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martes, 26 de julio de 2011

Grondona, el anticipo por el poder

Anotemos. 25 de julio, fecha en que el fútbol argentino decidió la implementación del nuevo torneo de Primera División, incorporando un sector mayoritario de la B Nacional para cumplimentar el pedido de una mayor federalización, una problemática que pertenecía al apéndice teórico de Daniel Vila, el rival de Julio Grondona en las próximas elecciones de autoridades que designarán al propietario del sillón de Viamonte, con el mismo dueño desde 1979, nunca olvidemos. Las propagandas de #chaugrondona, vía Twitter y difundidas por el canal América, donde Vila, Manzano y De Narváez son propietarios, llegaron a la vista y oído de todo pasa, desde ahí empezó el operativo 40. La conservación del poder como eje político principal, a cómo de lugar. Mantener la iniciativa política como religión.

Bien lo ha dicho Juan Pablo Varsky, Don Julio le vende hielo a los esquimales. Es un animal político que entiende la coyuntura imperante de un modo excepcional, liberando cualquier atadura ideológica, la preeminencia del poder, el sentirse que maneja todo, lo obnubila. Así podemos entender su proceder. Esta tirada de tablero, con el aval del Gobierno nacional, que finalmente es el que pondrá la plata, tiene como objetivo neutralizar a Vila, un personaje con singular prontuario. Aclaramos, acá nadie mea agua bendita. Disculpen el exabrupto pero no podría señalar este paralelismo con tanta precisión. Pensemos la jugada, la salida de Sergio Batista como entrenador de la Selección Nacional aparecerá en segundo plano en la faz mediática. Las falencias de la AFA sobre este tema quedarán impunes, los responsables, absueltos y la gilada hablando de que River asciende sin jugar, que esto, que lo otro. Circo, puro circo. Desde la órbita política, una jugada brillante. Dignidad a los dirigentes de Racing, Vélez, NOB y All Boys que se abstuvieron de votar este mamarracho hecho proyecto. A los otros, apretados por el bolsillo, amén de incapacidades en la gestión, de gastar más de lo que se puede, asienten con la cabeza. Llegó la nueva solución. No será la última, se los aseguro.

Queridos lectores, voy a hacer una promesa en las próximas líneas: no hablaré de proyectos serio por al menos dos años, citando al tristemente célebre Luis Barrionuevo. No tiene sentido. Me siento un verdadero tarado, utópico, al que se le cagan de risa en la cara. A los estudiantes de ciencia política, a los que profundizan en las nociones del hombre y el poder, a los que leen Hegel, Foucault, Sartre y Maquiavelo miren a Julio Grondona, práctica pura en sus narices. Siempre él. El fútbol argentino mira desangelado, una estocada más a su corazón. No será la última, se los aseguro.

domingo, 17 de julio de 2011

Copa América: basta para uno

Escribo desde el dolor, el mejor lugar para escribir. En la desilusión, la mirada baja, la angustia, la respiración entrecortada. En ver repetida la misma historia, pasan los años, la misma historia. El preguntar ¿Por qué siempre a nosotros? ¿En qué fallamos? La ilusión resquebrajada, una bronca que no se puede explicar, el cómo desperdiciamos al mejor futbolista del mundo. Cuartos de final y afuera, justo en casa, con nuestra gente que ama al himno, que lo grita, que lo siente, que se aferra a la bandera en un deporte que lo es todo para ellos. Que ama, simplemente, a Argentina.

No miremos más para un costado: el responsable de este fracaso grande, tan grande como un hotel cinco estrellas tiene nombre y apellido: Julio Humberto Grondona, quien desde el sillón calentito y cómodo de la calle Viamonte ha tomado decisiones pésimas, ya ni hablo en el día a día del fútbol argentino, mediocre, mediocre y más mediocre sino también en los seleccionados nacionales. Hablo de la Mayor y hablo del desastre que los medios ignoran en los combinados juveniles con Garré, Perazzo y cía. Carlos Bilardo, en un puesto payasezco, no tiene influencia, no corre, no sirve.


La designación de Sergio Batista sigue esta línea de desprestigio. Un técnico que NO GANÓ absolutamente nada. Mal en Argentinos, mal en Godoy Cruz, mal en Chicago, mal como ayudante de Ruggeri en San Lorenzo. Una medalla de oro en Beijing, en un torneo semi-profesional, vale aclararlo, lo llevó a la selección. Este cargo pesa mucho, requiere mucha respeto, trabajo, inteligencia y por sobre todo menos verso. Batista no ha demostrado ninguno de estos elementos. Que imitemos al Barcelona, ésa cantinela barata que tuvo que modificar al tercer partido. Claro, pensamos de una manera, llamamos a cinco números cinco, cinco que juegan igual, vale aclararlo y luego ante los dos empates iniciales cambiamos la estructura. Bien...¿y ahora qué hacemos con los números 5? No me lo digan, gracias. Tevez, de jugador proscripto a pieza esencial, a banco de suplentes, a patear penales definitivos. Todo en menos de dos meses. Demasiado. Repito igual, Batista es un eslabón en una cadena severa de fallos propinados por Grondona.


Lo más triste es ver cómo dilapidamos a Messi. Cómo al mejor de todos no se lo puede acompañar al menos dignamente. Seguimos pensando que con él no sirve el trabajo, la obstinación e incapacidad de unos no nos posibilitan poder disfrutar al número 1 con un equipo decente que lo acompañe. Hay que arremangarse y ponerse a enhebrar acciones que potencien aún más a Lionel. Basta del chamuyo, de los tres días para trabajar, basta de que son seleccionadores y no entrenados. A laburar, hermano, laburen que para eso les pagan. Son privilegiados. ¿No se dan cuenta? Un equipo conformado por futbolistas que jueguen en sus clubes, que tengan ritmo de partidos, que estén aptos. Que no jueguen por el nombre, por lo que hicieron en otras épocas. Al fútbol no se lo juega con vivencias anteriores en el tiempo. Ustedes saben a quiénes me refiero.


Quizás se haya terminado la parodia de que los mejores están afuera. Hace más de 18 años que la selección argentina no gana nada. Pensamos, me incluyo, que en Europa estaba la solución. Hoy ya no lo sé. ¿Qué diferencia puede haber entre un Burdisso y Sebastián Domínguez, entre un Mascherano y Agustín Pelletieri? Pienso, puedo equivocarme. Nos deberemos reinventar, refundar, como quiera llamársele. Abrir la cabeza, pensar en otros nombres, otras opciones, mirar fútbol, carajo, mirar fútbol y ver quiénes son los mejores. Estoy con impotencia, sé que esto será difícil si desde lo más alto seguirá el mismo que transó con los milicos desde el 79 hasta estos tiempos democráticos. Pedir cambios en la AFA es más utópico que la plataforma de campaña de cualquier partido de izquierda. Lo sé, lo sé.


Un frío sábado, una noche muy triste. Argentina hace ya décadas que no nos brinda ninguna satisfacción. Renovamos la ilusión, el amor por estos colores, la fe, la confianza en los futbolistas. Pero siempre terminamos igual, mordiendo el polvo, puteando, con un nudo en la garganta, preguntándonos las causas, los por qué. Lo digo ahora, cambian todos, pero hay alguien que sigue como siempre, impune. Nunca nos olvidemos.


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miércoles, 13 de julio de 2011

Copa América: ¿Cómo se le juega a Uruguay?

Todo está en marcha. La fecha, el lugar, la pregunta es cómo jugarle a Uruguay, una selección con más bagaje profesional y técnica que el último partido ante la Costa Rica de Ricardo Lavolpe. La celeste tiene el ADN de siempre: garra defensiva, un doble cinco demoledor, raspador y que perseguirá a Messi hasta debajo de la cama si hace falta. Pérez y Egidio Arevalo Ríos serán una barrera sin dudas. Los dos Pereira (Álvaro y Maxi) incursionan con inteligencia tanto por izquierda y derecha, respectivamente, pero le gusta el arco contrario. Allí, en esos huecos deberá fortalecerse Argentina. Tirar al Kun, tirarlo a Messi, descentralizar la zona del centro, y forzar al desplazamiento de los mediocampistas centrales. Álvaro González y Cristian Rodríguez ejecutan los relevos correspondientes pero habrá que aprovechar las inteligencias existentes que se reflejaron en estos tres partidos. Generar aperturas para que Gago inicie el primer pase para que sea incisivo y avanzar metros de primero. La función del ex Boca será prioritaria. Contra Costa Rica se complementó de maravillas con Lionel, siempre le dio pases acertados, al pie, ésos que Messi le brindan la posibilidad de arrancar el movimiento con velocidad y pelota dominada. Gago deberá buscarse como opción y evitar que Mascherano sea el interlocutor de juego, en sí, lo que desea Tabarez. El del Barcelona verticaliza el juego con pelotazos a dividir que facilitan la tarea a los laterales. Higuaín no la tendrá fácil. Lugano y Coates, similares físicamente, también son idénticos en términos de defensa. El Pipita deberá librar una batalla ante dos centrales corpulentos, que van bien de arriba. Deberá retroceder, sacarlos de la zona de Muslera para exigirles un mayor gasto físico y aprovechar la propia velocidad para descoordinar la estructura defensiva. Si se consigue, sólo habrá ganancia.

Luis Suárez y Diego Forlán, flor de problemas para una defensa argentina que a lo largo de esta Copa América no ha generado seguridad. Milito, lento en movimientos e impreciso con la pelota, está pagando, sin dudas, la falta de continuidad en el Barcelona. Burdisso, con más rodaje, se lo nota más firme pero a destiempo en algunas acciones, quizás es producto de la presión defensiva que se cae en el foul sin sentido, cuando está el rival de espalda al arco propio. Uruguay tiene excelentes ejecutores y portentoso juego aéreo, debemos resguardarnos de cometer faltas estúpidas que nos puedan llegar a costar caro. Suárez hará la punta y Forlán se ubicará como centrodelantero e irán rotando. La salida limpia que tuvieron Zabaleta y Zanetti ante Costa Rica, difícilmente se vuelva a repetir en este partido. Ante una apertura de juego que propondrá el seleccionado uruguayo debe controlarse la línea defensiva, juntita, y evitar por todos les medios el uno contra uno. Suárez es fatal en esa situación, se desprende y ya tiene el arco entre ceja y ceja. Forlán, pegada exquisita y olfato de goleador, ni un mílimetro de ventaja hay que darle a los dos. A tomar nota.

Es un clásico, lo sabemos. En el 11 contra 11, Argentina es mucho más por cualidades técnica y por un tal Messi. Si es por constancia de trabajo y proyecto a largo plazo, Uruguay es un conjunto que se conoce de memoria y saca ventaja. Tiene fallas, por supuesto. Ésas habrá que exprimirlas al máximo, generar circuitos de juego simples pero que dañen al rival con poco traslado. Si hay mucho de esto, mucho de pelota llevada, Uruguay está bien constituido y no encontraremos lugares para atacarlo.


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jueves, 7 de julio de 2011

Argentina, una lógica repetida en el pasado

Vamos a hablar con mesura. Lo digo, como para al menos contextualizarnos de forma oportuna a estos dos empates de la selección argentina en la Copa América que, calculadora más, calculadora menos, clasificará a la próxima ronda. Hola, ¿está el funcionamiento? No. Sí, ¿Messi ya es la figura de la Copa? No. ¿Somos el Barcelona? Tampoco. Argentina reiteró el error, severa falla que Maradona había repetido en los octavos y cuartos de final de Sudáfrica 2010. ¿Se acuerdan? Victoria ante México, con varios interrogantes, donde el técnico decidió repetir los mismos once ante Alemania y ya sabemos, historia conocida.


El empate ante Bolivia, en la inauguración del torneo, una agria igualdad ante un rival limitado, corredor pero sin punto de comparación en técnica con los argentinos, tendría que haber dado una enseñanza sencilla: la superpoblación de números cinco, que conlleva masivo traslado de la pelota tapona cualquier proceso de abastecimiento a la zona ofensiva. Así, tan simple se parte un equipo. Batista no lo vio, prefirió renovar la confianza pero el resultado fue ineficaz. Bolivia y Colombia, con un mediocampo veloz, jugando a un toque, devoraron al esquema argentino. Sin descollar, a decir verdad, sino comprendiendo que manteniendo ocupado a los mediocampistas, Messi tiene que bajar e iniciar la jugada a 40 metros del arco. Así tiene que toparse con piernas propias y ajenas para dañar. Ayer se lo notaba contrariado, odioso consigo mismo. Cuesta y mucho jugar así, no está acostumbrado tener la pelota y que sus propios compañeros huyan despavoridos. Necesita descargar y pases precisos en poca cantidad de metros. Tevez, ubicado como wing por la izquierda es una máquina de chocar rivales. Ya no es el de Boca, la experiencia inglesa lo convirtió en un nueve que debe actuar entre los centrales buscando un resquicio para definir. La temporada pasada en el City sirve de corolario. Lavezzi desde el otro lado cuenta con una velocidad fuera de la media pero cuando se detiene no cuenta con pase posible y tiene que fajarse con tres rivales que lo siguen. Están los tres pero no está ninguno.


Todavía seguimos pensando por qué Pastore no tuvo ni un minuto en la Copa América. El Flaco aportaría fineza en la puntada fina, lo dijimos, entiende el modo de darle pelota limpia a Messi, tareas que no han cumplido Banega y Cambiasso. El primero no logra desprenderse la pelota de primero, la lleva mucho y el equipo se vuelve pesado, más aún con laterales que no llegan a tierra contraria. Cuchu sufre la posición, no sabe si juntarse con Mascherano y tampoco está apto para hacer la punta. Zuñiga y Armero no tuvieron resistencia por las bandas. Los centrales tuvieron una noche para el olvido, para no recordarla por mucho tiempo. Milito expuso al equipo a un gol colombiano tras un pase a Romero que quedó corto, con la salvedad que a Dayro Moreno le movieron el arco. Burdisso, en el complemento, también la dejó servida a Teófilo Gutiérrez pero el de Racing la tiró a las manos de Romero, lejos, pero lejos, el mejor jugador de Argentina. Por él, únicamente por él no se perdió. Bien ubicado y sacando pelotas claves tanto a Moreno, Falcao, Armero y la que mencionamos de Teo.


Hablamos de buscar una idea, una forma de plantear cada uno de los partidos donde Argentina por localía e historia propia debe ser protagonista. Los silbidos y cánticos de los propios hinchas a minutos de terminar el partido hablan de la insatisfacción del rendimiento colectivo que, sabemos a ciencia cierta por calidad de cada uno de los intérpretes debe ser de otro calibre. Costa Rica, con un combinado juvenil, es una inmejorable chance para iniciar un camino de reconciliación con el público que por ahora en estas dos fechas no observa en el campo de juego lo que desea de la selección argentina. Habrá que dar nuevas cartas, oxigenar la estructura, repensar en corto tiempo, lamentablemente, la búsqueda de opciones que satisfagan necesidades urgentes.


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sábado, 2 de julio de 2011

Copa América: Argentina, el espejo del pasado

Te juro que lo vi. La misma imagen, así latente, reiterada que otra vez volvía a mi mente. Pasó un año, 365 días, y la vemos ahí, repitiéndose. Cualquier semejanza entre el Lionel Messi contra Alemania y éste, del frío que desajusta las entrañas en La Plata ante los bolivianos NO ES PURA COINCIDENCIA. La búsqueda en el centro del mediocampo y dársela para que solucione todo. ¿Cuántas veces hablamos de esto? Miles, miles. Messi es desequilibrante, claro está, pero no puede llevarse puesto a seis tipos en todas las jugadas. Sergio Batista pregonó el acompañamiento de Lionel como apéndice indisolubre en su nuevo proceso. Los amistosos previos dieron cierta pauta de la búsqueda de conectores que puedan darle la pelota limpia al del Barcelona en los últimos metros donde lo vemos, hace desastre. Cuando Messi tenía la pelota salían todos disparados. Es al revés, muchachos. Ser vertical no significa tener jugadores distanciados. Si uno posee el dominio en espacios cortos fomenta que el rival se acerque y así generar más campo libre. Argentina no lo entendió en toda la noche.


El marco perfecto, la ilusión en marcha y un resultado que debe ser tomado con responsabilidad y generar en el trabajo de campo un mayor volumen de juego para dismunuir las férreas estrategias que plantearán los rivales. Sí, aplausos para Gustavo Quinteros, técnico de Bolivia, quien fortaleció el mediocampo y tomó por sorpresa al conjunto argentino, apretándolo desde la iniciación de movimientos en la defensa. Así durante los noventa minutos. Del lado de Argentina, el trinomio Messi, Lavezzi y Tevez no ejecutó lo que se esperaba de ellos. Lavezzi, ensimismado en romperla, se lo notó nervioso, en especial en la puntada final. De ejemplo, los dos centros que tiró por las nubes. Igual, se valora la búsqueda de espacio continua, ponerse paradito a la raya y desarticular la línea de 4 que puso Bolivia. El del Nápoli puso actitud, ganas pero pocas luces. El ingreso revulsivo del Kun Aguero lo ubica con chances de banco ante Colombia. Lo de Tevez fue distinto. Jamás se sintió a gusto, dando la pauta de no adaptarse a este esquema que pregona Batista. Pregunta: ¿Cómo un futbolista pasa de no ser tenido en cuenta en la selección hace un par de meses y hoy es titularísimo? El técnico quedó fuera de juego con este asunto. Tevez es un futbolista brillante, más brillante aún en los últimos metros, por la banda pierde explosión, soltura. Similar a Messi. ¿La cuestión pasarán entre elegir a Tevez o Messi? Da esa pauta. Por su parte, Lionel dio algunas puntadas de calidad pero al ver que no le llegaba la pelota limpia debió retroceder y volvió la postal como en el partido ante los alemanes. Sólo en el mediocampo buscando socios que parecían verlo y huían despavoridos. El ingreso de Di María en el complemento otorgó frescura pero no claridad y mucho menos conexión con el rosarino.


1 a 1 con Bolivia y no digamos "renuncie, montonero Batista". Arrancó la Copa América y se dio la primera sorpresa. Se vienen Colombia y Costa Rica. Argentina quedó en deuda con su gente, el entrenador lo sabe, los jugadores también. Elevar el rendimiento, repensar los errores cometidos y por favor, basta de Messi en el mediocampo como si fuese Mascherano. Otra vez no.


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domingo, 26 de junio de 2011

Los 23 de Batista: ¿Qué decir?

La lista de Sergio Batista está. 3 nombres fueron desafectados, tres del medio local, como son Diego Valeri (Lanús), Luciano Monzón (Boca) y Enzo Pérez (Estudiantes), éstos dos últimos con pasajes casi confirmados a Europa, al Niza y Benfica, respectivamente. La lista confirma a Gago, un apellido discutido no por calidad sino por falta de ritmo futbolístico, producto de su ausencia de titularidad en el Real Madrid. Biglia, Banega, Cambiasso, Mascherano, una superpoblación de números cinco que dejan una serie de dudas sobre cómo poder focalizar el ataque por los costados si el partido lo rquiere. Extender el ancho de la cancha para generar mayor daño al rival, un abecé del fútbol moderno. Con mirar al Barcelona, se entiende cómo se puede desorganizar al contrario proponiendo ataque por los costados, así las fallas aparecen solas. Sorprende lo de Enzo Pérez, un volante mixto que sabe y mucho por las bandas y que cuenta con presencia ofensiva latente. Valeri, con menos vértigo y más pausa, con claridad limpia en la ubicación de la pelota, también resultaba una opción pertinente. Se sumó demasiados soldados con la misma cualidad y se evitó una mayor pluralidad en puestos, que serviría ante resultados opuestos. Una decisión estrictamente de Batista. En los 23 hay un solo irremplazable (Messi) y varios apellidos de peso (Aguero, Tevez, Di María, Zanetti, Milito, Mascherano, Cambiasso) y la promesa de dos nueves de área que, con momentos no tan positivos como en Sudáfrica 2010, son garantía de gol como Higuaín y Milito. Hoy, sin embargo, el punta, punta parece ser Lavezzi, el de Nápoli es explosión en velocidad pero sin una eficacia concreta con el arquero enfrente. Deseamos fervientemente una mayor preponderancia de Javier Pastore, un socio ideal para Messi, dos tipos que entienden el mismo idioma y que esperemos que el técnico exprima esa sociedad que demostraron en el poco tiempo que estuvieron juntos en cancha. Faltan pocos días para el debut ante Bolivia y la lista cerró. Algunas apreciaciones de Doble 5.


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martes, 21 de junio de 2011

Messi pagó la entrada

Apuntes, pocos. El rival previsible, flaco en recursos, sin forzar ninguna responsabilidad de peso para la defensa. Quizás lo más provechoso fue engranar el funcionamiento de mitad de cancha en adelante. Este amistoso ante Albania (4 - 0), una selección clase C, ni debe ser catalogado como un examen previo a la Copa América. Hubiese sido enriquecedor un choque con mayor jerarquía. Pensemos en Brasil y Uruguay que medieron fuerzas ante Holanda, con todas sus figuras. Negocios, pactos, plata y la aparición de estos seleccionados que poco seducen al público, el cual no acompañó en la medida que se esperaba en la fría tarde del Monumental.

Lionel Messi prendió la lámpara y regó de talento a Argentina. Ayer fue un día de asistidor, de poner pelotas claves. Primero a Lavezzi y luego un pase digno de Ricardo Bochini, para que el Kun Aguero definiera con clase. Ah, también tuvo tiempo de meter un gol. Sinfonía del 10, clase magistral, lo de siempre, la magia hecha futbolista. El hincha que va a ver a la Selección, distinto del que puebla cada fin de semana las canchas argentinas, lentamente lo va cobijando en el afecto, en lograr que se genere una mística entre "el" referente futbolístico y su gente.


La entrada de Zabaleta y Gago por Rojo y Biglia le otorgó mayor movilidad en el centro del campo. Al del Real Madrid se lo notó errático en algunos pases pero comprende a la perfección lo que pregona Batista: circulación rápida y pelota al piso. Tevez molestó, inquietó rivales, sin embargo, parece que el trinomio Messi, Di María y Lavezzi va fija ante Bolivia. El del City deberá ganarse la titularidad con rendimientos superlativos en los minutos que entre. Ni una prueba ante Albania. Ratos de juego lúcido para que la gente que dijo presente disfrute a Messi. De concreto para la Copa América, poco y nada. Batista deberá seguir pergeñando en Ezeiza la fórmula para potencializar las virtudes y reducir defectos de cara al debut ante los bolivianos.


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sábado, 26 de marzo de 2011

Argentina, el medio vaso vacío

Un sabor agridulce, insípido, una sensación de que en esta clase de partidos, amistosos, sin ninguna lanza de tres puntos que te vaya corriendo, hay que otorgar otra plusvalía en materia de juego. El empate de Argentina hace minutos ante Estados Unidos por 1 a 1 me retumba en la cabeza, bajo la idea de que hay que avanzar más profundo con el objetivo de que las clavijas estén ajustadas de cara a la próxima Copa América.

Respeto la idea de tener posesión de la pelota y que el rival ejecute el desgaste físico mientras la pelota corre por los nuestros. Lo que sí es un llamado de atención es que, con balón propio, no se pueda dañar al rival del modo esperado. Sí, bárbaro mantener un porcentaje altísimo en tenencia de pelota, aunque lo fundamental reside en fomentar vías pertinentes en llegar con peligro al arco contrario. Ahí Argentina quedó en deuda. Y mucho de esto, tiene que ver, a humilde entender, con la ausencia de una referencia de área. Bajo este esquema, el rol de Ezequiel Lavezzi parece diluirse. Se conecta poco con Di María y Messi, y no va de extremo ni de 9. Es un futbolista con un potencial técnico enorme y se lo está desaprovechando. Se respeta el esquema más allá del futbolista. Error.

En el manojo de nombres, también preocupa el arco. Sergio Romero venía titubeando en los últimos encuentros, tantos nombres no hay y lo de Andújar no fue satisfactorio. Una sola llegada, débil respuesta y adentro. Ser arquero en una selección tan grande a veces es injusto. Pero cuando te llegan, hay que responder. No queda otra. Los laterales no lastiman. Si sigue jugando Zanetti, no estamos pensando en el futuro. No por el Pupi, un dignísimo profesional y enorme futbolista, pero la mira debe calibrarse para Brasil 2014, previa Copa América y Eliminatorias. Marcos Rojo es una apuesta. Debe soltarse más, y no darle la espalda siempre al arco contrario. Buscar una pared, intentar llegar, animarse. El crédito lo mantiene abierto.

El papel de Banega (Banegas, dixit Marcelo Araujo) tampoco queda claro. Tapado por la magnitud de Mascherano, quien está levantando el nivel, vale aclararlo, y con un Cambiasso muchísimo más participativo, yendo de cara con Messi y Di María, hacen que el ex Boca no encuentre su hábitat en el mediocampo. Como que sobrara. ¿Por qué no pensar en un volante derecho con llegada, quizás Zabaleta, Belluschi o Enzo Pérez, hábil desde los dos sectores? Los centrales no sufrieron en demasía, pero tampoco hubo una exigencia extrema. El final del partido también dejó dudas en esa zona, para qué mentirnos.

¿Todo es negativo? No. Hay argumentos positivos. Está Messi y su genialidad incomparable, sus conexiones con Di María, el ida y vuelta positivo de Cambiasso, el resurgir de Mascherano, otra vez el patrón del medio y ante todo una idea de juego, válida, para no subestimarla. Habrá que pulirla, encontrar los intérpretes necesarios para que la puesta en el campo de juego sea efectiva y traiga dividendos. Copa América, Eliminatorias, objetivos para los cuales hay que estar preparados para elevar el prestigio de la camiseta a lo más alto. Desde la crítica, constructiva, valga el juego de palabras, se construye.

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jueves, 10 de marzo de 2011

"La llegada de Batista es parte de la impune cadena de caprichos de Grondona"

Nuevamente entrevistas en Doble Cinco. En este caso agradecemos infinitamente a Walter Vargas, escritor y periodista del diario Olé por su generosidad para expresarse sobre los temas que rodean a la Selección Nacional y la situación de los combinados juveniles nacionales. Julio Grondona. Diego Maradona. Copa América. Sergio Batista. Una palabra autorizada, cargada de criterio y rigurosidad periodística, con el propósito de abrirnos la cabeza acerca de estos temas que nos apasionan a los argentinos.
  • ¿Qué reflexiones te amerita el proceso iniciado por Sergio Batista? ¿Observás mejoras o no con respecto al anterior ciclo de Diego Maradona? De ser así: ¿Cuáles?
  • La llegada de Batista a la Selección es parte de la impune cadena de caprichos de Grondona y sus acólitos. Ahora, para mejorar la prestación de Maradona no se necesita demasiado. Alcanza con hablar menos y trabajar más, ser más o menos coherente entre lo que se dice y lo que se hace y perfilar la identidad del equipo. Hasta aquí observo que Batista se aviene a las dos primeras premisas pero aún no a la tercera.
  • ¿Concordás en la idea del entrenador en construir un equipo bajo la presencia indisoluble de Lionel Messi? ¿No es riesgoso generar mecanismos de dependencia hacia una sola individualidad, por más superlativa que sea?
  • Sí, concuerdo. Ahora, no se necesita demasiada perspicacia. Cuando un equipo dispone del mejor jugador del Globo, va de suyo armar un equipo para que ese jugador se potencie y potencie a los demás. El peligro de la excesiva dependencia está siempre. ¿De quién dependería especialmente si no de Messi? ¿De Burdisso, por decir un nombre? En cualquier caso, es responsabilidad de Batista dotar a la Selección de estructura, fluidez y solidez colectiva.
  • Las disidencias en la trama ocurrida con la no convocatoria de Carlos Tevez ante Portugal y los discursos disímiles entre Batista y Grondona: ¿dan la pauta que en la selección, más allá de los nombres, la matriz comunicacional es uno de los puntos débiles?
  • Siempre es débil la comunicación cuando circula en escenarios autocráticos.
  • En julio se inicia la Copa América que se disputará en nuestro país. Teniendo en cuenta que hace más de 17 años la Selección Mayor no obtiene este trofeo: ¿No salir campeón sería un fracaso? ¿Condicionaría el futuro de Batista? ¿Julio Grondona podría sostenerlo?

  • Depende del desenlace. Si sale campeón un gran Brasil, o un Brasil, a secas, tal vez no sea fracaso. Si la Selección juega en gran nivel y un rival superior o una serie de imponderables lo postergan, tampoco hablaría de un fracaso. Pero no es lo mismo este abanico que desdeñar la Copa América, como tácitamente hace, incluso, Batista. Uno de los daños que produjo el paso de Bilardo (de producción fecunda evidente) fue la trasnochada idea de que lo único importante es el Mundial, o los mundiales, una competencia en la que, en el mejor de los casos, jugás siete partidos cada cuatro años. ¿Si condicionaría el futuro de Batista? Imposible saberlo a priori. Una cosa es quedar eliminado en primera ronda, o en segunda, pero goleado por Venezuela, por caso, que llegar a la final. Interpretar la reacción de Grondona, sobre un supuesto semejante, supera largamente mi capacidad de proyectarme en el tiempo.
  • Por último, quisiera consultarte tu apreciación sobre el rendimiento del Sub 20 en Perú. ¿Estamos en presencia de una etapa "sin glamour", como dijo Humbertito Grondona? ¿O sirve de excusa para ocultar un proceso en los Juveniles que, luego de las salidas de Pekerman y Tocalli, no dio los resultados esperados?
  • Es una etapa sin glamour, pero también es una etapa sin una copiosa cantidad de jugadores destacados, y asimismo una etapa deficitaria en la selección de esos jugadores y, sobre todo, una etapa en la que las selecciones juveniles son conducidas por personal que no da la talla, o la da a duras penas. En primera fila, por cierto, Humberto Grondona.

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domingo, 13 de febrero de 2011

Argentina: quien quiere oir que oiga

Hay historias con final previsible. Como cualquier película romántica hollywoodense en que la muchachita de turno termina enamorándose del príncipe de sus sueños. Luego no nos cuentan cómo ellos sobreviven a la rutina, a los defectos del otro, a la pasta dental abierta, etc. El periplo de la selección Sub 20 en el Sudamericano de Perú terminó como tenía que terminar. Con un signo de pregunta grande, grandísimo diría, igual que el prestigio perdido de las categorías menores en este último tiempo.

Nuevamente afuera de los Juegos Olímpicos, al igual que pasó en aquél equipo estelar de 2000. O algo más cercano, la no clasificación al Mundial Sub 20 de Egipto en 2009 con Sergio Batista como técnico. Sí, sí, no digamos nada. Lo que sirvió de aliciente en dicho momento es que Argentina mantenía una preeminencia notoria sobre sus rivales y la filosofía de Pekerman, siendo cultor del buen juego, de la búsqueda del arco contrario y el juego limpio otorgaban una tranquilidad de que, más allá de este revés, era el camino correcto para desandar un proyecto con los Juveniles.

Hoy, la brújula está sin rumbo. Habría que consultarle a Humbertito Grondona, subdirector de Selecciones Nacionales, cuál es el camino que la era Perazzo (y por qué no Batista) desean proyectar hacia el futuro. Planificación, estrategias, trabajo de campo, pongámosle el nombre que quieran. A mí, con la explicación de "pico y pala" o la "falta de glamour" no me alcanza. Uruguay no tiene más que Argentina y no es una ofensa a los pibes charrúas que, con mayores complicaciones institucionales, le dieron una alegría a su pueblo.

Pero olvido el tema de los puntos, lo saco de la discusión. Quiero hablar de la imagen que damos. Lo del combinado juvenil fue muy pobre, molesto a los ojos, sin planificación alguna. Un "a qué vamos a jugar". Quieren pegarle de punta para arriba, buenísimo, pero que se mantenga una línea coherente y no recurramos a los cambios incesantes para ver qué onda, a ver si da suerte. Recaer la responsabilidad en los pibes, si alguno se le ocurre, resulta criminal. Este equipo tiene en Iturbe, Araujo, Battaglia, Cirigliano, Ferreyra, Funes Mori, Hoyos, Martínez, Galeano, Tagliafico, Andrada algunos proyectos muy interesantes, futbolistas que pueden otorgarle otro volumen de juego en el campo. De arriesgar, ¿Por qué no?

Hablábamos del Sudamericano en otro post, marcando la necesidad de que, a partir de la segunda rueda, Perazzo elevará el nivel futbolístico, como una condición sine qua non si deseábamos clasificar tanto al Mundial como a los Juegos Olímpicos de Londres. Uno de dos, y raspando. ¿Ideas? Ninguna. Reitero, y perdón si peco de reiterativo, la reputación conseguida por Argentina en combinados juveniles por más de una década no se debe tirar así de fácil por la borda. Responsabilidad de Grondona y cía, finiquitar estos parches momentáneos que, con los hechos en la mano, nos muestran que no dan resultados, ni desde lo estadístico y mucho menos en la consolidación de jóvenes que puedan arribar a la Selección Mayor. Jugando así, se los prende fuego. Es otro llamado de atención. No se puede dejar de oír.

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jueves, 10 de febrero de 2011

Un modo de soñar llamado Messi

Somos contemporáneos a Messi. Mascullaba por dentro mientras miraba el encuentro ante Portugal. Miraba la tele tratando de comprender sus movimiento, el por qué de cada acción. Pensaba en el tenis y lo representativo de Roger Federer, su arte incalculable plasmado en los courts. Recurrí a la Historia y se me vino el ejemplo de Juan Manuel Fangio, como un apéndice indispensable para entender el automovilismo mundial. En Messi encontraremos un referente que marcará una divisoria de aguas. Hace un tiempo podía poner en duda esta afirmación. Ya no.

Más allá de cualquier término elogioso sobre Messi, que pululan en todos los sitios y con justa razón, lo esencial para comprender la carrera de un profesional es el crecimiento. Hoy lo veo y no es el mismo que deslumbró en el Mundial Sub 20, ni aquél que se consagró en la Champions League con Guardiola en el timón. Es mejor. Crece. No cualquiera crece. Hay futbolistas que pasan los años y nunca proponen nada distinto. No tienen instinto de superación. Estamos en presencia de un jugador que apila rivales como conos y por más que lo quieran voltear (ver el trancazo que le pega Meireles antes de la asistencia a Di María) no pueden. Le van a la cintura y ni con eso. Estoico, pelota en velocidad y allí va. Sacando conejos hasta cuando no hay galera.

Insisto en la magnitud del rosarino por mérito propio pero resaltando mucho más su ubicación corporal en una selección que, por lo demostrado hasta ahora, no cumple con sus expectativas. Habrá que seguir indagando sobre los partícipes que necesita. Pastore con un puñado de minutos demostró que hablan el mismo lenguaje. Cuando vos jugás bien te acercás con el que te asimila lo que ejecutás. Con ellos pasa eso. Juan Manuel Martínez fue otro. El futbolista de Vélez destierra esta idea de que los mejores están afuera y en un ratito armó flor de lío.

Caer en la repetición de darle todas las pelotas a Messi resulta contraprudecente. Perdemos la sorpresa. Por eso el incesante pedido de futbolistas con la capacidad técnica de desnivelar. Argentina los tiene. Cómo no. El partido ante Portugal deja la victoria y varios interrogantes por resolver. La única certeza tiene nombre y apellido: se llama Lionel Messi. El mejor jugador del mundo. Sí, poniéndose con apenas 23 pirulos el traje de mito.

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jueves, 18 de noviembre de 2010

Lionel Messi, la permanencia de la lucidez

Segundos. Taco de Lavezzi, y velocidad. Uno, dos, trancazo va, zurdazo y partido definido. El fútbol a veces es tan sencillo. O mejor dicho, la calidad del intérprete hace que todo sea posible. Messi, ya con el reloj agotándose, cuando el calor de Doha parecía saturar de mediocridad el partido y el 0 a 0 era inmodificable, sacó del placard el traje que viste cada fin de semana en Barcelona y chau historia. Chau mufa ante Brasil -5 años, una eternidad-, chau al año del seleccionado con la mejor sonrisa, para reconfirmar, luego del mal paso ante Japón, el proceso emprendido por Sergio Batista.

Messi mira, la perspectiva visual perdida, como si estuviese en otro lado. Pero guarda. Está latente, pensando la próxima diablura. Y llega. Han pasado varios años desde su irrupción en España y me sigue sorprendiendo la capacidad técnica y atlética de sortear rivales como si fuesen conitos en un entrenamiento. La postura corporal, vista fijada en la pelota y pasa, pasa, pasa y llega a destino de arco. Parece natural en él, pero no lo es, ojo. Con acciones así, de genialidad extrema, el resto de sus compañeros apenas contienen rasgos superfluos. Se me vienen a la cabeza la buena actuación de Nico Pareja, una apuesta de Batista, en la zaga; el segundo tiempo de Banega, mucho más comprometido con la pelotita, lo que más le gusta, y ciertas pinceladas de Pastore, con su fina estampa de crack que hace ruido en el Calcio.

Pero Messi cuenta con la potestad de eclipsar al resto en una sola acción. Los diferentes son indefectiblemente egoístas, en el caso del rosarino no por intención propia, como podemos pensar en un CR7 por caso, sino sin pretenderlo. Como un reflejo que surge por decantación. En esos raptos, segundos, agiganta su grandeza y escribe su historia con acciones como las de ayer.

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miércoles, 3 de noviembre de 2010

Batista, Messi, la selección que viene

Sergio Batista fue confirmado como entrenador de la selección argentina. Tanta comisión democrática para nombrar al futuro técnico, los desvaríos discursivos de Bilardo, que elijo yo, que elige la comisión, pero si prefiere a alguien que no me gusta me voy, la tinta derramada en todos los diarios, los minutos desperdiciados en radio, televisión, Internet, etc. Tanto circo mediático sin sentido, obsoleto, pensando que la decisión siempre la toma una persona. Sí, don Julio. Batista comenzará su camino en la Mayor pensando en Brasil 2014 pero con la premisa indeclinable de hacer un gran papel en la Copa América que se disputará en Argentina el próximo año. Si no lo logra, los signos de preguntas crecerán sin fin.

Batista llega al sueño de su vida sostenido en dos premisas: un perfil bajo, de trabajo, un estilo dialéctico y personal totalmente disímil a su antecesor, Diego Maradona. Características que le hicieron sumar puntos en el miramiento de Grondona, quien también avaló su proceso en las selecciones juvenil, a pesar del sonante fracaso de no haber logrado clasificar al sub 20 al último mundial de la categoría. Varios dirigentes, por lo bajo, apuntan a la falta de chapa (y resultados) en su experiencia como entrenador en Primera División. Veremos su poder de voz si los rendimientos no son como los esperados.

En segundo lugar, la banca pública de Lionel Messi, pieza clave para entender algunas decisiones en el futuro del seleccionado influyó y mucho. Se busca mimar a la estrella, darle el contexto de mayor confianza para que sienta Ezeiza como Cataluña. La relación entre el Checho y el 10 del Barcelona se afianzó luego de la medalla de oro ganada en Beijing. Desde allí el futbolista le tomó particular afecto a Batista, una relación que han profundizado con el transcurrir del tiempo. Lionel, tratando de despegarse tenuemente del aura maradoniana, dio pautas de satisfacción con el nuevo cuerpo técnico. La presencia en el insignificante amistoso ante Irlanda, primer partido de la era interina de Batista, resultó una imagen de ésas que dicen más que mil palabras. Lio quiso decir, Checho, acá estoy.

Sergio Batista será el reemplazante de Maradona en la selección argentina. Desde Doble 5 le deseamos la mejor de las suertes, que trabaje las 24 horas pensando en recuperar la mística de la camiseta, de encontrar, a través del esfuerzo que brinda el trabajo, elementos conceptuales y prácticos que desarrollen un fútbol armónico, moderno, ágil e inteligente, cuyo objetivo se puede lograr teniendo en cuenta la capacidad de nuestros intérpretes, diseminados en las mejores ligas del mundo

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miércoles, 8 de septiembre de 2010

Argentina y un habrá así de grande

Habrá que disfrutar la victoria ante España. Principalmente por el rival, a pesar de las variadas modificaciones en el once de Del Bosque, ya que durante los noventa minutos La Roja presentó sus más variadas figuras en el césped del Monumental. Habrá que valorarla por algunos rendimientos individuales, quizás los más salientes los de Tevez, Banega y Messi, este último con una actuación convincente, infrecuente teniendo en cuenta las últimas apariciones del rosarino en Buenos Aires. Habrá que pensarla como un excelente punto de partido para, y más allá del correr del tiempo, construir con sostenes firmes, sólidos y responsables el futuro de nuestra selección. Para no repetir los errores recientes.

Habrá que preocuparse por lo del segundo tiempo. Se volvieron a ver errores conceptuales, dando territorio a un equipo que precisamente se siente más afín cuando juega con la pelota en los pies. Con tanta calidad entre los intérpretes, los espacios aparecen solos. Habrá que depurar algunas falencias defensivas, principalmente desde el costado izquierdo, con variadas salidas de Heinze que no retoma con la misma facilidad. Navas aprovechó demasiado este déficit en el breve tiempo que pisó el terreno.

Habrá que desandar el camino, limpiando del mismo las piedras que aparezcan, empezar a buscar mística en el grupo y, por sobre todo, una filosofía de juego. A qué vamos a jugar, cuáles van a ser las armas que tendrá Argentina en cualquier sitio del mundo. A exprimir el máximo rendimiento de Lionel Messi, el líder futbolístico de estos tiempos y por muchos más. Saber que allí está la clave. A cuidarlo, saberlo utilizar, cuándo si y cuándo no.

Sí, volvemos al principio. Habrá que tomar con alegría este enorme triunfo ante la mejor selección del mundo y, por qué no, de los últimos 15 años. Un mimo a los futbolistas, al incipiente cuerpo técnico y en especial a nosotros, los hinchas, que por un rato nos olvidamos del mal trago alemán y queremos revancha. Como Argentina.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Lo que dejó la selección de Batista

Andaba con ganas de ver a la selección. Acomodé los horarios, apuré tramites y llegué justo a casa cuando los himnos empezaban a sonar. El esquema 4-1-4-1, con rasgos similares al planteado por España en algunos encuentros, obviamente sin la misma calidad de los intérpretes, y también con una cierta inclinación a lo pensado por Pep Guardiola en su Barcelona, planteaban al menos el cosquilleo de cómo podía resultar el primer bosquejo táctico comandado por Sergio Batista, al cual habrá que considerarle que apenas tuvo un puñado de minutos ayer para plasmar su idea para el partido ante Irlanda.

Con el 1 a 0 en la mesa pensamos qué flojo el conjunto dirigido por Trappatoni, hoy conducido por Tardelli. Apellidos resonantes como Keane, Given, Duff u O`Shea y otros no tan conocidos pero que en su totalidad demostraron una ineficacia técnica, de nulos argumentos ofensivos para llegar al arco de Romero. Muy pobre, demasiado básico para una selección que, sin mano mediante de Henry, habría disputado Sudáfrica 2010. A lo visto por hoy, su participación habría sido decorativa. Pero es una suposición, claro está.

Ahora hablemos de los nuestros. El trinomio en el medio compuesto por Mascherano, Banega y Gago dejó a mi entender rasgos positivos a tener en cuenta. Y de los otros. Primero un buen trato de pelota, de circular constantemente el balón por las diferentes zonas para encontrar los huecos y así enhebrar jugadas de riesgo. Los ex Boca (Banega y Gago) tuvieron ráfagas de asociaciones con Messi en el primer tiempo y allí Argentina generó el poco fútbol que se vio en Dublin. Con un Di María más despierto, quizás se hubiese profundizado estos intentos. De la nueva incorporación del Madrid apenas se destacó con una sutil definición, en fuera de juego, para poner el único gol del encuentro. El ex Central debe aumentar sus rendimientos tras una opaca actuación en la Copa del Mundo. No encerrarse tanto en la punta y ponerse a laburar junto a Lionel en la construcción de juego.

Messi en 58 minutos dio pinceladas de una calidad inagotable. Las palmas rojas de los irlandeses cuando se retiró de la cancha dan la pauta de un crack que excede las camisetas. Los tres volantes centrales puestos por Batista a veces excedieron la concreción de pases cortos y pecaron de verticalizar las ofertas ofensivas. Tiki tiki bárbaro pero necesitamos aumentar el volumen de juego, de sorprender al rival. Sino se vuelve predecible, chato, liviano.

Faltan laterales. Una verdad sencilla pero sin respuestas en materia de selección argentina. Burdisso, de vocación netamente defensiva, apenas tuvo una incursión en ofensiva y que ni llegó a ser una posibilidad de gol. Por el otro lado, Heinze y mucha vocación, ganas de llegar, pero con errores alarmantes, de faltas innecesarias y siempre protagonista de jugadas riesgosas para el propio arco.

El Checho pensó en Zabaleta e Insúa, pero los dos tampoco demostraron una superioridad abismal a comparación del futbolista de Marsella y Roma. Pienso en Clemente, en un Angeleri si se adapta rápidamente a Inglaterra y una nueva oportunidad para Cristian Ansaldi, luego del fallido debut en la era Maradona ante España. Y se me acabaron los nombres.

Argentina empezó el recorrido ¿post? Maradona y ganó en Irlanda, una tierra que siempre le trae dividendos, donde las cuatro veces que jugó se llevó siempre la victoria. No hay mucho más para analizar, deberemos darle tiempo a este proceso interino de Batista, quien si sigue con triunfos sumará puntos en la reputación de Grondona, el único que decidirá sobre la elección del próximo entrenador.

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