Argentina se encuentra signada por una batalla mediática jamás vista en su historia. La sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, producto de diversos debates que se desarrollaron a lo largo del país, con masiva concurrencia, posee el propósito ineludible de reemplazar a la anterior norma, dictada en los tiempos de la última Dictadura Militar y remendada de forma escandalosa por los sucesivos gobiernos democráticos, en especial durante la presidencia de Carlos Menem, que favoreció abiertamente a la concentración de capitales. Una política marcada por la desregulación del Estado, con el propósito de reducirlo en forma considerable para que las grandes corporaciones, en este caso mediáticas, manejen el tablero económico a su antojo.
Sí, pensamos en el Grupo Clarín, que a través de poseer los derechos de transmisión del fútbol argentino durante la década del noventa logró captar a través de mecanismos coercitivos a miles de cableoperadores que existían en Argentina. Pero Clarín no es el único caso. El Grupo UNO, propiedad de José Luis Manzano, Daniel Vila y el diputado por la Provincia de Buenos Aires, Francisco De Narváez, es otro caso ejemplificador de preponderancia mediática en varios puntos del país impidiendo cualquier tipo de competencia. Vienen también a la mente INFOBAE, de Daniel Hadad, oscilante en su orientación política, el Grupo Pierri y tantos otros.
Pensar que la Ley de Radiodifusión viene a afectar la libertad de prensa es una falacia. Mejor dicho, la libertad de prensa es una falacia. El sociólogo belga Armand Mattelart expresaba 1973 que "la libertad de prensa es la libertad de la propiedad. Es funcional a los intereses de los propietarios de los medios de producción. El medio de comunicación de masas liberal no puede emitir sino mensajes que apunten a la protección de sus intereses". La mal llamada Ley de Medios K, titulada hasta el hartazgo por TN, Canal 13, Clarín, América, tiene la potestad de poner límites al dominio oligopólico de estas empresas. Así puede entenderse su comportamiento feroz, atacando sistemáticamente a quienes están a favor de la misma. Ampliar el mapa mediático permitiendo una mayor pluralidad de voces, poner un tope a las licencias, favorecer los contenidos nacionales, incrementar la participación de organizaciones sin fines de lucro, incentivar a la industria del cine, en síntesis una serie de medidas que ejecutará esta ley, por la cual bregamos desde hace mucho tiempo. El próximo escollo será superar las burdas medidas cautelares que impiden su normal desenvolvimiento. Habrá que seguir dando el debate, la discusión que haga falta. Pelear por la Ley de Radiodifusión es pelear por más y mejor democracia.
3 comentarios:
Ya se va a dar la ley de medios, mientras tanto a remarla desde los blogs. Abrazo y muy felices fiestas!
Comparto el deseo, comparto todo lo tratado en el texto.
Aunque no soy tan optimista. Festejo la Ley y sin dudas nos abrirá muchísimas puertas a los jóvenes. Sin dudas es un gran paso, y espero que sea el primero.
Para un cambio importante en la comunicación. Por ejemplo que cambie la ley de entidades financieras.
Así lo explica Carlos Mangone, que además agrega que se le adjudique personería gremial a la CTA y la derogación de la ley de fundaciones del menemismo.
http://www.youtube.com/watch?v=0pxw9UypAzg
No sé si es exactamente eso lo que hace que la Ley no sea tan progresista, pero seguramente se deba acompañar con otras medidas.
Yo no quiero ser muy cruel pero... Papá Noel no existe, Note.
Jeje, por todo lo demás: ¡Amén!
Saludete y espero que termines el año feliz, a pesar de todo lo que eso incluye.
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