martes, 20 de marzo de 2007

Sentido de Pertenencia


El proceso de desarraigo que hace 28 años sufre San Lorenzo se puede simplificar en una sola frase: “El cierre y desaparición del Gasómetro es cosa juzgada”. Esta sentencia fue manifestada en febrero de 1980 por Moisés Annan, ex presidente de la institución. Recordemos que el CASLA no jugaba en su estadio desde el 2 de diciembre de 1979, cuando igualó sin tantos contra Boca Juniors en la última fecha del Nacional de aquel año. Desde ese entonces, fue clausurado por no contar con la seguridad necesaria para espectáculos deportivos. Esto, sumado a una serie de errores en la conducción del club, impidieron llevar a cabo las reformas que el Gasómetro necesitaba para ser habilitado. Además, San Lorenzo vivía uno de los peores momentos financieros de su historia. En consecuencia, se decidió hacer frente a dicha situación con la venta de los terrenos de avenida La Plata. Había que salvar a la institución como sea.
Los dirigentes de turno pensaron que la mejor opción era desprenderse de su estadio. Así, el 8 de julio de 1982 se remató una parte del predio. Todo concluyó el 13 de agosto siguiente con la cesión del porcentaje restante, y posteriormente los viejos y gloriosos tablones del Gasómetro fueron desarmados en fracciones. Era la despedida para un mítico estadio inaugurado el 7 de mayo de 1916. Ese estadio de madera que fue ejemplificado como el “Wembley porteño”, que además de albergar a uno de los grandes del fútbol argentino, fue el escenario de los partidos de la Selección nacional en las décadas del ´30 y del ´40. El predio quedó vacío por poco tiempo, porque a los pocos meses se estableció en el lugar el supermercado Carrefour, uno de los primeros hipermercados de la ciudad. Recopilando distintas informaciones, entendemos que la expulsión del club de su lugar de origen marcó el fin de la expansión institucional y el inicio de la crisis en cuestión de convocatoria. Estadio y gloria deportiva van de la mano: La falta de títulos durante 21 años incluyó -además del descenso- los 14 años sin cancha.


Desarraigo, pérdida de identidad y destierro.

Los hinchas de San Lorenzo utilizan estos conceptos cuando hacen referencia al cierre de su antigua cancha y su reubicación geográfica en otra zona que no es Boedo, sino Bajo Flores. Y esa necesidad permanente que tienen los porteños de encontrar puntales de referencia que sirvan para la identificación barrial es una herida que sangra permanentemente. Eso pasa con los “cuervos” que tienen más de 40 años, nacieron en Boedo y afianzaron su vida en las veredas de avenida La Plata. Actualmente, el club necesita muchos ingresos para poder sostener su economía, por lo tanto sería un pecado que no se privilegie la relación con su barrio (edificada durante años), ya que para atraer hinchas y socios a escala nacional, San Lorenzo tiene que transmitir la sensación de una institución con mística, con historia y un origen propio. Volver a Boedo es el primer paso.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

hablando de la necesidad de ingresos, me parece como minimo poco feliz esa idea de muchos dirigentes de cobrar adicionales a los socios cuando hay partidos importantes o cuando el team va bien...creo q ramon le pifió al declarar eso de q pagaria $1000, el socio que paga cuando su equipo va 16º y pierde con jujuy de local, tiene q agregar $ para verlo cuando va bien? Porque no te descuentan cuando va mal entonces?

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