo lo que uno hace para demostrar lo que siente. Porque acá uno elige y cuando la designación interna te señala diciendo “es ella” no hay con qué darle. Es ella. Por eso odio tu respuesta, te odio por lo que me decís. Yo no quiero eso, a ver cómo lo te lo digo. NO QUIE-RO. Me mirás, me intentás convencer de que no es tu momento, que la situación no da, que no, no y no. Y dentro de mí te entiendo. Tal vez te entiendo porque te quiero demasiado. Hasta resurge en mí una inocencia sana, inocua de malos pensamientos que ni tenía en mis épocas de pendejo en Palomar.

El tiempo tiene estas cosas, ubica a las personas en contextos que arbitrariamente nos sitúan en posiciones desunidas, no yuxtapuestas como quisiéramos. En este caso puntual, quisiera. Siempre uno piensa, abordando consejos con amigos que cualquier relación se sustenta en dos patas, que el barco se comanda conjuntamente y todo ese palabrerío abstracto que no condice cuando el personaje en cuestión es uno, cargado en su mochila con sus miserias cotidianas. ¿Qué hace uno? ¿Qué hace con los sentimientos encima? ¿Cómo los sobrelleva? Cómo hago para olvidarme de tu sonrisa, el tiempo detenido cuando te miro, tus ojos mixturados de ternura y una alma atorranta que te transforma en única, la forma en que me hacés reír, tan simple, extrayendo cosas de la realidad y siempre grabándole tu impronta, tu modo de ver las cosas y así decantar mis carcajadas. Una y otra vez. Lo hacés, no me digas cómo. Acaso: ¿importa?

Yo te quiero por eso y por mucho más. No sé si podré esperar a que cambien las cosas, que la bocha esté de mi lado, con viento a favor, no te lo puedo asegurar. No te debe interesar tampoco. Vos sos tan así y yo tan así. Lo triste es que yo te quiero así. Y vos no. Podré cambiar, maquillar mis defectos, ahondar lo poco bueno que me debés ver, pero parece que el resultado no tiene vuelta atrás. ¿Ves? Digo parece. Hay alguna partecita de mí reticente a olvidarte y que se mantiene alerta a que me llames un día, que me digas que te equivocaste, que te perdone, que te hago falta. La parte racional de mí me observa incrédula. Sabe que eso es pura mentira, una falacia tras otra.

*NoTe. Abril 2008.

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2 comentarios:

Polanesa dijo...

Es muy cierto todo eso. Pero ya viste lo que dicen... "el corazón tiene razones que la propia razón nunca entenderá". Al menos lo dice el Chizzo. Y si es el Chizzo quien lo dice, yo le creo. d=

Ya que viene al caso, paso un audio genialísimo de Dolina opinando sobre los enamorados no correspondidos.

http://www.goear.com/listen/133f56e/enamorados-no-correspondidos-alejandro-dolina

Me gusta mucho cómo está escrito el texto.

Saludete!!!

NoTe dijo...

Muchas gracias Pola. Hurgando archivos encontré esto que había escrito en 2008, ésas cosas que escribís y después ni te acordás. Excelente el audio y me encantó que te haya gustado. Beso!

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